Reminiscencia

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Mis manos aún recuerdan el suave roce de tu piel;
es algo que no he podido destruir;
me he arrancado los parpados para no cerrar los ojos
y así conseguir no verte en mis más profundos sueños.
En aquellos donde aún puedo presionar tu pecho contra el mío.
Llenando con recuerdos mí vacío.

Porque no mereces ni un poco de mí carne;
ni una pisca debería haberte dado
No mereces ni mi reminiscencia, cuando yo estaba destinado a morir
por ti, tú solo me reservabas el olvido.

¿Acaso no tienes corazón?
Si alguna vez te importó lo que sentí
jamás lo externaste, jamás me imploraste
jamás insististe; ¿escupirás sobre mi tumba
ahora que me he ido?

No me preocupa el decoro;
porque si tú eres la que ayudará a apagar este ardor...
te juro que yo prefiero sucumbir de una vez.

Estoy dispuesto a dejarlo todo; cada día que a tu lado pasé me destruyó.
Tu voz taladró mi cabeza, salió y entró por mi sien.
Me arrastré por la acera, calcinando mis piernas
hiriéndome a mí mismo por mantenerte contenta...

Y si alguna vez te importó lo que sentí
jamás me lo conseguiste decir
Yo estaba cuando cualquiera hubiese huido
no quiero volverme mártir de esta dolencia
no quiero estar así, desgarrando mi voz, por un poco de tu atención.

Me arranco cada una de mis ilusiones a puñaladas de realidad.
Estoy desangrándome por dentro, esperando a que la muerte
se comisione de mí, los cuervos ya me han degradado los ojos...
¿Se supone que existe una manera digna de acabar?
He perdido toda esperanza de salir vivo de esta.

Y si alguna vez te importé, ¿por qué nunca volteaste la mirada?
Tu dignidad vale más que mi vida; huiste de aquí cuando todo comenzó a ir mal
fui un tormento de la calma que alguna vez fuimos juntos...
Soy solo un desperdicio; tú me arrebataste todo.

Y si alguna vez le importó... nunca me lo dijo.
Nunca lo demostró.

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