Hospital «Shawn Mendes»

Capítulo 17

Marie

Desperté gracias al constante golpeteo de la lluvia en la ventana de esta extraña habitación. Me refregué los ojos y cuando intenté incorporarme, volví mi vista hacia mi cadera. Los recuerdos de esa noche me invaden por completo y me estremezco. Sacudí la cabeza y miré hacia la ventana. Ya era de día, pero el cielo grisáceo hacía la estancia algo triste. Hoy era veinticuatro de diciembre, mañana sería navidad y sonreí al darme cuenta que había un pequeño árbol en la esquina de mi habitación con todas las cosas que yo le había pedido a mi papá y papel de regalo a un lado. Apreté el botón que llamaba a la enfermera y tomé un sorbo de agua que había en un vaso al lado de mi camilla.

—¡Wow! ¿Tú tocando el timbre? ¡Esto es nuevo!— dijo Clarisse al entrar a la habitación y reí. —Te traje el desayuno...

—¡Gracias! Muero de hambre— le sonreí y me ayudó a sentarme, ahogué un gritillo de dolor y Clarisse me acarició la mejilla.

—¿Qué son todas estas cosas?— preguntó refiriéndose a mis "regalos" debajo de mi pequeño árbol de navidad que, seguramente, mis padres armaron mientras dormía.

—Son unos regalos que les pedí a mis papás que compraran para mis amigos—sonreí de lado observando la guitarra. —¿Me ayudas a envolverlos?

—Claro, cariño— me besó la frente. Me pasó un tazón con leche de chocolate y en el regazo un plato con un pan de queso derretido.

Luego de devorarmelo todo, le pedí a Clarisse que cancelara todas las citas con mis amigos que tenía para hoy día con la excusa que no me sentía del todo bien para poder envolver los regalos y tenerlos aquí hasta las doce con tranquilidad. Luego, puso todos los regalos en la camilla y trajo cinta adhesiva y tijeras para comenzar a envolverlos.

—A la guitarra no la podemos envolver, pongámosle una cinta en el mango...— me dijo mi enfermera y asentí sonriendo mientras me imaginaba la sonrisa de Shawn al ver su nueva guitarra.

Hice una bolsa con el papel de regalo, y metí todas las cosas de Brooke, crayolas, blocks de dibujo, pinceles, pinturas, óleos, lápices, plumones... etc.

Terminamos con los regalos y cuando Clarisse fue a ponerlos debajo de mi pequeño arbolito, se volteó a verme con una expresión algo extraña.

Tomó algo que no alcancé a ver y luego se enderezó con cuatro arbolitos más. Comencé a reír a carcajadas.

Gracias, mamá y papá.

—A las diez y media el hospital va a hacer una cena de navidad en el comedor principal para todos los internados y sus familias, en ese lapso de tiempo me pasaré con los arbolitos y los regalos por las habitaciones de los chicos— se ofreció y asentí emocionada.

—¡Genial!

Todo el día estuve descansando viendo películas en la televisión que la habitación me proporcionaba. En todos los noticieros daban películas navideñas, o reportajes con actividad caritativa o alguna cosa así. Mis padres vendrían en la tarde para pasar la navidad aquí e ir a cenar al comedor principal del hospital.

Golpean la puerta de entrada y me reincorporo con el ceño fruncido. Mis padres entran por ahí y sonrío al instante.

—¿Cómo estás, hija?— pregunta mi mamá y me da un beso en la frente. Papá hace lo mismo y se sientan en mi camilla.

—Bien, ya no siento tanto dolor como antes— me encogí de hombros y los rostros de mis padres cambiaron radicalmente. Sus miradas se suavizaron ante mi presencia tratando de encontrar las palabras adecuadas antes de decirme cualquier cosa que me quieran decir, porque lo noto, ellos necesitan decirme algo importante o creen que deben decírmelo y no me creo en condiciones para soportar una mala noticia en vísperas de navidad. Lo único que pido esta noche es que sea feliz y tranquila, tal y como lo eran las navidades anteriores.