CAPÍTULO 10

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Jungkook PVO

Una extraña calidez mantenía mi cuerpo extasiado, no entendía que ocurría, pero no quería que se terminase. No recordaba nunca haber dormido tan bien, una sensación de paz y tranquilidad de inundo. El sueño se fue alejando de mi ser, lentamente abrí mis ojos topándome con el rostro de la persona menos esperada.

— ¿Jimin?- pregunté apenas en un susurro. Iba a moverme, pero mis ojos cayeron hipnotizados ante la persona frente a mí. Jimin se veía tan tranquilo, su cabello estaba repartido por su rostro y parte de la almohada. Sonreí al verle, de cierta manera me producía calma el solo verle dormir, era como un ángel...

Mis ojos se abrieron de sorpresa ante el rumbo que estaban tomando mis pensamientos, negué con mi cabeza furioso, debes recordar quién es él, la persona que te insultó, debes tener en claro que no le soportas.

Los recuerdos de la noche anterior me albergaron en rápidas imágenes, la forma en que cuidó de mí me tenía desconcertado. Moví mi cuerpo con intenciones de levantarme, sentí mi rostro arder al sentir sus manos presionarse con fuerza en mi cintura impidiendo que me alejase.

— Maldición....- susurré rendido. Volví a acomodarme cerca de él, intenté volver a conciliar el sueño, pero me fue imposible. Suspiré concentrándome en las facciones de Jimin, no había tenido la oportunidad de mirarle con detenimiento, su rostro trasmitía paz, sus mejillas regordetas le daban un aire adorable. Mis manos comenzaron a cosquillear por acariciarle y ver que tan suaves eran; estaba tan perdido mirándole que me sorprendió al momento que sus ojos se abrieron. Ambos quedamos mirándonos fijamente, ninguno de los dos dijo nada, solo nos observamos en silencio.

Jimin siguió apreciándome, al momento en que se dio cuenta de nuestra cercanía separó de inmediato sus manos de mi cintura, como si sus manos quemasen. Una extraña sensación se alojó en mi pecho ante su lejanía, el sentimiento de necesidad me atacó, por un momento me asuste ante aquel sentimiento, no necesitaba nada, no podía necesitar nada.

Seguimos sin hablar, no existía la necesidad de hablar, nuestros ojos parecían comunicarse por sí solos. Jimin lentamente comenzó a acercarse a mí, me sorprendió su cercanía. Mi cuerpo se paralizó, mi corazón latía con intensidad, por instinto cerré mis ojos creyendo que me besa... mi cuerpo se encogió al momento en que su frente se posó sobre la mía.

— Ya no tienes fiebre...- susurró. Mi cuerpo se sintió extrañamente decepcionado.

— Gracias por lo que hiciste por mí.- murmuré poniéndome de pie, las cosas ya estaban siendo sumamente extrañas, necesitaba salir de la habitación.

— No fue nada, creo que con lo ocurrido ya deberíamos llevarnos mejor no crees. Después de todo ya confías en mi ¿o no?- sus palabras me golpearon profundamente, me quedé en silencio intentando entender el trasfondo de sus palabras. Le había confiado todo, mi tormento, mis miedos y él estuvo ahí, no me abandono, no se burló, solo se quedó cuidándome...

— Tienes razón. Mh, iré a preparar nuestro desayuno.- comenté nervioso, no esperé respuesta solo salí de la habitación. Al ingresar a la cocina, intente distraer mis pensamientos, el desayuno fue lo suficiente para mantenerme ocupado.

Cuando tenía todo listo, Jimin apareció y como ya era costumbre apareció con su cabello húmedo vestido tan solo con su ropa interior y una camiseta. Nos sentamos a comer y nuevamente el silencio nos invadió.

— Lo que pasó anoche, lo que me dijiste...- mi ceño se frunció ante sus palabras, no entendía dónde quería llegar con eso.

— Quiero que confíes en mí, sé que nuestra relación es una mierda, pero quiero que sepas que lo que dije anoche era cierto. No permitiré que nada malo te pase, así que puedes quedarte aquí libremente.- mis ojos se abrieron de sorpresa ante sus palabras, su voz sonó tan sincera, que por un momento no supe cómo reaccionar.

DRAKON IN LOVEWhere stories live. Discover now