Elementos diferentes, sentimientos iguales (Willyrex y tu)

Capitulo 34

Guillermo abrió los ojos al escuchar el fuerte chirrido de la vieja puerta de la habitación en donde estaba. Le resultaba molesto ese sonido agudo e irritante porque algunas veces iban a donde estaba, pero sin hacerle ni un daño, ni el mas mínimo, solo pasaban por ahí haciendo quien sabe que, molestandolo. Pero esta vez ocurriría algo diferente.

--¿Estas listo para tu nuevo trabajo?- Eregon lo tomó por el cuello, levantándolo hasta quedar poco mas elevado a su altura y las cadenas que tenían preso a Guillermo se resistieron e hicieron que se ajustaran y rasparan más sus muñecas--y esta vez no aceptare un no por respuesta.

--P-pues me temo que estarás desepcionado... Mi respuesta es un no--retó con descaro. Esta vez si que hizo enojar bastante al demonio, puesto que lo dejó caer y con fuerza, aplastó su pecho con el pie, clavándole con mas y mas fuerza, haciendo gritar a Guillermo mientras su voz salía rasgada y seca.

De nuevo el sonidito de la puerta abrirse hizo que la atención y la diversión que estaba teniendo Eregon se fuera, Haden estaba ahí parado, mirándolos inexpresivo, restándole importancia de que su hijo estuviera siendo brutalmente torturado porque ¿que importaba? No por ser su hijo significaba que le iría a ayudar ¿de que servía ayudar? Debía aprender hacer las cosas por si solo, como todos debían hacerlo.

-No entiendo... porque de nuevo me quieren tener con ustedes si ya tienen a otro--Guillermo tragó saliva tratando de recuperar la claridad de su voz pero estaba totalmente seco, solo con apenas unas cuantas gotas de sudor en su cuerpo--deberían solo matarme y quitarse de problemas.

-Tu no decides nada, te mataremos cuando ya no nos seas necesario...--una media sonrisa en los labios de Haden hizo asustar a Guillermo.

-¿De que hablas?

-Tu estuviste con la hija de Andrés, debes tener información sobre ella y sobre su padre.

-Te equivocas, yo no se nada que te sea necesa...

"Mientes"

Sus oidos zumbaron y su cuerpo empezó a doler al escuchar esa voz de nuevo. Guillermo estaba siendo torturado con los poderes de Eregon, entrando a su cuerpo y estrujándolo cómo una simple uva. Aunque estuviera siendo torturado, se negaría rotundamente porque no podía traicionar a la única persona que lo considero cómo alguien de verdad, alguien a quien de verdad lo amo por quien era sin importar lo arrogante y egocéntrico que fuera. Esa persona lo ayudó en muchas ocasiones, hasta arriesgo variad veces su vida por él, ¡por alguien como él!

______ lo hizo ver cosas que nunca antes pudo ver, sentir nuevas sensaciones como nunca antes. Se comportó como una persona de verdad con él. Le dio todo. Y debía devolverle el favor de una forma u otra y que mejor que dejarla vivir y ser feliz; y si pudiera ser mejor: con Guillermo a su lado, pero tal vez dentro de muy poco sería asesinado por un demonio o incluso por su propio padre. Vivió hermosos momentos junto a la mujer a quien por primera vez amó, y con eso bastaba para poder morir en paz.

Por fin había encontrado el amor.

Y una razón por la cual vivir.

[...]

Horas de tortura fue lo que recibió como castigo al no colaborar con los dos hombres que ahora seguían observando todo lo que su odiosa mascota hacía. Caminaba por aquí y allá, mirando con detenimiento cada detalle de el Lugar sagrado, sabiendo y preparando un gran paso para lo que luego sería una masacre hacía aquel lugar.

Solo en cuestión de un par de días se llevaría acabo aquello; _____, Andres, Nicolas y los mejor soldados estaban preparándose para la batalla mas grande del siglo.

Dos reinos estaban a días de darse entre si un encuentro a golpes y asesinatos mutuos.

No existe la piedad, no existe el perdón ahora.