Capítulo 1.

1.3K 56 2
                                    

―¿Es estrictamente necesario que yo deba convivir con ese idiota de rizos? ―pregunté cansada de discutir con mi madre.

―Los modales, Amber. Y si, lo es. La boda será en una semana, ya es hora. ―respondió totalmente seria.

―Puedo quedarme aquí, tú eres la novia, no yo. Y no me importa quién diablos sea, no viviré con él.

―No lo harás, eres mi hija y debes hacer lo que yo diga. ―bajé la cabeza resignada.

―¿Todo esto es por Brad? Es un buen chico, sólo debes conocerlo, hija.

―No quiero conocerlo, ¿No lo entiendes? ―solté un bufido y me di giré, dándole la espalda. Mi madre se casará en seis días. Ya no será Candice Scott. Han pasado siete largos años desde que papá nos dejó. Estoy feliz por ella, ha sufrido mucho desde ese maldito accidente y merece ser feliz, pero no quiero irme de Nueva York, aquí tengo mi vida, mis amigos, tengo todo aquí. Mi único consuelo es saber que Cameron se mudará con su padre, quien milagrosamente vive a unas calles de mi futura casa, y tendré a mi mejor amigo conmigo. Pero aún así es muy difícil dejar mi vida aquí.

―Cariño sé que es difícil para ti todo esto ―comenzó a decir.

―Sí, lo es. ―interrumpí.

―He hecho todo lo que estuvo a mi alcance para que ambas salgamos a flote, hija. Con Christoffer volví a ser feliz, será un buen cambio, ¿Está bien?

―Sí, mamá. Vayámonos de una vez. ―respondí levantándome y tomando mi maleta. Miré los muebles de mi habitación totalmente cubiertos con sábanas blancas y las paredes vacías. Echaría mucho de menos éste lugar. Bajé las escaleras a paso lento, no quería dejar mi casa, la casa donde crecí, la casa que compartí con mi padre. Cientos de recuerdos inundaban mi mente y el nudo en mi garganta crecía a cada paso que daba.

―¿Vamos? ―preguntó con una sonrisa y asentí.

―Adiós. ―susurré mirando mí, ahora, antigua casa y adentrándome en el coche de mi futuro padrastro.

[...]

You're the light, you're the night

You're the color of my blood

You're the cure, you're the pain

You're the only thing i wanna touch

Never knew that it could mean so much, so much...

El coche estacionó.

Bienvenida al infierno Amber.

Esperé a que mi madre y Christoffer bajaran. Suspiré. Salí del automóvil y me encaminé lentamente hacia la gran mansión Simpson. Era de ensueño y había luces por doquier, sin mencionar las tres plantas, la piscina de atrás y el parque enorme. Mi nuevo "hogar". Mi madre esperaba sonriente junto a su prometido y Bradley en el gran salón al cruzar la entrada. Christoffer golpeó levemente en el brazo al demonio con rizos que tenía por hijo. Éste bufó y dio un paso delante, frente a mí.

―Bienvenida a casa, Amber. ―habló Christoffer.

―Bienvenida. ―dijo Bradley, secamente.

―Gracias. ―contesté de la misma manera.―¿Mi habitación?

―Arriba, tercera puerta a la derecha.

―Bradley, ayuda a Amber con sus maletas. ―ordenó su padre.

―Puedo sola. ―dije antes de soportar cualquier tipo de contacto con Bradley.

Subí las escaleras rápidamente y me dirigí a mi nueva habitación. Al entrar en ésta dejé mis cosas a un lado y me senté en la ventana con las piernas fuera de la casa. Ya casi era de noche. No era Nueva York pero tenía una bonita vista aunque sea. Saqué la caja de cigarros de mi abrigo y la abrí para luego sacar uno de ella. Coloqué éste entre mis labios y lo encendí; le di una calada y unos segundos después expulsé el humo junto con la tensión que llevaba dentro.

―Amber mi padre ha dicho que debo ayudarte a... ¿Qué diablos haces allí? ―preguntó el rizado entrando a mi habitación.

―Patinando sobre hielo. ―ironicé.―¿No te han enseñado a tocar la puerta antes de entrar a algún sitio? ―dije sin siquiera girar.

―Oh, ahora eres bromista ¿eh? ―dijo apoyando sus codos en el marco de la ventana.

―Lo soy. ¿Qué quieres?

―Debo ayudarte a desempacar.

―No voy a desempacar hoy. Puedes irte. ―dije cortante mientras tiraba la colilla del cigarro y volvía a la habitación.

―Bien, de cualquier forma no iba a hacerlo. Adiós. ―dijo saliendo de la habitación. Bufé y tiré la colilla del cigarro.

Me tiré sobre la cama perfectamente tendida y me coloqué los audífonos. Sonaba All of the Stars de Ed Sheeran. Cerré los ojos y me dejé llevar lentamente por el sueño.

Den like y comenten si les gustó.

All the love, Sabrina

Risk It All: No Control || Bradley SimpsonWhere stories live. Discover now