CAPÍTULO 19: Amber y Trent

219K 11.7K 5.2K
                                    


IF U C Kate  McFLY

La imagen de ambos jóvenes juntos se repitió en su cabeza una y otra vez hasta el cansancio. Aaron Foster se movió furioso por la habitación, soltando gritos exasperados y respirando tan agitado que todo él había empezado a temblar. Tragó en grueso, demasiado exasperado y dolido como para poder reaccionar, como para fingir que nada había sucedido. Le importaba poco lo que Rex intentaba decirle para calmarlo, Aaron estaba demasiado fuera de sí para pensar en otra cosa que no fueran ellos. Se agitó los cabellos una y otra vez con fuerza, cerrando los ojos cuando, sin poder soportarlo más, se dejó caer, la espalda pegada al muro y el silencio albergando toda la habitación.

—Aaron...

—No, Rex, no —farfulló—. No tienes una idea de lo que es esta mierda. Lo odio. Odio con todo mi ser y cada parte de mi alma quererla de esta manera.

Su corazón latía con tanta fuerza y rapidez que parecía querer estallar en cualquier instante. Era tan intenso el dolor clavándole el pecho que de a pocos empezaba a faltarle las fuerzas necesarios.

—Diablos, Aaron... —murmuró Rex con lástima—. ¿Por qué no intentas hablar con ella?

Bufó por lo bajo, pensando en que jamás hubiera creído encontrarse en esa posición, escuchando consejos de Rex y perdiendo la cabeza por una chica. Era tan penoso que incluso sentía vergüenza de sí mismo.

—Y una mierda. Si me dieran un dólar por cada vez que lo he intentado... Amber solo me esquiva, me ignora o me responde con la suficiente indiferencia como para mandarme a la mierda sin siquiera decirlo. ¿Por qué es tan difícil?

Se sentía estúpido y miserable. Insulso porque nunca antes había sentido algo tan fuerte como ahora. Era la primera vez que sentía algo así por alguien. Era demasiado intenso e indescriptible. Se sentía enfermo, capaz de empeorar su estado solo con volver a verla con Trent.

—No se supone que deba doler tanto —espetó furioso antes de aventar la pequeña caja de terciopelo azul con fuerza contra la pared contraria.

Cerró los ojos nuevamente al ver el estuche abrirse y dejar a la vista una de las consecuencias de su debilidad. Y cerró los ojos una vez más, ignorando cómo Rex se inclinaba y recogía el pequeño objeto que acababa de aventar.

—¿Qué... diablos es esto? —cuestionó su amigo con los ojos abiertos en sorprendente desmesura mientras tomaba el largo collar entre los dedos y lo alzaba al aire.

Soltó un bajo quejido furioso y volvió a sacudirse el cabello. Trent abrazando a Amber, Amber riendo, ignorándolo, odiándolo... La risa burlona de Joe lo hizo reaccionar muy tarde y la furia corrió veloz por todo su ser al oírlo.

—Una cursilería. Escucha... —empezó a contar Joe con fascinación.

—Joe, ¡cállate! —rugió enfurecido—. ¡Y tú deja eso!

Los ojos de Rex se alzaron hacia él y Aaron tuvo que soportar su mirada de fría comprensión.

—Le compraste una...

—Cursilería —puntuó Joe en un sonoro carraspeo.

No dijo nada pero intentó en vano controlarse mientras, al parecer, sus amigos cuchicheaban y se gritaban delante suyo.

—Entonces olvídala —dijo Joe, de pronto, como si acabase de darle la solución a todos sus problemas.

Y Aaron, otra vez, exaltado y nervioso, continuó pasando los dedos por su cabello de manera interminable.

AMBER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora