Capítulo 4.

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Encendí el móvil lo primero que vi fue cuando encendió fue 04:33 AM y debajo 22 llamadas perdidas de Cam❤ y 27 mensajes de Cam❤. Pelear con Cameron es como clavarme mil agujas en el pecho, ha sido mi mejor amigo desde que tengo memoria. El ver como es golpeado nuevamente me destrozó un poco más. Sigo sin superar aquél día cuando su padrastro lo golpeo hasta dejarlo inconsciente frente a mí. Fue el peor momento de mi vida, después del accidente de mi padre. Cam estuvo en coma durante dos semanas con tan solo nueve años. Fue horrible. Una lágrima deslizó por mi mejilla. Marqué su número y esperé a que contestara.

Uno... dos... tres...

―Ya me había hecho la idea de que no ibas a volver a hablarme jamás. ―dijo nada más descolgar.―Lo siento mucho, Boo.

―¿Puedes venir?

―Claro que sí, ya estoy allí. ―colgó.

Diez minutos después tenía a mi mejor amigo cruzando la ventana de mi habitación.

―Lo siento tanto... ―musitó.

―Abrázame. ―sin decir nada más me abrazó.

―Te amo.

―Y yo a ti. Siento tanto haberte echado así tú no tienes la culpa, sólo estabas defendiéndote.

―Está bien, cariño. Ahora debes descansar. Podemos hablar luego.

―Sólo si te quedas.

―Iba a hacerlo de todas formas. ―bromeó y le di un ligero golpecito en el hombro.

―Tonto. ―reí. Me recosté en la cama y le dejé espacio; él se quitó los zapatos y la chaqueta. Se colocó a mi lado y me abrazó como cuando éramos niños.

[...]

―Pero si son adorables... ―la voz de mi madre, seguida del ruido de la cámara.

―Dime que no lo has hecho, mamá. ―murmuré aún con los ojos cerrados.

―Oh, claro que sí. Vamos, arriba dormilones.

―Cinco minutos más. ―dije tapándome.

―Que no, vamos. ―nos quitó las sábanas.

―Vamos, Candice. ―murmuró Cameron con su típica voz ronca de las mañanas.

―¿Cómo has entrado, Cameron?

―Llevas razón, es hora de levantarse. ―dijo rápidamente levantándose. Ambas nos miramos y comenzamos a reír.―No se rían.

―Pareces un niño, Cam. ―reí.

―Cállate. ¿Quieres que pase por ti en una hora o prefieres ir sola?

―Ven por mí en una hora.

―Okay. ―depositó un beso en mi frente y salió de mi habitación, por la puerta.

―¿Qué quieres de desayunar, hija?

―Café.

―¿Sólo eso?

―Si mamá, no comiences. ―dije antes de que comience con su sermón sobre la comida.―Te amo. ―la abracé rápidamente y me metí al baño.

[...]

―Buenos días. ―murmuré sentándome a desayunar.

―Buenos días. ―respondieron todos. Tomé un sorbo de mi café, un silencio muy incómodo envolvía toda la habitación.

―¿Tu novio y tú se han reconciliado Amber? ―preguntó Christoffer intentando romper el hielo; sólo logró una mirada de odio de parte de Bradley y que me ahogue.

―Hija ¿Estás bien?

―Sí, mamá. Y no, Cameron no es mi novio, Christoffer. ―respondí un poco más calmada.

―Ja. ―rio sin gracia Bradley.

―¿Tienes algún problema, Bradley?

―Ninguno, Amber.

―Oh lo siento. ―interrumpió mi padrastro antes de que comencemos a discutir.

―No hay problema, muchas personas suelen pensar que lo somos. ―dije mirando a mi estúpido hermanastro al hablar. El timbre sonó.―Es Cameron, debo irme. ―tomé mi mochila.―Adiós.

―Adiós. ―dijeron mi madre y Christoffer al unísono.

―Hey. ―sonrió. Los golpes en su rostro resaltaban cuando sonreía.

―Mira esos moretones, Cameron. Eres un tonto.

―Que va. ¿Lista?

―Sí, vayámonos de una vez.

―Si... ―murmuró con el ceño fruncido y mirando detrás de mí; giré y Bradley estaba parado en mitad de la sala mirándolo de la misma forma.

―Vamos, Cam.

Prácticamente lo arrastré fuera de la casa, lo que menos deseaba era volver a vivir esa escena. Subió a su moto, la encendió y luego me entregó un casco. Me lo coloqué, subí y salió de la casa rumbo al instituto. No estaba muy lejos de aquí, por lo que no tardamos más de diez minutos.

―¿Debes pasar por los horarios o ya los tienes? ―pregunté cuando estábamos entrando al instituto.

―Debo ir por ellos, nos vemos en el break ¿Si?

―Claro, adiós. ―respondí

Tenía Teatro en el cuarto piso. Subí las escaleras tranquilamente, llegué a la clase antes de que tocara el timbre. Me puse los audífonos, sonaba Dangerous Woman de Ariana Grande. Canté en voz bajita algunas canciones hasta que vi que mis compañeros comenzaban a entrar; me los quité y guardé. La profesora entró y se apoyó en el escritorio.

―Buenos días alumnos. Soy Margo McAdams, su nueva profesora de Teatro. Iré al punto. Estas primeras clases elaboraremos una mini-obra de teatro. Ésta deberá ser completamente elaborada por ustedes, desde la redacción, hasta la última letra del nombre del último personaje de la historia. Éste trabajo tendrá el 60% de la puntuación del trimestre y será de a grupos de dos personas, antes de que pregunten; no, no se puede de a tres personas, he dicho dos y serán dos. Ahora, por favor, la persona a la que apunte, levántese y diga su nombre y algo que los caracterice. Señorita.

―Eh... Soy Madison Hood, y soy bailarina clásica. ―habló la primera de la fila, parecía algo tímida.

―Soy Jasmine Hemmings, y me gusta ir de compras. ―la siguiente.

―Ashley Edwards, soy youtuber, mi cuenta tiene 308.257 suscriptores. ―dijo la chica que estaba a mi lado.

―Soy James McVey, toco la guitarra en la banda que tengo con mis amigos.

―Soy Melina Ball y no hago nada interesante.

―Soy Abigail Handerson y estoy estudiando fotografía además del instituto.

―Eh... Bueno... Soy Amber Scott y acabo de mudarme aquí.

―Soy Bradley Simpson y soy la voz principal de una banda con James. ―así fueron pasando todos los demás alumnos. Una vez todos presentados, la profesora volvió a hablar.

―Muy bien, me agrada que tengamos tantos artistas en la clase. Gracias, chicos. Creo que no tengo nada más para decir, así que comencemos el trabajo; cada uno se pondrá con el compañero que tenga a su lado, recuerden que de a dos personas. Buena suerte.

―Supongo que debo hacer esto contigo. ―dijo la chica youtuber.

―Eso creo. ―sonreí.


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All the love, Sabrina

Risk It All: No Control || Bradley SimpsonOnde histórias criam vida. Descubra agora