Sensaciones

5.4K 288 24
                                    

:::::

:::::

No era capaz de recordar muy bien a dónde iba. Pero recordaba que caminaba por la calle con el incómodo sombrero absurdo y el haori de Hokage mientras pensaba en lo mucho que extrañaba ir de misiones con ellos.

Fue justo en ese momento que su conocido libro voló de sus manos al chocar con alguien, y terminó en el suelo, en un maldito charco. Incluso le costó mantener el equilibrio. Aunque al menos él había corrido mejor suerte que su golpeadora, que había caído de culo junto a su libro.

¿Es que la gente no miraba por donde iba? Vale, es un poco absurdo, él tampoco iba mirando. Sólo fingía leer el libro de tapas naranjas, ahora hundido en un charco de barro.

-Gomen –se disculpó la kunoichi que había sido su alumna unos años atrás.

La miró fijamente por unos segundos antes de reaccionar y agacharse junto a ella para ayudarla a levantar. Tiró de ella, que se levantó de un salto chocándose con Kakashi y colocando las manos sobre su pecho a la vez que él ponía sus manos en los hombros de ella para frenarla.

Fueron a penas unas milésimas de segundos. Esos momentos en que por tiempo no puedes reaccionar pero tu cerebro lo ralentiza todo, y si bien tu cuerpo no responde, tu mente ha creado mil variables de qué hacer.

En cualquier caso, da igual, esas mil variables son físicamente imposibles. El espacio/tiempo no se altera. Sólo es una rara sensación en nuestra mente.

Sakura rápidamente bajó sus manos hasta sus piernas y se sacudió un poco la arena y el barro con que se había manchado.

-¿Todo bien? –preguntó él Hokage mientras se quitaba el sombrero para poder verla.

-Sí. Perdona. Tengo prisa. Luego pasaré por tu oficina para dejar el informe –gritó alejándose a toda velocidad.

Kakashi se quedó mirando hasta que Sakura giró una esquina y la perdió de vista. En ese momento su mirada regresó a la masa uniforme de celulosa y barro en que se estaba convirtiendo su libro.

Volvió a mirar en dirección a donde había desaparecido Sakura antes de agacharse junto al charco y recoger su libro.

Fue un momento, apenas unos segundos, pero algo cruzó su mente y se quedó con una rara sensación de que había perdido algo.

Se levantó para mirar a su alrededor, quizás se le había caído algo más en el choque.

Pero no encontró nada.

Miró una última vez en dirección a donde su ex alumna había desaparecido y decidió irse de vuelta a la torre Hokage.

Cuando había caminado un par de minutos volvió a sentir esa rara sensación de perdida.

Se llevó las manos al bolsillo trasero para comprobar que, efectivamente, no había nada.

No era una sorpresa, nunca guardaba nada en esos bolsillos. Lo raro hubiera sido haber encontrado algo.

Pero de algún modo era la confirmación que necesita para saber que había perdido algo.

¿El qué?

Se agachó en mitad de la calle, muy lejos del charco donde su libro pasó a ser un amasijo de celulosa, tinta y barro, y cerró los ojos.

Se llevó una mano al hombro izquierdo, donde golpeó contra Sakura, dejó caer de nuevo el libro, con mayor suerte esta vez, que cayó entre sus piernas, en una zona del suelo libre de charcos. Extendió la mano a la nada, todavía con los ojos cerrados, cerró la mano entorno a nada, y se levantó de un salto.

Sus manos, casi por inercia se levantaron a la altura de su pecho y parecieron posarse sobre... nada. Justo delante suya.

En ese momento abrió los ojos.

Acababa de entenderlo.

Se agachó junto a su libro con una rara sensación de que no había perdido nada, había dejado escapar algo. Es poca, pero hay una diferencia.

Una sutil diferencia que cambia las cosas. Dejar escapar algo puede ser tan sencillo como esperar en el andén a que pase otro tren, o puede ser como cuando de niño se te escapa el globo que relleno de helio comienza a subir. Sí, sabes que volverá a bajar en algún momento. Pero seguramente muy lejos de ti.

Es como cuando vas corriendo y se te cae algo. A veces puedes pararte y regresar a por ello. Otras veces debes seguir avanzando. Está allí, pero no puedes volver a por ello. Incluso, a veces, no debes.

Otras veces simplemente ha desaparecido. El tiempo. No sólo avanzas tú. El tiempo no se detiene nunca. Y a veces si algo no lo tomas cuando viene, ya no podrás conseguirlo. Es un avance sin retroceso. Algo que sólo podía suceder en ese preciso instante.

Avanzas, evolucionas, pasa el tiempo. Desaparece.

El globo sigue ascendiendo hasta que lo pierdes de vista, y cuando vuelvas a verlo puedes tener segura una cosa: estará roto o desinflado.

Otras veces esos instantes, esas oportunidades se pueden fabricar.

Quizás no sean iguales, quizás sean momentos artificiales. Pero a diferencia de los instantes precisos, uno suele estar preparado para no dejarlo ir.

Kakashi cogió el libro y pensó: ¿por qué he sido consciente de que he dejado escapar el momento?

Segundos después se levantó agitando su cabeza como queriendo borrar un pensamiento.

Es una pena que su pensamiento se quedase ahí. Es una pena que no pensara: ¿cómo puedo fabricar un instante artificial? O mejor aún ¿qué he dejado escapar?

Miró hacia atrás, a una calle que no significaba nada. Perdió de vista a Sakura en una calle a dos minutos de allí. Pero él miraba una esquina, tres manzanas más allá, como si fuera la esquina que Sakura giró para desaparecer de su vista.

Normalmente no queda nada. Normalmente tras un instante preciso no hacemos nada porque no somos conscientes de haberlo vivido. Normalmente sólo es una extraña pulsación en nuestro cerebro que intenta decir a gritos ¿QUÉ CARAJO HAS HECHO? PERDISTE LA OPORTUNIDAD. Pero sólo lo intenta. No entendemos nada.

Sin embargo a Kakashi esa pulsación se lo dijo alto y claro. Y fue capaz de entender que perdió la oportunidad.

¿De qué?

El tiempo es jodido. No se detiene a darnos explicaciones ni oportunidades. Pero había entendido algo. En su interior había reprimido algo. Algo que su cerebro había querido hacer tantas veces, que su cuerpo había deseado que sucediera tantas veces, que por esta vez le decía a gritos que estaba cansado de dejar pasar esos instantes precisos. Y que más le valía actuar la próxima vez.

Entonces recordó a dónde iba.

Iba a buscar a sus ex alumnos. Ellos regresaban hoy de una larga misión en Mizu no Kuni. Quería invitarlos a comer por su regreso.

Tendría que volver a la torre Hokage y esperar a que llevaran el informe de la misión.

:::::

:::

NdA: Y de regalo para hoy, esta rayada en la que he intentado no usar el diálogo a diferencia de lo que suelo hacer siempre. Quería apostar por las descripciones del entorno y al final sólo me ha salido algo que no describe más que un pensamiento o una sensación. Pero creo que ha quedado guay.

PD: Culpen de esto a Nova (en facebook) o LadySc -Maaya (en fanfiction), ella es quién me obliga a probar cosas nuevas. Pero sé que aunque esto sea raro, saldrá algo bueno de su machaque hacia mi persona XD



Drabbles KakaSaku (bjo-ks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora