Capitulo 38

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Cuando la leche y las galletas se acabaron, salió de las cobijas e inmediatamente un olor a humo de cigarrillo la asalto.

Miro rápidamente hasta el balcón y la puerta se había acabado de cerrar, justo en ese momento, no sabía si estaba abierta o no, pero quería hablarle, quizás estuviera cansado o molesto ¿Cuántos cigarrillos se había fumado?

Sin pensarlo más se levanto y se coloco unos pantalones cortos y camino hasta el balcón, levanto un pie lo coloco en la madera y el siguiente, y luego salto.

Estaba abierto.

Entro y el lugar aunque oscuro estaba vacío, no bien cerró la puerta y cuando giro la cabeza allí estaba él, en la puerta del baño mirándola.

-Hola.-dijo sonriente, camino con confianza hasta la cama y se tiro.

-Hola.-hablo sonriente.- Pensé que dormías.

-Estaba leyendo un libro...-cruzo las piernas y él se sentó frente a ella. Ninguno dijo nada.- ¿Cuantos cigarrillo fumaste hoy?-pregunto rompiendo el silencio. El rio un poco.

-Tres...-suspiro.- ¿Oliste el humo?-asintió.-Hubieran sido dos... pero tuve una discusión con mama...

Ella quería ser como él, tener las palabras correctas, pero era horrible en todo eso.

-Siento eso...-quería preguntarle el porqué de los problemas con su madre, ya que al parecer siempre había algo de tensión en ellos, pero no se atrevía, seguro no le respondería ya que ella tampoco había respondido cuando le pregunto el porqué de la reticencia de sus padres a llamarle por su nombre.

No podía exigirle ya que ella tampoco daba nada.

-Esta bien... siempre pasa, pero me pone mal...-calló y ella supo que no hablaría mas.

No sabía qué hacer, quería estar con él, pero no sabía cómo hacerse para comenzar con aquello.

-¿Algo en especial te ha traído aquí?-se incorporo y tomo la cámara del bulto, ella le miro tímidamente, pero intensificándola según iban pasando los segundos. El sintió aquello que lo llamaba a ella. Comenzó a fotografiarla.

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Maldita sea, Maldita sea, Maldita...

Me desea, no me lo ha dicho, pero lo puedo ver en sus ojos. Me desea con locura, lo siento en cada segundo que pasa y su mirada sigue en mi.

Y por más que yo la desee, no puedo. La deseo con tanta fuerza que no podría tenerla aquí un segundo más sin tocarla o besarla, introducirme en ella y sentir como tiembla en mis brazos.

Pero no podía, no era tan hijo de puta y había hablado con Preston, había tomado la decisión de hacerlo luego de que este llegara de su cita con la chica. Cuando lo vio entrar por la puerta de su casa supo que tenía que hablarle y lo había hecho.

Lo llevo lejos, y luego de una charla de al menos quince minutos entre ellos todo quedo aclarado.

Había sido conciso y precisó. Le dijo sin más lo que el padre de ____ le había dicho, con respecto a el, y le confesó que le había agradado como amiga y que quería que así siguiera, que estaba arrepentido de la forma en la que hablo de ella como un objeto y que esperaba, que si algo iba a ocurrir entre ellos, saliera todo bien. Le dijo que esperaba que no la alejara de él en dado caso y fueran novios ya que era la única persona que consideraba amiga.

Y era cierto.

-Ángel... tenemos que hablar...- asintió.-Se que me deseas, tanto como yo lo hago ahora mismo, no imaginas cuanto, pero a pesar de que no sea un buen chico, soy leal.

En la oscuridad - Dirty sexTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon