En la oscuridad - Dirty sex

Capitulo 41

Había tenido un accidente por querer enviarle un mensaje.

Dejó el móvil en las manos de Peter sintiéndose culpable por ello, necesitaba verlo.

Entro a la habitación con sus ojos rojos de llanto y el maquillaje corrido. El aun dormida, se veía tranquilo. Tenía un cuello ortopédico, y un brazo inmóvil por yeso. Sollozó, y agradeció que no estuviera peor, no tenia cortes feos, aunque si un corte arriba de la sien y al parecer llevaba el cinturón, era lo bueno, tenía en su pecho una franja roja que le había dejado el cinturón de seguridad al, seguramente, impactarse o frenar de golpe.

Se sentó y miro alrededor, a esa habitación le faltaba algo.

¿Dónde estaba su madre?

Antes de salir a preguntar, le beso la mejilla y salió lentamente. Los chicos seguían sentados.

-¿Dónde esta su madre?-los chicos suspiraron.

-La llamamos dos horas atrás, pero dijo que estaba en una reunión, ni siquiera nos dio tiempo de decirle que pasaba.

Una furia recorrió su cuerpo y sintió ganas de golpear algo, alguien.

-Dame el teléfono de ella, Preston me facilitarías tus llaves.- la miro sin endentar, pero se las entrego.-Vuelvo en seguida.

¿Dónde estaba su madre? ¿Por qué no había respondido las llamadas? Esa mujer... era difícil.

-Tío Dex...-marcó cuando llego a la camioneta.-Estoy en el hospital... Justin.-fue todo lo que dijo el hombre salió de inmediato.

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Abrió los ojos y miró aquella mano que sostenía la suya. No podía mover bien el cuello, estaba tieso allí. El sol se filtraba por las ventanas y él no quería luz. Sentía su cuerpo magullado y dolor en la cabeza.

-Podrías...-habló ronco. La persona que estaba sosteniendo su mano se incorporo. _____.

-Hola...- le sonrió abiertamente y le beso la mejilla.- ¿Cómo esta mi bello durmiente?- la miró con una media sonrisa.-Me has dado el susto de mi vida, Bieber... no me hagas volver aquí por ti, mi amor.-el sintió una emoción increíble recorrerle el cuerpo.

La vio caminar a cerrar la cortina, con su mano buena toco el botón para arreglar la cama, de manera que podía estar sentado.

La habitación estaba llena de flores, globos en forma de círculos y un peluche con una cámara pegada a uno de sus ojos. Todos decían lo mismo, mejórate pronto.

Sonrió cuando ella tomó asiento.

-No vuelvas... nunca... en tu vida a enviar mensajes mientras conduces ni siquiera a llamar.-soltó una risita y vio como ella se inclinaba y le besaba la boca y antes de despegarse le mordió el labio.

Una corriente le traspaso la espina dorsal.

-No hagas eso, estoy aquí tieso y no puedo responder como quiero.- bromeó.

-¿Y cómo quieres responder?-ella volvió acercarse.

-Sabes cómo... quiero.- se acercó a él se inclino de manera que pudiera susurrarle todo eso en su oído.-Quiero chuparte los pezones.-habló bajo. Ella mordió su labio a la vez que cerraba sus ojos.-Morderlos y succionarlo hasta que estén tan sensibles que el aire de mi boca les cause sensaciones placenteras, quiero morder cada pedacito de tu piel, chupar y llegar a ese vórtice dulce que tienes entre la piernas, ____, que mi lengua se pierna ahí, escucharte sesear y sentirte temblar... y cuando te corras... cuando te corras quiero enterrarme en ti... maldita sea...-con su mano derecha tomó un puñado de su cabello y moviendo su cabeza con brusquedad hizo que ella pegara su boca de la suya.