Capítulo 5

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-¿A dónde nos dirigimos exactamente? - Preguntó Phoenix por quinta vez desde que salimos de casa. Ya me estaba arrepintiendo de haberla traído conmigo y no mandarla para su casa. Pero por lo poco educado que soy, no lo hice.

Así que como las últimas veces, no le conteste.

- Me parece infantil de tu parte que no me dirijas la palabra. - Ella siguió insistiendo mientras caminaba junto a mi. Realmente, no entendía como no le estaba dando un ataque de hipotermia ya que su vestido corto dejaba mucho a la vista sus piernas y el viento no estaba muy a nuestro favor que digamos. - Además, me debes una explicación. He salvado tu trasero.

Esas palabras fueron las que provocaron que parara en seco. Esta chica logro en el poco tiempo que caminamos fastidiarme hasta la médula.

-¿Qué has dicho? - Hablé entre dientes. Mi paciencia se había acabado. ¿Cómo una cara tan bonita podía ser tan pesada? Eso debería de venir como advertencia.

Phoenix, la cual no se había dado cuenta de mi parada repentina, dejo de caminar a unos pasos de mi y se dio vuelta. Me tomé un momento para observarla, todo en ella emanaba seguridad, como si estuviera segura de que era perfecta y no lo dudara. Este tipo de cosas, es la haría entrar en mi lista de chicas con las que hay que pasar una noche.Pero por respeto a Mia y un poco hacia esta chica, no lo haría por mas que quisiera. Simplemente, permanecería en la otra lista de"Algún día de mi vida".

- Me has escuchado bien. - Se hundió mas en su chaqueta de cuero ignorando claramente mi mirada examinadora. Seguro que estaba mas que acostumbrada a que los chicos se babearan por ella. - Me lo debes. -Volvió a hablar, - He podido sentir el enojo de tu padre...

Algo en aquella oración me confundió. Mi padre siempre era bueno disimulando sus emociones, la gente lo veía como un hombre humilde y agradable. Y nunca, hubo una excepción.

-¿Su enojo? - Mi voz sonó dudosa. Quería asegurarme de haberla escuchado bien, aunque era imposible ya que esta chica había captado toda mi atención desde el primer momento en que la vi.

-Enojo, furia, amenaza, o como tu quieras decirle.- Enumero ella en forma de afirmación. Frunció el ceño repentinamente al captar que no la estaba entendiendo del todo. - Ya sabes. - Intento explicar. -Mala vibra y eso. - Aclaró su garganta restandole importancia al tema.

Sería una idiotez decir que su pequeño gesto, el cual provoco que su pequeña nariz se arrugara, no había provocado que mi atención se fuera de foco. No lograba comprender como con un pequeño gesto lograba fascinarme cada vez mas. Era como algo nunca visto, por mas normal que fuera.

- Lo que digas. - Moví mi cabeza tratando de aclararla. Necesitaba dejar de estar tan hipnotizado por ella o cedería a mis ganas de besar sus labios.

¿Qué demonios me pasaba? Sonaba como un idiota enamorado, uno mas en la lista de Phoenix. Y eso que el amor no iba en lo mas mínimo conmigo.Así que seguramente el cansancio ya me estaba afectando la cabeza.

Volvía retomar mi camino fastidiado conmigo mismo y al pasar por su lado baje la mirada a mis pies. Tenía que dejar de observarla como si fuera un ángel, tal como mi madre debe pensar que es. Además, Phoenix no tiene la culpa de ser tan hermosa. Aunque me preguntaba si realmente era consciente de que lo era. O de quien lo habrá heredado, porque sinceramente empezaba a creer que sus padres debían ser lo mas cercano a la belleza de ángeles que debe haber en este mundo.

- Entonces... - Caminó junto a mi. Me sorprendió el hecho de que pudiera seguirme el paso, pero un recuerdo de sus largas piernas salio de mi memoria. - ¿A dónde iremos? - Y su irritante pregunta rápidamente me hizo recordar que por mas hermosa que fuera era demasiado fastidiosa.

The Wolves (WESTERWOOD #1)Where stories live. Discover now