De pronto todo se torna oscuro.La perilla suena.La puerta se cierra.Me siento en la cama, mi columna se retuerce.Mis piernas se acalambran.De mi boca mi aliento caliente emana.El sudor en mi espalda se desliza.Mis parpados no se sostienen. Poco a poco van ennegreciendo todo.Mi mano izquierda tiembla.Trago pesado.Estoy por decir mis últimas palabras.Sangre en mis labios.Sabor a clavos oxidados.La perilla intenta rotar.Escucho a lo lejos un grito sordo.Soy incapaz de responder a cualquier estímulo.No hay aire.Mis pulmones no reciben nada. Abro la boca y silencio.Parpadeo y oscuridad.Resbalo de la cama...La puerta se abre.Mis ojos se abren.Sudo.Estoy recostado.Intento erguirme, pero estoy muy pesado.Mil bultos de cemento sobre mi espalda.Solo puedo enfocarme en el número infinito de las pequeñas líneas curvas que forman el iris de sus ojos.Siento comezón en el corazón.Una última bocanada de nada...y exhalo todo.Me abandona el cuerpo.Y se acaba.
