Errores

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Era bastante tarde y tenía unas ganas locas por irse a casa, meterse en la cama y cerrar los ojos hasta el siguiente amanecer.

Y si entre medias conseguía esquivar a todos, mejor.

Llevaba cinco días sin dormir. Aproximadamente desde que recibiera esa carta de cierto moreno que anunciaba su regreso de otro de sus cortos viajes de larga duración y de los que ya se había cansado. La carta lo anunciaba como "regreso próximo" tan próximo como que había sucedido la noche anterior. Después de tanto tiempo sin saber de él, avisar con cuatro días de adelanto era algo absurdo.

Lo que sabía a ciencia cierta era que aunque al pensar en esquivar a todos, ese todos incluía a ese moreno, esquivarlo sería imposible. Compartir casa es lo que tiene. Además, había decidido hablar con él de una vez. Las cosas no podían seguir igual.

Por todo ello, la idea de conciliar el sueño esta noche no se presentaba con una probabilidad mejorada. Claro que también tenía algo que ver el hecho de que igualmente se había prometido hablar con cierto Hokage. Llevaba toda la tarde pensando en lo que le diría cuando le viera. O más bien, llevaba toda la tarde pensando en lo que no le diría. Porque a pesar de llevar cinco días pensándolo era incapaz de encontrar las palabras adecuadas.

Se colocó la mochila a la espalda y cogió un par de cajas de gran volumen que cargó hasta la puerta, donde como pudo apagó las luces del despacho con el codo y tras un último vistazo abandonó el lugar.

Cerró la puerta de un empujón y dejó las cajas en el suelo mientras rebuscaba en la mochila las llaves para echar el cerrojo.

Fue en ese momento que notó como un cuerpo musculoso se pegó a su espalda. Una mano enguantada que conocía muy bien se enroscó en su cuello y una nariz enmascarada se hundió en su cuello.

-¿No es un poco tarde para estar por aquí? –susurró con una voz grave y teñida de sensualidad el dueño de ese cuerpo que la acorralaba contra la puerta.

-Estoy cansada. Quiero irme a casa –confesó con desgana y hastío.

Kakashi la soltó sin separarse de ella, lo que la permitió girarse todavía acorralada entre su cuerpo y la puerta.

-¿Estás bien? Suenas más que cansada –preguntó mostrando realmente preocupación y dejando a un lado su anterior arranque de deseo.

Sakura dejó escapar un suspiro a la vez que le empujaba suavemente para apartarle de ella.

-Sí. Sólo estoy cansada. De verdad. Quiero irme a casa y olvidarme de todo.

Sakura volvió a girarse para cerrar con llave. Kakashi avanzó el par de pasos que había sido empujado y llevó sus manos a los hombros de Sakura, donde comenzó a realizar un suave masaje.

-Ven a mi casa. Podrás olvidarte de todo –comentó volviendo a susurrar.

-No. No me apetece –dijo dándole un manotazo a una de las manos para apartarle de nuevo de ella.

El Hokage la miró en silencio por un momento. Cuando Sakura se agachó a coger las cajas, se adelantó y las cargó por ella.

-Deja que te acompañe a casa. Las llevaré por ti.

-No lo necesito. Además, está Sasuke –aclaró intentando coger las cajas.

Kakashi se tensó por un momento y retrocedió un par de pasos con las cajas en brazos para evitar que Sakura las cogiera.

Drabbles KakaSaku (bjo-ks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora