Capítulo IX: Tiempo de reflexión

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"Cuando las ruedas giren y la última bruma tome cuerpo y encuentre su hogar, el terror más oscuro volverá a asolar la tierra de las mil criaturas. La obsidiana marcará el principio y el final. El velo has de cerrar y a casa a todos regresar, si no destruyes primero al terror", recitaba la traducción del texto que Lydia había escrito en la pizarra del instituto semanas atrás en una "extraña lengua". Y aunque muchos se cuestionaban cómo y por qué había podido utilizar un código sólo conocido por un grupo reducido de personas, Chris estaba seguro de que se debía a la conexión que unía su poder al lobo Hale y se lo había mencionado a Stiles.

—No hay caso. Parece una canción de niños— manifestó Kira "despatarrada" en un sillón, en cierta medida cansada de darle mil vueltas al asunto y no encontrar ninguna respuesta.

—Parece el cántico de las sirenas de Harry Potter— apuntó Jackson con la vista fija en la pizarra del loft.

—Eso tendría sentido. En la película las sirenas le daban a Harry una ayuda en forma de clave para ganar la competencia— esgrimió Mason dándole la razón, pero recibiendo a cambio varias miradas desaprobatorias.

—¿Qué tendrían que ver...?

—¡Esperen! ¡Sirenas! ¡Aparecían en los libros de la bóveda!— recordó Liam interrumpiendo a Derek y mirando como cachorro inquieto a Erica.

En efecto, la rubia saltó del sillón como gato que ha sido asustado y corrió a donde la pila de libros que habían traído, los revisó a las corridas hasta que al cuarto lo encontró. Levantó el objeto al aire cantando victoria y corrió a sentarse nuevamente. Derek los miró a ambos con los brazos extendidos al aire sin entender todavía qué razones había en todo ello, pero fue ignorado por ambos.

—"Sirenas. Prefieren como hábitats zonas marítimas y ribereñas, si bien se han encontrado muchas especies viviendo en lagos y lagunas de bosques tupidos y oscuros. En tierra muestran un aspecto humano y sólo en el agua es capaz de percibirse su tornasolada y bellísima cola de pez. Poseen garras y dientes afiladísimos que pueden esconder a voluntad. Famosas seductoras. Su voz es mágica, siendo probablemente el arma más poderosa que posean. Su canto crea un hechizo hipnótico que provoca que los humanos se maravillen con ellas y hagan su voluntad. Vanidosas. Ni buenas ni malas, duales como la naturaleza. Algunas personas las han considerado divinidades del más allá debido a su contacto con los muertos. Además, pueden bajar la temperatura de un material hasta congelarlo e incluso llegar a romperlo, razón por la que se deduce que también podrían generar brumas marítimas a su alrededor debido a su excelente manejo del hielo"— leyó Erica y miró sorprendida al resto de la manada, en parte también nerviosa por la palabra bruma y lo que ello le recordaba al bosque maldito.

—¿Están insinuando que Loraley sería una...?

—¿Qué dijimos sobre eso? Además no fue ella la que escribió esto— interrumpió Lydia a Scott, molesta por revolver de nuevo sobre el asunto de la Druida.

—¡Ni siquiera tenemos mar en Beacon Hills!— contradijo Mason incrédulo, ignorando a su amiga.

—Pero hay un lago —refutó Stiles obteniendo varias miradas de sorpresa, las que respondió con una expresión indignada— ¿De verdad? Está bien que no merodeen por el bosque, pero en serio ¡¿Nunca leyeron en su vida un libro de Geografía?!

—No está cerca. Es pasando el territorio Hale. No es el único lago, pero sí el más conocido. O al menos por algunos. Y también hay una laguna— explicó Derek, no tan sorprendido como su compañero ante la ignorancia mayoritaria.

—¿Y cuánto tiempo podrían pasar sin meterse al agua?— apuntó Kira curiosa.

—¿Tengo que reiterar mi pregunta?— insistió la joven Martin un poco exasperada.

El lado oscuro de la luna [TEEN WOLF]Where stories live. Discover now