Amor de amores (?)

Capítulo 32

Narra Fei

No me lo puedo creer. Mis ojos no dan crédito a lo que está delante ellos.

Yo: ¡Ha-Hamy! ¿¡Eres tú!?

Los párpados no se me abren más porque no pueden, que si no...

Narra Hamy

No lo puedo evitar. Tengo que soltar una lágrima. Titubeo su nombre.

Yo: Fei...

Vale, definitivamente, doy un saltito hacia él.
Lo abrazo y lloro. No sé si por cariño o de tristeza, pero lloro.
Veo que me corresponde el abrazo de una forma muy cálida. Lloro aún más.

Por fin, Fei, por fin...

Narra Fei

Da un pequeño salto hacia mí y me abraza. Puedo percibir un, no precisamente leve, llanto.
Es increíble, mi pequeña Hamy... Hacía tanto tiempo que no nos veíamos... Hago recíproco su abrazo.

Está... Distinta (?). ¿Qué le noto? No es muy alta, como mi madre de pequeña... Y su cabello, azul clarito, puro como el cielo, me envuelve como sus brazos. Nube. Sí. A nube huele... Hm... Y sus ojitos esmeraldas...

Es imposible, me derrito con sus manitas frotando mi espalda... Lo único que puedo sentir son ganas de protegerla, pero...

¿Qué hace aquí?

Como si me hubiese leído el pensamiento, sale de sus delicados labios:

Hamy: Fei...- Dice entre sollozos.- Estás... Snif, estás... Snif, snif... En peligro...

Me abraza todavía más fuerte.

¿En peligro? ¿Peligro de qué? Todo esto estaba siendo muy repentino.

Veo en el suelo a un zorro pequeño, blanco con líneas rojas que le rodean los ojos y se extienden por su cuerpo. Muy cuco.

Parece que a Hamy la empezaban a abandonar las ganas de soltar lágrimas.

Hamy: Snif... Estoy..., ya estoy mejor...- Toma una bocanada de aire y la suelta lentamente.

Yo: A ver, por favor, Hamy, empieza por el principio.- La miro a los ojos y me doy cuenta de que me falta decirle algo importante.- Ah, me alegro de verte.- Le sonrío.

Ella también parece esbozar una disimulada sonrisa. E incluso puedo percibir un leve sonrojamiento por su parte. Qué linda...

Hammy: Fei... Ha pasado mucho tiempo.

Demasiado. Yo... Pensaba que no te volvería a ver...

Wonderbot, algo confuso, interviene en nuestra conversación.

Wonderbot: Perdona, Fei, pero ¿quién es esta chica?

Yo: Es una amiga mía de la infancia: mi mejor amiga.

Se vuelve a ruborizar un poquillo.

Hammy: Fei... Te he echado tanto de menos... Es un alivio verte bien...

Yo: Hamy... -No puedo dejar de mirarla. Me vuelvo a dirigir a Wonderbot, quien no parecía muy satisfecho aún con mi anterior respuesta.- Fuimos juntos a la escuela por mucho tiempo. Los dos... Estábamos solos... Así que el destino quiso que nos juntáramos. Ambos teníamos solo a nuestro padre, los mismos gustos... Aunque..., no has crecido mucho desde entonces. -Dirijo mi cabeza al frente, y su cabeza me queda a la altura de la boca.

Hamy: ¡Eres malo! ¡Te odio, Fei!- Me dice mientras le guiño un ojo y los dos reímos.

Wonderbot: Y... ¿Qué pasó luego?- Insiste el oso.

Yo: Pues... - Miro a Hamy. Ella me asiente y se refugia en mi pecho.- Su padre... Falleció, y como yo, quedó sin familia, aunque ella... Para siempre...

Hamy: Además... Luego te fuiste. Desapareciste por completo y nunca supe que fue de ti...

Cierto, fue en los tiempos en que me admitieron en el "Nu Gen"... No le dije nada a la pobre...

Noto como una de sus lágrimas moja mi camiseta.

Esto es raro. No me siento como antaño cuando estaba con ella. Es una extraña sensación de cariño, pero al mismo tiempo siento algo de vergüenza, y al estar tan cerca de mí, siento algo que me devora por dentro...

-Entonces...- Wonderbot interrumpe mi reflexión- Será mejor que descansemos y mañana aclaramos todo, ¿no?

Tiene razón, nos metemos todos en la Caravana Inazuma MT.
Aunque ya empieza a amanecer.

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??? (1): (!)

??? (3): No puede ser... ¿Otra vez?

??? (1): Pasemos al plan "Delta Violeta", esto se nos complica...

~Pi-Pi-Piii~

Beta: ¿Qué pasa, Alfa?

Alfa: Tenemos que activar el Protocolo Delta Violeta.

Beta: ¿¡QUÉ!? No me lo puedo creer... Está bien. Iniciamos entonces la fase Bravo.

Alfa: Bien.

~Pi-Pi-Piii~

??? (3): Presidente, confíe en nosotros...
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Narra Fermina

Son las 6:30 a.m. He dormido apenas dos horas y media. Pero... Gabi... Voy a ver cómo le va. Ayer no fui y me quedó el remordimiento.

No hay nadie en las calles, nada más que algún que otro coche o escasas personas de clase media que se dirigen con el cansancio encima de una mala noche a sus respectivos trabajos.

Entro en la habitación de Gabi tras saludar de forma breve a los demás ingresados.
Está dormido. Cojo una silla y me siento a su lado. Espero pacientemente a que se despierte.
Parece que abre sus ojos. Lentamente, pero los abre.
Se despereza, mira a ambos y se percata de mi presencia.

No habla. Tanto por la inconsciente inocencia matinal que uno padece justo cuando los primeros rayos de sol acarician tu rostro como por la ausencia de palabras que poder decirme.

No había tema de conversación.

Yo: Entonces...

Gabi: Sí, participaré en tres días.

Yo: ¿Ya te ha dicho algo el médico?

El pelirrosa asiente. Dirige su desilusionada vista a la ventana.

Gabi: Participaré en tres días... En forma de apoyo.

Hago un gesto de confusión y algo de sorpresa.

Gabi: El médico me dijo... Que es definitivo, no podré jugar.

Me duele. El pobre se esforzaba en aferrarse a la ínfima esperanza de un posible partido de ensueño en el que, ya curado al 150 %, ayudaría al Raimon a vencer.

Yo: Lo siento...- Bajo la cabeza.

Noto que su mano coge la mía. Tira un poco, insinuando que me acerque a él.

Gabi: No pasa nada.- Me sonríe. Me apoya mi cabeza en su pecho. Se me cierran los ojos.- Duerme un poco, anda, que tienes una carita...

Ya no llego a oírlo claramente, solo percibo la calidez de sus palabras...
Recibiendo las palpitaciones de su corazón, me quedo plácidamente dormida.