22. Grumpty.

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- Aaay...-me quejo llevando mis manos a la cabeza, me muevo en la cómoda superficie en la cual estoy acostada.

Abro lentamente los ojos acostumbrandome a la luz del día, parpadeo varias veces para que se aclare mi vista. Bostezo y llevo mis manos a los ojos para sacar una que otra lagaña, y despertarme un poco más.

Un palpitante dolor de cabeza hace quejarme de nuevo, me siento en la cama y observo mi habi... ¡Ésta no es mi habitación!

Alarmada me levanto rápido y me fijo que estoy en ropa interior.

- Oh, mierda...-murmuro horrorizada.

Observo mi alrededor; un plasma en frente mío, un escritorio a mi ezquierda con un portátil sobre ella al igual que varios libros, un estante con un equipo de música y una cámara con varias fotos de unos niños sobre el, un enorme ropero del otro lado de la cama, y a una distancia considerable una gran ventana con cortinas azul oscuro, las paredes son grises y el techo es blanco. Confirmo mis sospechas en que estoy en la habitación de un chico por la ropa de hombre tirada y, un perfume varonil muy rico presente en el ambiente. No veo mis pertenencias, con pesadez agarro una remera "limpia" y me la pongo.

Trago saliva nerviosa, descalza me acerco a la puerta y la abro lentamente. La cierro a mis espaldas, quedando en un pasillo con una lámpara de araña colgada en el techo y dos puertas más cerradas. Camino unos cuantos pasos y bajo unas escaleras para llegar a un comedor-sala bastante decorativo y varonil. Sillones marrones con una pequeña mesa de madera en el centro con varios adornos en el, en la pared hay un plasma y debajo un mueble con un reproductor de DVD y la Wi, con cajas de películas y juegos. Del otro lado en vez de una pared normal, hay grandes ventanales que me dan una excelente vista de la ciudad de Los Ángeles.

Veo unas botellas de alcohol en una mesa de cristal y con seis taburetes a su alrededor, las paredes son de color beige y el techo blanco. Escucho ruidos prevenientes de una puerta corrediza por lo que agarro un paraguas que descansaba en una repisa y lo uso como "arma".

Pasos se acercan a la puerta cerrada, agarro fuertemente el arma, cierro los ojos al escuchar que se abre y propino un buen golpe a mi "secuestrador".

- ¡Puta madre!-se queja una voz... conocida, abro los ojos y lo miro boquiabierta, me mira agarrandose el estómago ya que fue ahí en donde le pegue- ¡Lea podrías haber sido un poco más amable, ¿no lo crees?!-se queja adolorido y lo miro algo apenada.

Lo ayudo a caminar a un sillón y nos sentamos en él.

- Lo siento, pensé que eras un secuestrador que me quería violar.

- ¡Lea te conozco desde que eras una niña, crecimos juntos, no podría aprovecharme de ti!-defiende sobandose el estómago.

- ¡Bueno, Thomas, yo que sabía que eras tú!-me defiendo indignada- ¡Y no grites que me duele la cabeza!

- Eso te pasa por ponerte borracha.-me regaña y lo fulmino con la mirada, ríe un poco y hace una mueca- ¿Te... acuerdas algo de anoche?-pregunta nervioso y lo miro extrañada.

Trato de hacer memoria pero lo único que logro captar son imágenes borrosas y cortadas aumentando el terrible dolor de cabeza.

Gruño llevandome las manos a mis sienes y niego con la cabeza.- Nn-no recuerdo mucho...-hago una mueca cerrando los ojos- ¿Hice alguna idiotez?

- Eeeh...-se queda en silencio y abro los ojos para mirarlo- Nada importante y por cierto... Te queda bien mi remera.-alaga desviandome del tema y ruedo los ojos.

- Estaba en ropa in... ¡Tú me desvestiste!-acoso señalandolo enfadada.

- ¿Algún problema?-pregunta divertido.

El Hermano de mi mejor amigaWhere stories live. Discover now