Capítulo 31

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¿Dormir en mi casa? Claro. ¿Por qué no? Pídeme lo que necesites. Somos amigos.

Eso es lo que le hubiera dicho a cualquier persona. No me suponía ningún problema. Es más, siempre era yo la primera en ofrecerme voluntaria para prestar ayuda. La cuestión era que Louis no era mi amigo. Louis era una persona que tenía la desgracia de conocer y después de en todos los líos en los que me había metido no me apetecía dejarle mi casa. Él estaba muy lejos de mi definición de amigo.

-No.

Mi respuesta le chocó. Quedó totalmente sorprendido y su ceño se volvió a fruncir por enésima vez aquella noche. Retomé la marcha e intenté alcanzar a Niall. Louis tardó en reaccionar pero al rato salió corriendo detrás de mí.

-Venga, Trish.

Me crucé de brazos, aún impresionada por el valor que tenía para preguntarme eso después de lo mal que se había portado conmigo. Ni siquiera me había pedido perdón por haberme metido en todo este lío.

-Vamos...- insistió.

-¿Por qué?- pregunté con dureza, mirándole intensamente a los ojos.

Quería intimidarle. Por una vez era yo la que tenía el control de la situación. O me trataba bien o sabía que no conseguiría nada y yo no se lo iba a poner fácil.

-Me he dejado las llaves dentro de casa. He llamado al cerrajero pero a estas horas ya no realizan ningún servicio.

Quería estallar en carcajadas. Arrestado y encima sin poder entrar en casa. Definitivamente esto había sido el karma por haberme tratado como un cretino.

-¿Por qué no puedes quedarte en casa de Niall?- el rubio se giró al escuchar su nombre.

-De ninguna manera- dijo mirando a Louis-. Ya sabes que no.

-¡Ya lo sé, joder! ¡Que yo sepa no te he preguntado!

La forma que tenía de hablarle a su propio amigo me provocaba náuseas. Niall dejó de mirarle y siguió andando con las manos en los bolsillos.

-No hace falta que seas tan desagradable con la gente ¿sabes? Y más con alguien que es tu amigo.

-No me jodas, Parker.

Se estaba empezando a enfadar de nuevo. Tenía que controlar su temperamento si quería llegar a algún sitio en esta vida.

-¿Por qué no puedes ir a casa de Zayn o de Liam? ¿Por qué tienes que venir a la mía?

Estaba intentando escurrir el bulto. No estaba por la labor de dejarle entrar en mi casa.

-Liam no me coge el móvil y no me puedo presentar en casa de Zayn y decirle que nos han detenido, porque me daría de hostias si se entera de que te han arrestado por mi culpa.

-Me da igual, Louis. ¿No tienes más amigos a los que acudir?

Louis evitó el contacto con mis ojos. Sus puños se cerraron, sus hombros se tensaron y sus facciones también. Entonces era verdad que no tenía nadie más a quién acudir. Sentía pena por él. Sabía que no era de las mejores personas y que tendría que haberse metido en muchos problemas y haber hecho daño a mucha gente para quedarse tan solo pero era triste verlo así.

-¿Tú crees que si no lo necesitara te lo estaría pidiendo?- me dijo fríamente.

Sus ojos volvieron a buscar los míos. Pude ver un destello de un sentimiento en ellos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Ver algún sentimiento en él era como pillar una estrella fugaz en el cielo. Había sido pequeña pero noté la tristeza en sus pupilas. Por muchas cosas que hayas hecho y por muy capullo que seas, nunca quieres verte solo y creía que Louis se ocultaba bajo ese gran muro para no darse cuenta de ello.

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