CAPÍTULO 6

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— ¡Jeon!- un gritó me hizo saltar, sabía lo que eso significaba por lo que rápidamente termine de vestirme. Soy Jeon Jungkook, un adolescente de apenas dieciséis años de edad, actualmente me encentro en el orfanato "Pobres sonrisas de Seúl" ¿cómo llegué aquí? No lo recuerdo, pero no es algo malo, o no lo era hace algunos años.

En un principio todo fue realmente bueno, cada una de las personas de este lugar me trataban con amor, algo que me sorprendía, rápidamente me sentí acogido y protegido. Muchas familias habían querido adoptarme, pero por alguna extraña razón nunca se concretaba la adopción. Con el pasar de los años eso siguió repitiéndose hasta que mi mente dejo de ser inocente, y comencé a darme cuenta que cosas extrañas estaban sucediendo.

— ¡Aquí estoy! Perdón, pero no encontraba mi ropa.- Minha era persona encargada de cuidarme, ella era alguien muy dulce, pero sin que me diese cuenta comenzó a cambiar y últimamente me miraba de manera extraña. No entendía muy bien la razón, pero a veces me obligaba a pasearme sin camiseta, siempre fue así y no le veía el problema, pero desde que mi cuerpo comenzó a cambiar me resultaba desagradable, y no por el hecho de tener que pasearme así por el orfanato sino que lo pide cuando hay más gente, especialmente cuando vienen las persona que son benefactores de la institución.

— Apresúrate y deshazte de esa camiseta, el señor Dae Jung ha llegado. Sabes que no le gusta que estés con esas gastadas prendas.- asentí con mi cabeza, con pesadez me deshice de la camiseta que tanto me había costado encontrar. Había sido una osadía encontrar algo que ponerme para verme obligado a quitármela.

Nos dirigimos donde se encontraba el señor Dae Jung, al llegar a ese lugar me di cuenta que no estaba solo, sino que habían muchas más personas, de las cuales todos eran hombres mayores, ninguno me resultaba cara conocida lo que me dejaba aún más desconcertado.

Podía sentir sus miradas puestas en mí, era desagradable tener que caminar mientras ellos daban aquellas miradas extrañas. Minha hizo que me paseara por delante de ellos mientras me observaban, algunos intentaron tocarme algo que me puso nervioso y alerta, pero Minha de inmediato se movió cubriéndome.

— No, sin tocar. Recuerden que no se toca sin antes haber pagado.- escuchar aquello me hizo pensar que quizás alguno de ellos me quería adoptar, pero antes tenían que pagar y de esta manera que el orfanato siguiera funcionando. Aquello quedó rondando en mi cabeza, pero no parecía encajar, mi cuerpo estaba tan alerta que sentía que me estaba equivocando.

— No seas así Minha, sabes que siempre pago. Dámelo ahora.- mis ojos se abrieron de sorpresa al oír aquello, alcé mi vista encontrándome con un señor que jamás había visto, su contextura era gruesa, demasiado gruesa. En su rostro se podía ver que ya era de bastante edad, su piel contenía arrugas. Cerca de su labio se podía ver algo negro, lo que hacía que me dieran ganas de vomitar de solo verle.

— No, ya dije que no. Además este no es igual a los otros.- Minha tomó mi mentón de manera brusca, haciendo que les observara a todos.

— Este es inocente, dulce y tierno, así que no. Cuando me traigan el dinero que acordamos ahí podrán entretenerse como quieran.- sentí un viento helado en mi espalada, un miedo atroz creció en mi pecho, el pánico estaba invadiendo cada parte de mi ser. No entendía que suceda, pero por la forma en que me miraban estas personas no era algo bueno...

(...)

Tras lo ocurrido ese día, no volví a ver aquellas personas. Había transcurrido una semana desde lo ocurrido, y las cosas cada vez se ponían más extrañas. Muchos niños con los que me juntaba comenzaron a desaparecer, a veces se iban por días o solo por la noche.

En un principio pensé que quizás era porque estaban enfermos, debido a que cuando volvían, eran otras personas. No hablaban con nadie, caminaban extraño, muchas veces los escuchaba llorar por las noches. Cuando me acercaba a ellos se me partía el corazón al ver la tristeza que reflejaban sus ojos.

DRAKON IN LOVEWhere stories live. Discover now