- Epílogo -

16.6K 976 175
                                    

-¿Y... cuando vuelvas me traerás esa flor tan chula? -dijo Sofi desde el otro lado de la pantalla-.

-Claro que sí. Me han dicho que únicamente crecen allí, ¡y sólo en primavera! Te va a encantar.

-Oye, Camila...

-¿Sí?

-Hay algo detrás de tu cabeza -dijo con una risita-.

Era Dinah, que llevaba todo el vuelo aprovechando estar sentada en el asiento de atrás para incordiarme constantemente.

-¿Por casualidad no será la mano de Dinah poníendome las orejitas de conejo?

-¡No! ¡Te está poniendo los cuernos!

De pronto oí la voz de la polinesia.

-Los cuernos sólo podría ponérselos Lauren.

Rodé los ojos divertida. Tras haber confirmado públicamente mi relación con la chica de ojos verdes (haciendo explotar el mundo por segunda vez), yo ya estaba acostumbrada a todo tipo de bromas sobre ello y ya no me importaban.

-Sofi, creo que hay interferencias en el avión, te pierdo.

-¡Mentirosa, te oigo perfectamente!

-Sofi, te pierdo... -seguí con mi farsa-.

-¡¡¡Está mintiendo!!! -gritó Dinah desde atrás-.

-¡Si me cuelgas se lo diré a mamá!

-¿Qué? No se te escucha.

-¡¡Que ni se te ocurra colgarmeeee!! -chilló mientras yo contenía la risa para seguir sonando seria-.

-Dejémoslo, Sofi. Te llamo al llegar.

-NOOOO.

-Adiós, ¡te quiero!

-IDIOTA TE OD -y corté-.

Reí para mis adentros, chinchar a mi hermanita siempre fue un poquitín divertido...

-Mila, eres una hermana horrenda.

Me giré hacia atrás para mirar a la polinesia.

-Sólo a veces.

-¿Sabes? Yo podría vengarme por Sofi.

-No me digas...

-Pues sí. Y además, no podrás librarte de mí porque no puedes colgarme, ni desenchufarme, ni semejantes -sonrió con aire de suficiencia-.

-A ti te mando a la mierda y listo -reí y volví a girarme ignorándola.

Minutos después que Dinah finalmente me dejara en paz, mi acompañante de asiento regresó a mi lado.

-Para ser un jet privado, tiene un baño de mierda.

-Hola a ti también -reí de buen humor, mirando la chica de ojos verdes-.

-Perdona -se disculpó avergonzada-. ¿Ya has terminado la videollamada con Sofi? -preguntó sorprendida-.

-Eso me temo, la despaché rápido porque entre ella y Dinah me acosaban... Pero tranquila, le he prometido otra llamada cuando lleguemos.

-Genial -dijo mientras soltaba un largo bostezo. Giró su cabeza completamente hacia mí y la recostó en el asiento con los ojos entrecerrados.

-Te ves cansada -dije acariciándole la mejilla-. Duerme un poco.

-No... no quiero dejarte sola.

-Seguirás estando a mi lado. Me distraeré con el portátil o escuchando música en el iPod.

Ella me miró, dudosa.

-No te preocupes, ¿vale? -insistí-. Descansa, te mereces un rato de paz.

Conseguí sacarle una sonrisa. La miré con ternura y me incliné para besar sus labios.

-Duerme -le susurré-.

No despegué mi mirada de ella hasta que se quedó profundamente dormida. Satisfecha, suspiré hondo y saqué los auriculares del bolsillo, seleccioné el aleatorio de mi Spotify y me hundí en el asiento.

Call it magic, call it true
Call it magic, when I'm with you...

Observé las nubes y el cielo desde la ventanilla. Realmente, desde las alturas poco hay que ver, pero las posibilidades de imaginar lo que puedes estar sobrevolando son remotamente infinitas.

So I just got broken, broken into two
Still I call it magic, when I'm next to you.

De pronto, mis pensamientos empezaron a volar inconscientemente entre las nubes, flotando con la música, llevándome cuatro semanas atrás. Un mes había pasado desde que regresamos a casa. Cada vez que había tenido un breve instante me esforcé por intentar recordar cada pequeño detalle de aquel increíble viaje a Pekín. Ahora, perdida entre el cálido cielo del amanecer, pude inspirar profundamente y concentrar todos y cada uno de mis pensamientos en aquellos recuerdos.

Un mes. Un mes desde que conocí a Jin, la chica del pelo corto que llenó mi corazón de ilusión sólo con un pequeño boceto en blanco en negro; un mes desde que conocí a Yong Lin, el héroe que me demostró que la perfección en una persona puede residir en su sencillez, madurez y honestidad; un mes desde que conocí a Lily Loveless, la chica que me liberó de mis odiosas dudas, la desconocida que apareció de la nada y que consiguió abrirme los ojos.

Un mes desde que descubrí mi verdadera sexualidad. Un mes desde You're beautiful, un mes desde el primer dueto Camren. Un mes, cuatro semanas, desde que por primera vez supe que estaba enamorada de Lauren Jauregui.

Si ahora me preguntaran qué viaje a Pekín fue más extravagante no sabría qué responder, tanto el primero como el segundo fueron una locura, unos días apasionantes, únicos, inolvidables. Sin duda, sin haber realizado el primero nunca hubiera habido un segundo, pero si yo tuviese que escoger uno de los dos definitivamente me quedaría con el segundo.

Por Jin, por Yong, por Ellen, por Lily, por ver madurar a Fifth Harmony, por mi primer beso con Lauren, por nuestro primer dueto, y por absolutamente todo lo que aprendí y maduré durante esas tres semanas.

Quedé sumida en un profundo sueño. Aunque, realmente, en lo más profundo de mi ser los recuerdos seguían vagando, fluyendo por el cielo, las nubes y el alba dibujados en mi mente, como si fuera un hermoso boceto de Jin.

***

-Camila.

Noté una cálida respiración sobre mi mejila. Lauren esparcia suaves besos en ella, tratando de sacarme apaciblemente del sueño mientras me susurruba.

-Es hora de despertar...

-¿Ya llegamos? -dije todavía desorientada-.

-Sí, estamos a punto de aterrizar.

Traté de enderezarme lo mejor que pude, estuve durmiendo durante todo el vuelo y parecía estar pegada literalmente al cuero del asiento. Sin embargo, cuando mi mirada atravesó accidentalmente el cristal de la ventanilla, el paisaje me deslumbró. El aturdimiento de las horas de sueño se esfumó en segundos tras ver aquel panorama. Lujosos edificios enormes, altísimos, playas cristalinas y bosques de un verde puro y brillante, húmedo por las lluvias intensas de primavera. La emoción inundó mi cuerpo, revitalizando mi energía al completo.

-Malasia... -susurré contra la ventanilla-.

Lauren se posicionó a mi lado, apretujándose para ver el paisaje por la misma ventanilla. Desvié mi mirada un instante hacia la suya y ella hizo lo mismo hacia mí. Sus ojos verdes brillaban como aquellos mismísimos bosques.

-¿Te atreves con un nueva aventura? -me retó, sonriendo-.

Esta vez no le contesté, simplemente le devolví la sonrisa y le respondí encendiendo el brillo de mi propia mirada.

"Me atrevo".

The Boom • CAMREN •Where stories live. Discover now