Capítulo 53

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Narra Riccardo

El señor Froste levanta la mirada. Una gélida mirada que nada tiene que ver con la imagen que tenía de él hasta ahora. Tristeza. La angustia del pasado lo consume y eso puedo notarlo.

Sr. Froste: Siento de veras que esto lo tengáis que pagar vosotros de esta forma. De verdad que lo siento mucho.

Parece que reprime unas lágrimas sinceras que luchan por abrirse paso en una mejilla pulida y suave cual bola de nieve perfecta.

El entrenador Sharp se percata de las dificultades de su amigo y decide apoyarlo en la situación posando una mano en su hombro y continuando con la historia que no terminan de contar.

Entrenador Sharp: ¿Todos sabíais que Shawn tuvo un hermano pequeño cuando era niño?- Asentimos.- Bien, supongo que también todos sabréis que falleció en un alud.- Volvemos a corroborarlo.- Y además, que después Shawn sufrió ciertos trastornos de personalidad.- El "sí" de esta vez fue impaciente, ya todos queremos saber qué pasa aquí.- Pues bien, para que Shawn pudiera quedarse con su personalidad actual, hubo que negociar, si así se le puede llamar, con esas personas que se llevaron ahora a Natsuki. Fueron ellos quienes lo liberaron de tan pesada carga que, al fin y al cabo, lo terminaría dañando.
En un partido contra la Academia Alius, Shawn se despojó de la mitad innecesaria de su personalidad gracias a que antes de pisar el campo, esos tres jóvenes aparecieron de no se sabe dónde para hablar con él. Nosotros tres lo acompañamos, y fue ahí cuando mediante un procedimiento de lo más peculiar le comunicaron que en la disputo que iba a continuación, debía de tomar la decisión de ser libre, de ser él. A cambio, nos aseguraron que, algún día, de una manera u outra, tendrían que cobrarnos el auxilio, pero jamás se volvieron a presentar ante nosotros. Efectivamente, en aquel partido, Shawn adquirió su verdadero ser, superó su pasado y se convirtió en quien es hoy.

???: Así es, los restos de aquel joven, su hermano pequeño, fueron lo que vosotros hoy día considerás a "Natsuki". El orden se mantiene mediante el equilibrio y este, a su vez, reciclando.

Una voz femenina realiza estas aclaraciones detrás de nosotros. Al voltearnos, comprobamos que se trata de Ágata y de Ámbar.

Ágata: Tranquilos ----Responde ante nuestra mirada de desconfianza----. Hemos venido a hacer un trato. Un pacto.

No debe de ser nada bueno. Yo ya no sé qué esperar de ellos...

Ámbar: Sabemos que lo de Natsuki ha sido un golpe duro para vosotros. Todavía no se a transubstanciado su espíritu, estáis a tiempo, aunque le queda poco. En tres días su metamorfosis será inminente y recuperarla será imposible incluso para nosotros. Así que hemos decidio hacer una excepción por esta vez.

Entrenador Sharp: ¿De qué se trata...?

Ágata: Nuestras habilidades no pueden, ni deben, compararse con las vuestras. Somos infinitamente mejor en todo; sin embargo, a pesar de nuestras sublimes características, jamás hemos jugado al fútbol. Hemos apreciado y considerado ese fallo en nuestra perfección como una posibilidad, diminuta, sí, pero una oportunidad que vosotros podéis aprovechar.

Yo: ¿En qué sentido?

Parece que todos nos empezábamos a interesar por la conversación.

Ámbar: Jugaremos un partido de fútbol pasado mañana. Os lo jugáis absolutamente todo en él. Pero si nos ganáis, os devolveremos a Natsuki. Ya nos encargaremos nosotros de la forma correcta de hacerlo, hay un pequeño vacío legal que...

Ágata: Bueno, pero debéis ganarnos, porque tenemos que argumentar una razón que nos respalde a la hora de recuperarla. Y, aunque estemos hablando de manera muy positiva, no nos subestiméis, porque no vamos a contenernos.

Narra Arion

Nos están... Ayudando (?). Al final resulta que van a tener sentimientos y todo... Pero...

Yo: ¿Por qué nos ayudáis?

Todos mis compañeros me miran aprobando la pregunta que acabo de plantearle a los "salvadores" de Natsuki.

Ágata: Ámbar se ha empeñado.

Ámbar: ¡Mira! Aun encima de que os prestamos nuestra ayuda, no la desperdiciéis (!). O me replantearé todo este asunto. Y si lo que os preocupa es el equilibrio, no, esta vez no habrá que devolver nada. A veces, el equilibrio se estabiliza solo de nuevo...

Ágata: No empieces a divagar, haz el favor.

Ámbar: Lo siento. Bueno, eso es todo. En dos días, partido, el ganador se queda con Natsuki. Decidid vosotros el lugar, nosotros nos presentaremos allí cuando estéis listos. No os preocupéis por avisarnos, lo sabremos.

De repente, un resplandor, pestañeamos por inpulso para proteger los ojos. Habían desaparecido.

Parece que al final no todo está perdido. Podremos recuperar a Natsuki...

Víctor: Si ganamos.

Parece que ha adivinado mis pensamientos por la emoción que seguramente mis ojos estaban manifestando.

Yo: Vamos a hacerlo. No te preocupes, Víctor. Si no tenemos confianza, estará todo perdido.

Entrenador Evans: Eso es cierto. Chicos, ¡vamos a ganar! Y vamos a recuperar a Natsuki. Eso tenedlo por seguro. Si no perdemos de vista nuestros objetivos, siempre los alcanzaremos con más facilidad.

Le asiento. Observo a todos mis amigos. En sus caras vuelve a vislumbrarse la esperanza, sobre todo en Riccardo.

Por otro lado, el Sr. Froste contempla el horizonte con una mano del entrenador Sharp apoyada en su hombro. ¿Qué se pasará por su mente en estos momentos? ¿Alivio, quizás, por poder enmendar su culpa al ser nosotros capaces de recuperar a Natsuki?

No lo sé. Solo espero una cosa: que nada se tuerza ahora. Estamos muy cerca de terminar todo esto como para echarlo a perder. Todo saldrá bien, tiene que ser así.

Amor de amores (?)Where stories live. Discover now