32. La ceguera es temporal

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POV Omnisciente


– Anto es cierto, todo es cierto. Alex es un maldito y yo que siempre te dije que lo escucharas, ahora me arrepiento. Perdóname por favor tenía que hacerlo. Loquilla despierta, me haces mucha falta, no sabes todo lo que pase estos 2 años que estuvimos separadas, por favor despierta. Te necesito, Lucy te necesita, todo te necesitamos. Lucha saca esa Antonella fuerte que tienes dentro, esa que saco a adelante a su hija sola, que la crio, que dio todo por ella por favor vuelve.


Se abre la puerta.


– Permiso.

– ¿Qué haces aquí? ¿Cómo tiene cara de venir a verla? Eres un tarado, un estúpido.

– Estela escúchame – Dice Alex suplicante

– No, ya oí suficiente, me defraudaste yo que pensé que eras distinto, que todo era una confusión, que equivocada estaba.

– Es que...

– Nada – Se levanta y se acerca hasta él – ¡Fuera! Sale de aquí, no tienes nada que hacer aquí, ya le hiciste mucho daño.

– Pero...

– ¡¡Que te largues!! – Le grita enojada


Estela siempre pensó que Alex era inocente, que todo era una confusión, que las fotos eran falsa o algo así, pero como Alex le había dicho que eran reales se estúpida, como había podido creer que era inocente, ya no quería escuchar ninguna explicación de él, no quería que se acercara a Antonella y si de ella dependía no lo haría.


Alex salió de la habitación, iba a esperar que Estela se fuera para poder ver a Antonella pero sabía que para que ella saliera tendría que llegar alguien más, y estaba claro que fuera quien fuera no lo dejarían verla por lo que prefirió irse, para volver más a la noche.


Amanda y Felipe llegaron al hospital, estaban fuera de la habitación de Antonella.


– ¿Lista?

– Si – Entraron

–Te dije que te fuer... – Al voltearse y ver que no era Alex se callo

– ¿Que paso?

– Nada.

– Amanda te presento a Estela, mi hermana ¿te acuerdas que te hable de ella?

– Si, un gusto – No le sacaba la vista de encima a Antonella

– Igual, al fin puedo conocer a la gatita de la que Anto tanto me habla.

– ¿Enserio te hablo de mí? – Dijo mirándola por primera vez

– Claro, como no lo haría si eres su hermana y mejor amiga, siempre me hablo maravillas de ti, tenía unas ganas de conocerte.

– Y yo que he sido tan ingrata con ella – Se iba a poner a llorar

– Tranquila – La abrazo Felipe

– Si – Cuando se tranquilizó lo soltó – ¿Les puedo pedir algo?

– Lo que quieras

– ¿Me pueden dejar con ella un rato?

– Todo lo que quieras, vamos – Dijo Estela

– Cualquier cosa estamos afuera.

– Ok


Felipe y Estela salieron de la habitación, Amanda se acercó a la cama de Antonella y se sentó en la silla que estaba al lado de ella.

Llego la hora de volverWhere stories live. Discover now