Ey, chica.
Tú no sabes lo que para mí significa
tenerte justo aquí, únicamente para mí.
Sostengo con una mano mi corazón,
la otra la dejo abierta con una razón.
Quiero que te des cuenta de mis actos,
sin que mis palabras me traicionen.
Es fácil pedir perdón,
pero no es tan sencillo merecerlo.
No llores más, amor mío,
lo nuestro nunca empezó.
No me lo has permitido.
Quieres saber, pero rechazas el conocimiento.
Quieres amar, pero no quieres equivocarte.
¿A qué estás jugando? Yo no quiero jugar.
Ten fe, pero también ten miedo.
No soy de los que anuncian un destierro,
sin tener ya un pie ido.
Estar solo no siempre es la respuesta.
Permíteme ayudarte.
No te ofendas, todos somos remplazables.
Ey, chica, no pienses mal sobre mí,
ya muchos lo han hecho antes de ti.
Mejor no trates de saber lo que pasa en mi mente,
hay cosas ahí que no son lo que parecen.
Seamos honestos, en esta situación es lo primero.
Te quiero, pero estoy harto de que me pidas medidas,
razones, y sentimientos.
Soy solo un hombre, imperfecto por naturaleza.
Dame un poco de paz. Déjame dormir sobre tu regazo.
Quizás hoy no tenga las respuestas, ni mañana.
Espero algún día, dejes de hacer preguntas
y empieces a amar de verdad.
