Capítulo 22

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Narra Katy

Entro en el edificio. Me dirijo a su pasillo, a su habitación. Abro la puerta, no sin antes llamar.

Sol: ¡Katy! ¡Cómo me alegra que vengas!

Yo: ¡Oh, Sol!

Nos damos un beso. Se sienta en la cama y yo a su lado. Me abrazo a él y sus brazos me envuelven también.

Yo: ¿Qué tal estás?

Sol: Princesita, ya sabes que no tengo nada importante, que son pruebas. ¿Tengo que decírtelo siempre que me ves?

Yo: Sí, jajaja.

Me da un besito en la cabeza.

Yo: ¿Sabes qué?

Sol: Dime.

Yo: Bueno, son varias cosas.

Sol: Tú cuenta lo que quieras, que yo te escucharé todo lo que digas.

Me sonríe. ¡Qué mono es! Le robo un beso.

Yo: A ver, pues, en primer lugar, ha venido un chico de pelo verde que dicen que se llama Fei, junto a un oso parlanchín azul. Pero no me fío mucho de ellos. Arion dice que vienen del futuro y creo que me gastó una broma. No sé qué pensar.

Sol: ¡Jajaja!-Se empieza a reír.

Yo: ¿Cuál es la gracia?

Sol: Son buena gente, te lo aseguro. Yo les conozco.

Yo: ¿¡Cómo!?

Sol: Sí, ya ves. Si quieres, te cuento la historia.

Asentí, y estuvo cerca de una hora contándome todo lo que había pasado hacía no mucho. Lo de que una organización gubernamental del futuro llamada El Dorado quería que el fútbol desapareciese para evitar la aparición de unos chicos ultra evolucionados con poderes que querían eliminar a los humanos en el aquella época. Así que para impedirlo, los chicos del Raimon y el fueron por el tiempo en busca del equipo definitivo. Al final, se unieron a El Dorado y lucharon junto a ellos para derrotar a los chicos esos tan peligrosos y conseguir que aceptasen renunciar a sus poderes para poder llevar una vida normal, pues por lo visto no pasarían de los 20 años. Me dio una prueba de que había sido verdad: los que sabían usar ahora armadura de espíritu guerrero, como él, la habían conseguido en ese viaje. Y resulta que Fei era de aquellos jóvenes pero que había hecho con ellos la misión de conseguir al equipo definitivo.

Sol: ¿Lo entiendes ahora?

Yo: Bueno, más o menos. Son muchos conceptos que asimilar ahora mismo. Pero bueno, ahora sé que son de confianza.

Sol: ¡Jaja! Sí.

Yo: Ay..., mi Solecín...

Me acurruco en su abrazo.

Sol: Mira que ers mimosilla...-Dice mientras me besa.

Yo: Jajaja.

Sol: ¿Y cuál es la otra cosa? ¿No dices que eran varias?

Yo: ¡Ah, sí! La otra, es que estoy preocupada.

Me abraza más fuerte.

Sol: ¿Por qué?

Yo: Por el partido de mañana.

Sol: No te preocupes, verás como todo saldrá bien.

Yo: Esa frase es de Arion, ¡jaja!

Sol: ¡Jaja! Es cierto, pero tiene mucha razón. Además, ya sabes que voy a jugar.

Yo: Sí, pero no sé si deberías.

Sol: Pero... ¿cuántas veces te tengo que decir que no me pasa nada?

Yo: Muchas.-Digo con voz coqueta.

Sol: Anda, anda, no te pongas así. ¿Qué pasa, quieres mimitos? Jaja.

Narra Sol

Ay Dios, es guapa, buena... Es perfecta. Que juguetona... Jaja. Le muerdo el lóbulo de la oreja suavemente y luego le susurro en el oído.

Se estremece, como si le diese un escalofrío.

Yo: ¿Qué pasa, no te gusta?-Le vuelvo a susurrar con una sonrisa.

Ella también sonríe y niega con la cabeza. Le voy dando besos por el moflete hasta llegar a sus labios, también perfectos.

Escucho una voz al otro lado de la puerta.

Cami: Sol, ¿se puede pasar?

Katy se levanta y se arregla. Yo me vuelvo a tumbar en la cama.

Yo: ¡Sí! ¡Adelante!

Entra Cami.

Cami: Tienes que hacer una radiografía ahora, Sol. Lo siento mucho.

Lo dice mirando a Katy.

Katy: No pasa nada, yo ya me iba. Chao Sol.

Yo: Chao.-Me guiña un ojo.

En cuanto sale, Camelia se dirige a mí:
-Así que por fin tienes novia, con la de pretendientes que tenías iba siendo hora, ¿no?

Yo: ¡Cami!

Esboza una pequeña risilla. Le gusta meterse así conmigo, porque casi siempre que ingreso me llegan cartas de amigas mías. Siempre me pregunta si no me gusta ninguna de tantas, ahora ya puedo decir que sí.

Cami: Venga, vamos.

*****

Narra Riccardo

Ya he buscado por todos lados. No está. Es como si se hubiese volatilizado. Será mejor que vuelva a casa, se está haciendo tarde. Pero... ¿qué le habrá podido pasar?
No es propio de ella desaparecer así, sin dejar rastro alguno. Le ha pasado algo malo fijo, y no quiero ser pesimista pero... ¡No! Riccardo, confía en ella, estará bien. Puf, imposible. No puedo autotranquilizarme.

Yo: ¡Natsukiii!-Grito a pleno pulmón y en plena calle.

Menos mal que no había nadie cerca, igual habrían pensado que estoy loco. Aunque sí, ahora mismo lo estoy. No tener cerca a Natsuki. Brotan las lágrimas. Avanzan como ríos por mis mejillas. ¡Noooo!

Necesito sus labios, sus ojos, su sonrisa. La necesito. Es mi aire, mi oxígeno. ¿Quién me iba a decir que no iba a poder vivir sin una chica?

Se nubla el cielo. Ya, claro, y ahora seguro que empieza a llover, no te fastidia.

Efectivamente. Me cae una gota. Otra. Otra más. Ya está diluviando. ¿Pero cómo es esto posible? ¡Si hace nada estaba soleado!

Hoy todo se pone en mi contra. Natsuki, si no estás, se acaba mi buena suerte, mi alma.

Amor de amores (?)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant