El lado oscuro de la luna [TEEN WOLF]

Capítulo X: La verdadera Talia Hale

Peter bajó del desván con un nuevo libro entre sus manos. Cora lo observó caminar sin ver el camino, los ojos fijos en la intrigante lectura, recordándole al hombre que antaño hábilmente sorteaba sus juguetes regados por toda la casa y a ellos mismos sin prestarle atención a otra cosa que no fuera su nuevo libro. A veces esa misma "indiferencia" los había llevado a ponerle trampas en el camino, siempre preparados para verlo estrellarse en el suelo... lo que nunca sucedió. A sus infantiles ojos, Peter era un experto en el "entrenamiento ninja". Se movió del marco de la puerta de la cocina y se encaminó hacia el hombre, sentándose al lado de donde él estaba de pie, la mirada ahora puesta en las masitas de "Café Daehler", eligiendo (como siempre) sus favoritas.

Malia, Jackson, Erica y Liam preferían las masas de "Boulangerie M.M.", decían que eran más ricas, pero su tío no compartía la misma idea. Recordaba ligeramente las compras "de paso" en aquella vieja cafetería. A Peter le encantaba llenarles el estómago con esas masitas y Laura era la primera en secundarlo. A veces había llegado a creer que su tío le había generado un vicio a su hermana, tal como su madre aseguraba, puesto que si Peter pasaba más de dos semanas sin llevarlos o traer algo de allí, ella le parloteaba sin cesar durante una hora hasta que él cedía.

El Hale mayor optó por la última, seleccionando a propósito la última que quedaba de las que a Isaac le gustaban (por pura maldad) y la colocó en el plato que Lydia le alcanzó para que no terminara haciendo mugre por todos lados, lo último que deseaba la chica era ver ratas rondando por allí, y se dispuso a retirarse de vuelta a su "guarida". Sin embargo, Cora fue más veloz y lo jaló para que cayera sentado en el sofá, a su lado. Peter apretó los dientes molesto y entornó los ojos, dando una profunda inspiración para controlarse, pero no pudo evitar una mirada asesina que amedrentó un poco a Liam. Cora lo ignoró, su mirada centrada hacia algún punto equidistante, sin quitar todavía la mano con la que lo había jalado, arrugando ligeramente su camiseta. Chris y Derek mantuvieron la mirada fija en ellos, atentos a los movimientos del lobo mayor.

—¿Crees que mamá habría querido volver? Lo estuve pensando, pero... Estaría en contra ¿Cierto?— inquirió para alivio de su tío, que no era un hombre paciente, pero sin atreverse a mirarlo porque sabía que estaba cansado de sus preguntas sobre ese tema.

—Según los análisis, no habrá nuevos Caminantes por el momento. De hecho, es probable que no haya más, Cora— confesó Derek adelantándose a lo que fuera a replicar su tío, cansado también con ese asunto y decidido a exponer lo que él mismo había pedido que no se informara a su hermana, pero ya tenía que ponerle un freno a todo eso.

—"Y al parecer, los indicios apuntan a que sólo volverán aquellos relacionados a los 'tres chicos del Nemeton'" —acotó Lydia leyendo uno de los papeles que Chris tenía en el escritorio, haciendo comillas ante el nombre y sonrió con cierta malicia— Me siento feliz de no estar rotulada con un nombre tan... Mejor dicho, de no estar enlistada en algo que suena a locos— expresó luego de buscar las palabras correctas, moviendo sus manos al compás de sus dichos.

La misma diversión en su rostro que aquella vez en los pasillos del instituto cuando Stiles, Allison y Scott habían confesado los problemas que estaban teniendo a causa del ritual con el hielo, al sentirse por primera vez la única normal del grupo. Stiles la miró ofendido y ella mantuvo su sonrisa con más énfasis. Chris le sonrió paternal, con una de esas miradas cariñosas que siempre tuvo para Allison y que solía regalarle a ella cuando tenía algún problema y se quedaba a dormir en la casa de los Argent, y le acarició los cabellos. Lydia se giró a él y le sonrió de un modo cariñoso, sincero. Scott, el otro aludido, la ignoró, procediendo a moverse desde donde estaba sentado a los pies de las pizarras y dejándose caer en el sillón en frente de Peter.