Capítulo 19

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-¿Quieres ir?- Liam me miró sorprendido.

-Sí- soné muy segura pero en realidad no lo estaba.

-¡Genial! Salgo a las siete, ¿te parece bien que quede aquí contigo a esa hora?

-Me parece perfecto- le sonreí.

-Pero te recomiendo que no vayas muy...- Liam se quedó trabado, sin saber cómo explicarse-... provocativa- mis cejas se alzaron en sorpresa-. Te lo digo como amigo. Allí hay muchos tíos que no querrás que se te acerquen, créeme.

Esto era una locura y una muy mala idea. Se lo agradecí y me despedí de él, quedando en verle más tarde. Subí de nuevo al apartamento pensando en lo que acababa de hacer.

-¿Tú estás loca? No vas ir, ¿verdad?- Ashley me miraba asustada con la boca llena.

-Sí, voy a ir- aclaré con decisión, pinchando con el tenedor el duro filete que tenía delante.

-Si no soportas a Louis, ¿crees que va a salir bien estar rodeada de cien personas iguales que él? No creo que sea nada bueno.

-¿Y tú qué sabes?

-Nick me lo contó una vez- la miré atenta, esperando a que continuara-. Algunas chicas se prostituyen por allí y los tíos son tremendamente asquerosos... ¡Tú misma tendrías que saberlo! En carreras de ese tipo no puede pasar nada bueno.

-Lo dices como si me fuera a presentar allí sola.

-¿Y con quién vas?- preguntó algo sarcástica a la ve que curiosa.

-Voy con Liam- le aclaré un poco harta de cómo se estaba comportando con el tema. Parecía mi madre más que mi mejor amiga.

-¿Quién coño es Liam?- exclamó desesperada.

-Es un amigo de Zayn.

-Ah, vale... Bien- respondió con ironía-. Se supone que no ibas a juntarte nunca más con gente así pero ahora te vas con sus amigos. Flipo contigo, Trish.

-Déjame- le contesté molesta, levantándome de la silla. No me apetecía seguir hablando con ella. Esto comenzaba a ser ridículo.

-¡Pero si es que ni tú te aclaras!- la escuché gritar por el pasillo.

*

Dijera lo que dijera Ashley, y por más que intentó convencerme de quedarme en casa, aquí estaba, agarrando con fuerza el cuerpo de Liam para no caerme de la moto. Me sorprendí verme sentada en una, dado que me había prometido a mí misma que nunca más me subiría en un cacharro de estos, pero había algo en el aura de Liam que simplemente me hacía confiar en él, no sabía cómo explicarlo. Había sido muy amable conmigo y eso me inspiraba tranquilidad, por eso accedí a montarme.

-Ya hemos llegado- anunció.

Estaba anocheciendo y cada vez había menos luz. A lo lejos se escuchaba un gran jolgorio. Me asomé con curiosidad por un lado del cuerpo de Liam y descubrí el mundo en el que se movía esta gente.

-¿Sabes dónde puedo encontrarle?- le pregunté.

-No estoy muy seguro, pero suele estar por esa parte de allí- me señaló una esquina de la calle donde había un amplio grupo de personas.

El lugar donde nos encontrábamos era un descampado. No había nada a nuestro alrededor, solo campo y una calle que supuestamente llegaba a la autopista. Suponía que allí era donde se celebraban las carreras. Se podría decir que no era una idea muy acertada hacer una carrera por allí pero, según Liam, eso era lo que le daba emoción a la carrera. Al llegar a la autopista, las motos tenían que bajar la velocidad si no querían ser pillados por los radares. Por mucho que me lo intentara explicar, yo lo seguía viendo cómo una gran estupidez.

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