Capítulo 14

4.8K 442 88
                                    

Miraba nervioso a todos lados mientras todos los chicos seguíamos a Clarisse por los pasillos para ir a ver a Marie.

Clarisse empujó la puerta para ir a la sección de operaciones y luego seguimos caminando para pararnos en frente de la habitación en la que había estado horas atrás. Brooke tomó mi mano y miré hacia abajo. Tenía una expresión de miedo y tristeza, y no la culpo. Seguramente estará nerviosa por ver el estado de Marie. Clarisse abrió la puerta y nos hizo una señal de silencio para luego dejarnos pasar. Todos nos pusimos en una fila delante de la camilla donde Marie dormía plácidamente.

Clarisse se acercó hacia Marie y le susurró algo al oído mientras trataba de despertarla despacito. Mi chica abrió los ojos perezosamente y sonrió algo cansada. Clarisse le ayudó a sentarse en la camilla y nos miró mientras sonreía. Se notaba que estaba cansada y adolorida. Brooke me soltó la mano y comenzó a llorar mientras Marie la abrazaba y le decía que todo iba a estar bien. Luego siguió Ann y Theo para saludarla.

Hasta que llegó mi turno y me puse más nervioso de lo normal. Sus ojos apagados, al mirarme, brillaron de alguna que otra forma, pero sé que pasó algo en ellos. Le sonreí y algo indeciso caminé hasta estar a su lado. Ella me mostró sus dientes en una hermosa sonrisa y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Me agaché para abrazarla y Marie pasó sus brazos por mi espalda y sollozó débilmente. 

Nos pasamos aproximadamente dos horas hablando de temas interesantes para todos los del grupo y riendo. Me tocó estar al lado de Marie y pasamos todo este tiempo con las manos entrelazadas debajo de las sábanas de su camilla. Ella algunas veces me acariciaba el pulgar y yo hacía lo mismo. Por lo que mi sonrisa no abandonó mi rostro por unas largas, pero fabulosas, dos horas. 

—Chicos, me encanta verlos tan unidos disfrutando la compañía de Marie, pero es hora de que a Marie le den sus medicamentos y la revisen— anunció Clarisse y miré hacia la chica postrada en la camilla, y ella ya me estaba mirando. 

Marie me soltó la mano para abrazar a Brooke quien fue la primera en lanzarse a sus brazos prometiendole que iba a venir a visitarla mañana, y yo también. No creo que pueda pasar un día sin verla.

Ann y Theo le besaron la mejilla avisandole que el plan que teníamos para hoy día se iba a posponer hasta que ella estuviese mejor. Y llegó mi turno, la miré con ternura y me agaché para abrazarla, ella formó puños con mi camisón como si nunca quisiese soltarme, o como si me fuera a desaparecer.

—Necesito hablar contigo, Shawn— me susurró en el oído.

Asentí con algo de preocupación, su mirada había cambiado drásticamente a una totalmente de miedo, miré hacia Clarisse, quien nos miraba curiosa, al igual que los chicos. Le hice una seña con la cabeza y ella asintió. Sacó a nuestros amigos de la habitación y me senté en la cama de Marie, entrelacé mi mano con la suya y ella soltó un largo suspiró. Se notaba que estaba nerviosa y muy tensa, su labio inferior no dejaba de temblar y sus piernas se movían constantemente.

—Shawn, yo...— su voz se cortó y se le llenaron los ojos de lágrimas. —Yo..., traté de suicidarme, Shawn— soltó un suspiro pesado mientras se llevaba las manos a su rostro para taparlo y comenzar a llorar. 

¿Suicidarse?

Una holeada de terror y miedo se esparció por todo mi cuerpo y me tensé. Era obvio. La chica hermosa, simpática y dulce, quien me estaba a empezar a pasar cosas con ella, me acababa de contar que se había querido suicidar. ¿Cómo reaccionas a eso?

Sus ojos rojos se asomaron por encima de sus manos para mirarme. Yo aún no decía nada, no sabía que decir..., la verdad.

—No lo hice porque me acordé de ti...— me susurró.

Como si eso mejorara la situación.

Bueno, en parte, sí. ¿A quién le alegraría saber que fue el motivo de un no-suicidio? Cerré los ojos y negué con la cabeza mientras me pasaba las manos por el pelo. 

¿Quién era ella y qué le había hecho a mi Marie?

—Shawn, dime algo, por favor...— posó su mano encima de la mía y yo, por acto reflejo, la aparté.

—No sé que decirte, Waetford— la miré y su cara de asombro me hizo relajar los puños.

—Jamás me habías llamado por mi apellido...— susurró.

—¡Es que, es increíble! ¡Acabo de recibir una de las peores noticias de mi vida!

Marie me miraba a los ojos, curiosa..., asustada, también. Me mordí el labio inferior y me paré de la camilla de la chica extraña. 

—¿Qué? ¿Te vas? ¿Te enojaste?

—¡Pues claro que me enojé, Marie!— alcé la voz. —¡En realidad estoy muy confundido, hasta decepcionado! —Cerró los ojos con dolor, y luego los volvió a abrir. Dispuesta a escuchar todo lo que le tenga que decir. —De verdad que no sé quién eres. La Marie que yo conozco jamás se le hubiera pasado por la cabeza hacer algo así, ella es fuerte y tenía bien claro que todo se puede superar con esfuerzo y sin rendirse.

—¡No sabes como me sentía! ¡Estaba bloqueada, te lo juro que no era yo!

—Es obvio que no eras tú, Marie— dije en un tono sarcástico. Sus hermosos ojos se cristalizaron de nuevo.

¿Yo había hecho eso?

—Shawn, no te enfades, no lo hice. Sigo aquí, por favor. Si te lo conté fue por algo, confío en ti. Necesito que me digas que todo va a estar bien.

—¿Por qué pensaste en suicidarte?— pregunté de sopetón y ella cerró la boca de inmediato, agachó la cabeza evitando mi mirada y bloqueándose a contarme. Me agarré nuevamente el cabello con frustración y salí disparado de la sala.

—¡Shawn, Shawn, por favor, vuelve!— escuché sus gritos llamándome, pero no le di importancia. Diablos, quiero volver ahí y abrazarla, decirle que todo va a ir bien y que lo superaremos, pero, Dios, no puedo, mis pies no quieren devolverse.

Pasé por al lado de los chicos y ellos comenzaron a llamarme, los ignoré y seguí corriendo en dirección a cualquier parte, pero lejos de Marie. No sé por qué esto me enfada tanto, al fin y al cabo ella está aquí y eso es lo que importa, ¿No? Pero, no puedo, estoy muy shockeado con la noticia y me siento muy raro.

Estaba a punto de llegar a mi habitación cuando me mareé, caí de rodillas contra el suelo tratando de respirar. El grito de mi mamá me hizo toser y me comencé a desesperar buscando oxígeno cuando vi a varias personas tratando de pararme llevándome a rastras hasta mi habitación. No veía con claridad, sólo unas figuras borrosas moviéndose de aquí para allá.

—¡¿Estuviste corriendo?! ¡Te dijeron que no debías agitarte!— escuché los regaños de mi mamá mientras trataba de poder respirar. Me pusieron una mascarilla y una enfermera comenzó a presionar mi pecho de arriba hacia abajo, no sé lo que hizo, pero por fin pude tener la respiración regular. Vi como sacaban a mi madre de mi habitación hasta que no di más y cerré los ojos pensando en Marie.


Hospital «Shawn Mendes»Where stories live. Discover now