Llego la hora de volver

33. ¡¡AYUDA!!

Estaba mucho más tranquila ahora que sabia que en poco tiempo iba a poder volver a ver, pero necesitaba hablar a solas con Alison.

– Alison puedo hablar contigo... A solas.

– Bueno nosotros vamos a la cafeteria para que puedan hablar tranquila.

Los sentí salir de la habitación, pero sabia, porque la conocía, que una persona no había salido.

– Bueno dime de que quieres hablar.

– Antes, Estela tu tambien fuera.

– Pero como.... Volviste a... – La interrumpo

– No, pero te conosco y se que te habias quedado aquí.

– Te odio.

– Estela sabes que te quiero mucho y que eres como mi hermana, pero quiero hablar con Alison a solas, por favor.

– Esta bien – La sentí suspirar

– Despues hablo contigo, no se porque pero me da la impresión que me quieres contar algo – No se porque, pero a Estela no la tengo que ver para saber lo que esta sintiendo e intuir lo que esta pensado.

– Esta bien.

– Si, tranquila.

– Alison lo quiero preguntarte es algo muy importante y te pregunto a ti porque se que me vas a contar la verdad.

– Melli me estas asustando ¿Qué pasa?

– Alison quiero la verdad – Tomo aire – ¿Alex venia a verme?

– ¿Era eso? Me habias asustado.

–, por favor respondeme.

– Si, Alex si venia a verte.

– ¿Enserio? – Entonces era él, al qe sentí anoche.

– Si, venia todos los dias.

– Todos los dias – Eso no me lo esperaba

– Si y se quedaba mucho tiempo solo contigo.

– ¿Solo? ¿Lo dejaban?

– Si.

– ¿Sabe que reaccione?

– No se, yo creo que no.

– ¿Nadie le ha dicho?

– Que yo sepa no ¿Por qué?

– Lo que pasa es que ayer cuando estaba durmiendo, me desperte porque senti que alguien estaba en la pieza, y pregunte quien era y nadie respondio.

– ¿Y?

– No se, algo me dijo que era Alex.

– ¿Alex?

– Si, no se fue extraño.

– Ahora que lo pienso puede ser.

– ¿Como?

– Lo que pasa es que ayer no vino a verte, cosa que me parecio extraño y tal vez vino en la noche.

– Y si hubiera sido él ¿Por qué no dijo nada cuando pregunte?

– No se, tal vez se sorprendio al ver que reaccionaste y no pudo decir nada.

– No se.

– ¿Quieres que averigue?

– ¿Lo harias?

– Por supuesto.

– Gracias – Suspiro