34.

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Mangel estaba acostado en la cama de Rubén mientras lo miraba jugar a la play, a su lado. Hubiera agarrado el mando y jugado, pero solamente tenía ganas de estar ahí, a su lado. Era todo lo que necesitaba.

Luego de que Sofía se había ido de su departamento, agarró sus llaves y se dirigió a lo de Rubén, donde de verdad quería estar.

—Joder—murmuro Rubén apretando los botones de su mando más fuerte y gruñó de frustración cuando el monstruo lo mato—. Menuda mierda.

—Eres un manco—le dijo Mangel mientras reía por la mirada seria que Rubén le había lanzado.

—Para otras cosas no lo soy—dijo mientras bajaba sus ojos a los labios de su amigo y sonreía.

—Lo sé—respondió Mangel y acto seguido lo cogió de las caderas para acercarlo contra él, Rubén entrelazo sus piernas con la de su... amante, mientras éste atacaba con furia su cuello dejando pequeños besos y mordiscos, que sin duda dejarían alguna marca.

Últimamente sus fans se daban cuenta de aquellas marcas, pero no podía decirles "Si, me las hace Mangel". Empezaría un revuelo. Era mejor decir que eran arañazos aunque no le creían.

—No sé cuánto tiempo más podremos estar así... sin llevar a cabo lo que queremos—murmuró Rubén mientras tartamudeaba por sentir la lengua de su amado en su cuello.

—Pronto se acabara todo, lo prometo—dijo Mangel mientras subía las manos que tenía en la cintura de Rubén por la espalda y lo apretaba más contra él—. Prometo que pronto, Rubén...

—Joder, quiero ser tuyo—dijo mientras se mordía el labio.

—Ya eres mío—dijo en cambio Mangel mientras reprimía una sonrisa.

—Pero de otra forma...

—Si fueras mío, de esa forma, no podrías sentarte en una semana—le susurró Mangel al oído a su amado mientras éste sentía pequeños escalofríos por los lugares que Mangel lo tocaba.

Las mejillas de Rubén se tiñeron de un rojo intenso.

—Eres un gilipollas...

—Joder, que adorable eres—dijo Mangel mientras sonreía y le daba un beso en los labios.

Rubén ocultó su cabeza entre el hueco del cuello y hombro de Mangel, y no pudo evitar preguntar:

—Oye, en pocos días es mi cumple... ¿vas a estar conmigo?

—Claro que sí—dijo Mangel mientras acariciaba con las yemas de los dedos la cintura de Rubén lentamente—. Y luego de eso es San Valentín...

—Que tendrás que pasarlo con ella, ¿no?—murmuró amargadamente Rubén mientras suspiraba.

—Sí—Mangel se mordió el labio mientras negaba con la cabeza—. Lo quiero pasar contigo...

—Pero no puedes.

—Algo se me ocurrirá.

—Mangel—dijo Rubén mientras alzaba la cabeza y miraba los ojos oscuros de su chico—. No te metas en líos, cabrón...

—Y yo que pensé que me dirías que me amas—dijo Mangel mientras hacía puchero.

Rubén no pudo evitar sonreír mientras besaba aquellos labios. Eran una adicción para él. Algo que lo alejaba de la realidad y le hacía sentir tan bien.

—Te amo, idiota—le dijo Rubén entre besos. Y era verdad. Lo amaba.

Uncover.Where stories live. Discover now