Capítulo 5.

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―Rara vez le digo esto a alguien que no sea yo pero, mamá debes calmarte. ―murmuré mientras la veía correr a mi madre por toda la habitación.

―¡He extraviado los pendientes! ―exageró.

―Mamá, ―tomé los pendientes.―aquí están, donde los has dejado hace cinco minutos.

―Vaya, lo siento. Es un día especial.

―Lo sé, mamá, pero si no te relajas no lo disfrutarás. Mírate, te ves aún mas hermosa de lo normal. ―dije mirándola a través del espejo.

―Mírate tú, eres adorable. Has crecido tanto, mi niña. ―musitó emocionada.

―Oh vamos, mamá. Que se te arruinará todo el maquillaje. ―reí.―Es hora. ¿Lista?

―Claro que sí. ―sonrió.

Le entregué el precioso ramo de tulipanes blancos, entrelacé nuestros brazos y salimos de la habitación, rumbo al altar. Le hice una seña a la mujer que organizaba la boda y ésta le habló a alguien por medio de un radio. Llegamos a la puerta y mi madre apretó mi brazo un poco.

―Tranquila, mamá. ―ella me sonrió nerviosa y luego miró al frente.

Entonces las puertas se abrieron y comenzamos a caminar lentamente hasta Christoffer. No conocía a mucha gente de la que estaba allí pero todos se veían muy contentos viendo a mi madre. Finalmente estuvimos frente a Christoffer; tomé la mano de mi madre y se la acerqué.

―Estoy entregándote todo lo que tengo en la vida, cuídala más que a ti mismo, Christoffer.

―Claro que lo haré, Amber.

―Te amo, mamá.

―Y yo a ti, mi niña. ―sonreímos y me fui con las demás damas de honor.

―Queridos hermanos, estamos aquí reunidos para celebrar la unión Candice Hill y Christoffer Simpson en el sagrado matrimonio. Repitan después de mi: Yo, te tomo a ti Candice para amarte siempre.

―Yo, te tomo a ti, Candice, para amarte siempre

―Yo, te tomo a ti, Christoffer, para amarte siempre

―En las buenas y en las malas

―En las buenas y en las malas

―En la riqueza y la pobreza

―En la riqueza y la pobreza

―En la salud y en la enfermedad

―En la salud y en la enfermedad

―Y prometo amarte

―Y prometo amarte

―Cuidarte

―Cuidarte

―Por el resto de nuestras vidas. ―él colocó el anillo en el dedo anular de mi madre al decirlo.

―Por el resto de nuestras vidas. ―ella imitó su acción con una sonrisa.

―Entonces los declaro: Marido y mujer. Puede besar a la novia. ―ambos se dieron un muy tierno beso y todos comenzaron a aplaudir, definitivamente ver a mi madre así de feliz era una de mis cosas favoritas en el mundo.

[...]

03:44 AM.

Estaba jodidamente aburrida. No es como si la fiesta estuviese aburrida, sólo que no conocía a casi nadie y los que conocía eran amigas de mi madre. El móvil se quedó sin batería hace horas y Cameron no ha podido venir a la fiesta. Para completar la noche, Bradley está sentado en la otra punta de la mesa y no ha dejado de mirarme en toda la maldita noche.

Oh, aquí vamos.

―Puedes dejar de ignorarme por tan solo unos minutos? Maldita sea, debo hablar contigo. ―dijo poniéndose a mi lado.

―Dime. ―respondí sin mirarlo.

―Vamos al jardín, aquí no se puede. ―bufé y me levanté de la silla para comenzar a caminar fuera; una vez allí me senté en un banco alejado de la puerta, junto a Bradley.

―¿Ya estás feliz? ¿Qué quieres?

―Lo siento.

―Bien. ¿Ya puedo irme?

―Amber, vamos. Estoy intentando llevarnos bien, maldita sea.

―Deja de maldecir.

―Lo siento.

―¿Por qué lo has hecho?

―¿El qué?

―Golpear a mi mejor amigo.

―¿Mejor amigo? ¡Estaba sobre ti! ¡Eso no hacen los amigos! ―gritó.

―Deja de gritar. Es mi mejor amigo, Bradley. Como sea, no has respondido a mi pregunta.

―Oh... Eh... No lo sé. ―rascó su cabeza nervioso.―Me ha cabreado su actitud y luego lo vi sobre ti... No lo sé.

―No eres mi hermano, no debes "defenderme"

―Por supuesto que no soy tu hermano, eso sería lo peor que pudiese pasarme.

―Oh, gracias. Eres muy amable. ―me levanté del asiento y caminé de regreso al salón. Claro, hasta que Bradley se plantó frente a mi.―Déjame pasar.

―No quise...

―¿No quisiste qué?

―A la mierda, no eres mi jodida hermana. ―dijo.

Entonces todo se volvió confuso. Sólo podía sentir el roce de sus labios marcando el ritmo un beso que jamás hubiese esperado. Probablemente el alcohol estaba haciendo su efecto en mi hasta al punto de llegar a disfrutarlo, pero no pudo con mi lado sobrio. Puse mis manos en su pecho y lo alejé.

―Déjame, esto está muy mal.

―No está nada mal. ―murmuró.

Pasó sus manos por mi cuello y volvió a besarme. No logré resistirme demasiado, sus suaves labios eran algo adictivo. Bajó sus manos a mi cintura y me acercó más a él. Separó unos milímetros nuestros labios en busca de un poco de aire. Puse mis manos sobre las suyas y las quité, para luego irme lo más rápido que podía en ese momento con todas las copas que llevaba encima.



Look de Amb en la boda

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Look de Amb en la boda.

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All the love, Sabrina

Risk It All: No Control || Bradley SimpsonWhere stories live. Discover now