Capítulo 27.

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Bradley


―Bradley, levanta tu trasero de esa cama o la tiraré por la ventana contigo y todo. ―gritó Christoffer, con esa odiosa voz que tanto aborrezco.

―¿Qué quieres? ―murmuré sentándome en la cama.

―Te espero en mi oficina en cinco minutos. ―dijo y salió de mi habitación dando un portazo.

―Púdrete. ―escupí en cuanto cerró la puerta.

El odio que tengo hacia él crece a cada momento y no me sorprende. Odio ver como utiliza a Candice, porque la utiliza. La utiliza de la misma manera que nos utilizó a mi madre y a mí durante tanto tiempo.

Solté un bufido y me levanté, yendo directamente hacia mi baño para lavarme la cara y los dientes. Tomé una camiseta de la cómoda y me la coloqué, antes de salir de mi habitación.

―Buenos días, Bradley. ¿Puedo limpiar su habitación ya? ―preguntó Jane, quien crucé cuando estaba bajando las escaleras.

―Te he dicho que me tutees, Jane. Y sí, ya puedes. ―dije mirando mi móvil, esperando tener algún mensaje de Cameron.

―Claro, lo siento.

―¡Y deja de disculparte! ―grité terminando de bajar las escaleras y caminando hasta la oficina de Christoffer. Abrí las puertas y entré, sin siquiera golpear.

―Claro, cariño. Candice irá a ver a la loca mañana, tendremos unas cuantas horas. ―dijo a alguna de sus amantes por teléfono.

―Vuelves a llamar a Amber así y te parto la cara. ―escupí con rabia. Este me miró asustado y colgó.

―Brad, no, no hablaba de Amber.

―No soy imbécil, Christoffer.

―Realment...

―Dime qué diablos quieres. ―dije sentándome en una de las sillas que estaban frente a su escritorio.

―¿Recuerdas la parte en la que yo soy el padre y tú el hijo? ―dijo con ironía.

―¿Recuerdas la parte en la que te casas con una mujer y no la engañas? Oh, claro que no lo recuerdas, si no ha sucedido eso.

―Ya deja de atacarme, maldita sea. Necesito que hagas algo por mí.

―No haré más nada por ti, ya estoy haciendo demasiado no contándole nada a Candice y a Amber sobre la mierda que eres.

―Entonces hazlo por la compañía.

―¿Qué sucede con la compañía?

―Necesito que seduzcas a la hija de Grecco De Luca

―¿Estás loco? Me partirá las piernas si llego a tocarle un solo cabello a esa mujer.

―No lo hará, pues estamos en medio de una negociación y que su hija y tú salgan será un gol a favor nuestro. Piénsalo. Isabella habla bien de ti con su padre, tú la tratas como la princesa que ella cree que es, los Simpson tienen mejor reputación de la que ya tienen y tú te llevas a esa preciosura a tu cama. ―dijo con una sonrisa soberbia en su rostro.― No será un reto para ti, lleva colada por ti desde que se conocieron.

―No lo haré. ―contesté sin siquiera pensarlo.

Lo sé, Isabella es sexy y tiene muchísimo dinero, sin mencionar que es una fiera en la cama. Claro que me acosté con ella hace un tiempo cuando tuve la oportunidad pero aun así no lo vale. Amo a Amber y jamás podría hacer algo como eso por un poco de dinero más para una compañía multimillonaria.

―Pues lamento decirte que no tienes otra opción. Soy tu padre y eres menor de edad. A tus diecisiete años haz cometido más delitos que yo en toda mi vida. Desde conducir ebrio hasta quién sabe qué, y en todas te he sacado del fuego. Si a mí se me ocurre tú te vas al peor internado de todo Reino Unido.

―No lo harías.

―Oh, créeme que sí. Tú me importas tanto como yo a ti, y lo sabes. ―escupió― Tú eliges, Bradley.

―¿Estás extorsionándome?

―Por supuesto que si.

[...]

Hola, Isabella. ―dije nada más descolgó el móvil.

―¿Bradley? ¿Te has equivocado de número? ―respondió, sorprendida por mi llamada.

Claro que no, llamaba para invitarte a tomar algo.

¿En serio?

Claro, ¿aceptas?

Claro que sí, cuando tú quieras.

Bien, ¿el viernes te parece?

El viernes es perfecto.

Okay, nos vemos el viernes entonces. Adiós. ―dije y colgué. ―Pesada. ―murmuré tirando el móvil en la cama.

No me agradaba ni un poco tener que salir con Isabella. El solo pensar en besar a otra mujer que no fuera Amber me volvía loco, sobre todo si no es algo que quiero hacer. Maldita sea, como la extraño. Me hace mucha falta. La única manera que tengo de saber de ella es mediante Cameron, pero ni siquiera puedo hablarle, sólo saber cómo está.

La necesito junto a mí, ahora.

Necesito sentir sus manos en mi cuello, sus labios sobre los míos, abrazarla y sólo dormir. La necesito.

Y es que jamás había sentido nada parecido con alguien, es ella. Siempre ha sido ella y siempre será la única en mi vida.


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All the love, Sabrina

Risk It All: No Control || Bradley SimpsonWhere stories live. Discover now