26. Miguel.

10.7K 1.2K 712
                                    


Ya había vuelto a mi departamento. Había quedado con Sofía esa misma mañana para ponerle fin a nuestra relación. Sabía muy bien lo que quería y era estar con Rubén. Por fin sentía que las cosas estaban yendo bien.

Tocaron timbre y fui abrir, me encontré con Sofía mientras me sonreía.

—Hola, cariño—dijo mientras me daba un beso en la mejilla.

—Hola—le respondí—. Qué bueno que llegaste... quiero hablar contigo...

—Oh, ya sé lo que vas a decir—dijo mientras soltaba una risa—, pero déjame decirte primero algo.

—Claro—me senté en mi sillón mientras ella se sentaba a mi lado y giro la cara para verme.

—Te vi a ti y a Rubén besándose anoche—dijo y sonrío—. Escucha, Miguel, no soy estúpida. Sé que le gustas, no... está enamorado de ti, mejor dicho.

—Sofía...

—Y si fueras un poco de inteligente como creo que eres, no me vas a terminar... porque sino tu lindo mejor amigo va a descansar para siempre—soltó una risa, como si daba gracia lo que decía—. Y realmente creo que eres inteligente para saber que conmigo no se juega.

—Sofía—le dije—, sé no fue de buena manera lo que hice... pero no te amo. No me puedes obligar a estar contigo.

—Oh, ahí te equivocas, mi vida—estiro una mano para tocarme la mejilla pero se la aparte—. ¿Recuerdas que yo tengo un hermano?

—Sí...

—Qué pequeño es el mundo, por dios... tú lo conoces.

—Kevin—gruñí su nombre. Joder, puta mierda.

Sofía sonrió.

—Así es, cariño. Y si no quieres que, ya sabes, tu mejor amigo salga lastimado... vas a seguir conmigo.

—No puedes impedir que vea a Rubén, Sofía. Es mi mejor amigo, es la persona que conozco hace diez años...

—Oh, mi amor, no. No estoy diciendo que te alejes de tu mejor amigo, claro que no. Pero que sea solo eso... tu mejor amigo, si no...—hizo una seña sobre su cuello, como diciendo que se lo cortaría, luego me miro seria—. No me consideres estúpida, Miguel. No soy un juguete por el que pueden cambiar por otro... aparte, ¿en serio lo quieres joder así? ¿Y lastimarte a ti? En todo caso, es solo un nene confundido, un chiquillo que no sabe lo que quiere en su vida, no como yo. Que estoy muy segura que te quiero a ti, no me juzgues... lo hago porque te amo—volvió a sonreír y me dio un beso en la mejilla—. Ah, y de esto, ninguna palabra a nadie. Ni siquiera a tus... gilipollas de amigos.

Se levantó y empezó a caminar hacia la puerta.

—Hasta luego, cariño—me lanzó un beso y cerró la puerta a su espalda.

Estaba jodido. Estaba tan jodido.


Uncover.Where stories live. Discover now