Capítulo 23

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La mirada que tenía Shawn sobre esa chica era extraña. Era casi de la misma forma a la cual yo sentía que me miraba. Mis manos comenzaron a doler gracias a la presión que hacían mis uñas en las palmas de estas. Ni si quiera me había dado cuenta que me estaba haciendo daño. La molestia en mi pecho se comenzó a hacer presente y un nudo en la garganta me incomodaba.

—Hey...— sentí el susurro de Matteo a mi lado y pude desviar la atención de esa escena hacia mi acompañante. —Tengo unos asientos buenísimos, ven... —me sonrió de forma tierna y sin poder evitarlo volví a mirar a la pareja abrazados antes de que mi amigo me tirara hacia otra parte donde no podía mirarlos.

Comenzó el espectáculo y me desconcentré un rato de lo que había pasado minutos atrás. Estábamos a pocos metros del escenario y se podía ver todo de maravilla, varios adolescentes se presentaron en la noche, muy buenos a decir en realidad. Toda la velada estuve atenta a los chistes de Matteo a mi lado y sus comentarios hacia los artistas presentes. Adelante de la primera fila de asientos se acomodaron algunos niños y escuchaban con adoración las distintas voces que llenaban la sala.

Luego de que un chico terminara su pequeña presentación vinieron los aplausos correspondientes y el leve bullicio luego, miré a Matteo y comenzó a hacerme reír con una de sus historias sobre su escuela. Me dolía la barriga de tanto que me reía y comencé a golpear la palma de mi mano contra la rodilla en un intento de calmarle, pero se me hizo imposible.

— ¡Se te salió por la nariz! —exclamé entre risas mientras que él me miraba rodando los ojos y una pequeña sonrisa en su rostro.

— Creo que ya sufrí bastante para que tú te la pases riendo de mi —murmuró y miró hacia el escenario. —Oye mira, es tu novio —sonrió de lado y yo automáticamente giré el rostro hacia el escenario cuando escuché esas palabras salir de su boca.

Ahí estaba él. Sonriendo como si fuese un modelo de un comercial de pasta dental. Sus ojos se achinaron aún más cuando todo el público comenzó a aplaudir al verlo a él. Se sentó en un taburete algo alto y de inmediato le entregaron una guitarra de color negro. La guitarra que yo le había regalado. Mi estómago comenzó a revolverse y me cosquilleaban todas las extremidades al verlo tan alegre y confiado de si mismo allá arriba frente a todas estas personas. 

—Shawn... — logré pronunciar en un débil suspiro y sentí como Matteo dirigía su mirada a mi, pero no le di mucha importancia, ya que no podía despegar la vista de Shawn.

—Hola... — dijo tímidamente y lanzó una sonrisa grande. — Mi nombre es Shawn Mendes y como algunos sabrán soy paciente de este hospital desde hace ya varias semanas... —miró detenidamente al público quienes lo miraban muy atentos, incluyéndome. Lo único que deseaba es que sus ojos toparan con los míos, que supiera que yo estaba ahí apoyándolo como he hecho desde que lo conocí. Pero esto no sucedió.

 — Escribí una canción para una persona en particular...— dijo después de que se quedara en silencio, como si estuviese meditando sus palabras. — Es muy especial para mi..., ella sabe como hacerme sonreír, como hacerme saber que jamás me dejará solo..., que soy una de las cosas que más le importa, me lo demuestra y éso me encanta.

No pude evitar removerme en mi asiento, una chispa se encendió dentro de mi ante sus palabras, temblando por completo. ¿Seré yo? ¿Se habrá tomado el tiempo de haber pensado en mi y componer una canción como él había dicho?

Matteo colocó su mano en mi rodilla con una sonrisa de oreja a oreja, quizás él también pensó que la canción era para mi. No pude evitar devolverle la sonrisa y fijar mis ojos de nuevo en Shawn. Pero no todo era como parecía.

La chica con la que anteriormente estaba abrazado tenía una de sus manos en su pecho y pegaba saltitos emocionados, mientras que la mamá de Shawn la abrazaba y apuntaba a éste indicándole que la canción iba para ella sin duda. La pelirroja comenzó a lanzarle besos con la mano al chico del escenario mientras que comenzaba a rasguear las cuerdas de la guitarra. 

Todas mis ilusiones y emociones se fueron directamente al suelo, sentí ése nudo en la garganta otra vez y me encogí en mi asiento al darme cuenta que había sido demasiado estúpida como para pensar que él pudo haberme escrito una canción. Que de seguro antes de entrar aquí tuvo miles de novias bonitas y perfectas, que siempre ha estado enamorado de ésa chica y yo solo fui algo pasajero, algo con quien matar el tiempo. La molestia en mi estómago no dejaba que yo me quedara quieta en mi silla de ruedas y cerré los ojos bajando levemente la mirada. Me sentía demasiado idiota, y el sentimiento de vergüenza comenzó a rondar dentro de mi. A mi me gustaba demasiado Shawn, lo sabía. Lo que no sabía es que era obvio que el no sentía lo mismo por mi. 

Era tan insegura y éso era algo que realmente detestaba en mi. Todas las veces que Shawn me apoyaba y estaba ahí para mi ¿No contaron? ¿Por qué siempre tenía que dudar sobre sus sentimientos hacia mi? 

Levanté la mirada hacia él y me estremecí al darme cuenta que sus ojos me miraban a mi y solo a mi. Sus pupilas me atravesaron como una bala y el corazón volvió a latirme con fuerza. Al darse cuenta que yo también lo miraba, me regaló una de sus sonrisas, una de sus sonrisas que tanto me encantaban, que me hacían volverme loca en cuestión de segundos. Comenzó a cantar sin quitarme los ojos de encima, cosa que me derritió por completo. 

Una parte de mi estaba concentrada en lo que cantaba, y la otra parte admiraba su perfecto rostro mientras este se contraía al mover su boca delicadamente.

Tantas caídas, tantos llantos y en tan poco tiempo supiste como sostenerme.

No te vayas de mi lado, llegaste de repente a mi vida y ahora eres la razón de mis sonrisas.

No estoy pasando por un buen momento, lo sé, pero alguien me mandó al ángel más precioso para que me acompañase en lo último que me queda.  

No quiero a nadie más que no seas tú, mi princesa.

Y así fue como yo oía a ése perfecto chico de voz tan melodiosa ahí arriba del escenario. Shawn seguía mirándome, y yo ya no podía más. Los ojos se me cristalizaron de inmediato. Era tan tonta ¿Cómo podía dudar sobre los sentimientos de ése ser tan perfecto?

Odiaba ser tan insegura.

De verdad lo hacía.

¡hooooola! he regresado al fin luego de tantos meses, se viene el finaaal de esta historia y ahora vamos con todo, las extrañé, háganse presentes. 

LAS AMOOOO

-Alex.

Hospital «Shawn Mendes»Where stories live. Discover now