Daughter Of The War. [Steve Rogers]

3. ¿Qué deberíamos hacer?

Steve mantenía la mirada hacia abajo mientras cargaba el ataúd de Margaret Peggy Carter.

Lea lo observó con atención hasta que él lo dejó. Acomodó un poco el vestido negro que llevaba y esperó a que él volviera a su lado.

Se sentó nuevamente junto a ella y Sam, que permanecía en silencio. Escucharon la ceremonia, ella un poco distraída entre tantos pensamientos, pero escuchando todas las palabras posibles.

Pero pronto una mujer rubia subió, acercándose al micrófono para dar sus palabras. Steve la observó con atención, y por un momento, Lea tuvo miedo.

Sharon Carter. Sabía quién era, y sabía que ella había estado saliendo con Steve antes de que ella llegara a la Tierra. La miró con detalle, sintiéndose inferior.

¿por qué Steve Rogers se enamoraría de un ser inexperto como ella, teniendo una humana como Sharon delante suyo? ¿por qué dejaría a alguien como ella, por Lea?

Algo, seguramente, estaba mal.

-Margaret Carter fue más conocida como una fundadora de Shield, pero yo la conocía como Tía Peggy- comenzó, mirando repetidas veces a Steve -. Tenía una fotografía en su oficina, la Tía Peggy al lado de JFK, de niña me parecía algo genial, pero eso era algo difícil de igualar. Por eso es que nunca dije que éramos parientes. Le pregunté cómo hacia para dominar la diplomacia y el espionaje en una época que nadie quería ver a una mujer tener éxito en esos campos. Me contestó: comprometiéndote donde puedas, pero donde no puedas, no. Aunque todos te digan que algo malo es bueno, aunque todo el mundo te diga que cambies, es tu deber plantearte como un arbol, mirarlos a los ojos y decirles: "no, cambia vos".

Lea bajó la cabeza, grabándose esas palabras dentro de su mente. Sabía que debia elegir un bando, sabía que debía decidir. Pero sus pensamientos eran nudos constantes, que la llevaban a ninguna parte.

Sabía que debía hacer lo correcto, pero no sabía que era lo correcto. Necesitaba un empujón...

Firmar significaba control, que los héroes no volverían a operar por sus cuentas y la mayoría de los desastres podrían ser evitados. Significaba acabar con las guerras que tanto había querido detener desde un inicio. También era redimirse por sus cuentas, devolverle al mundo un poco de la paz que le habían quitado tan violentamente.

Pero por otro lado, eso también podría traer más problemas. Nunca había visto un mundo donde tanto poder contenido significara algo bueno. La mayoría de las veces, terminaba peor de lo que se esperaba, con destrucciones de lugares y ciudades totalmente, con más dolor del que se podría soportar. Los héroes mantenían una identidad secreta por sus familias y conocidos, por su propia seguridad. La mayoría de ellos no podrían si quiera ejercer su trabajo cuando firmen, porque nadie querría a alguien demasiado poderoso, tanto, que podría destruirlos.

Pensó en distintos humanos que conocía, que el Universo le había dicho que se mantenían ocultos. Hombres como Matt Murdock, o Luke Cage. Mujeres como Jessica Jones, y Daisy Johnson. Todos mantenían el mundo en paz, y a la vez, se mantenían entre las sombras, preparados para cuando el momento llegara.

Aunque sabía que por cada uno de ellos, había alguien preparándose para enfrentarlos.

La tierra había cambiado desde su creación, ya no era el lugar lleno de plantas y animales. El ser humano gobernaba, y ahora no sólo eran humanos, eran alterados, experimentados, genios, entrenados, con habilidades únicas para la batalla o para simplemente defender a la gente, eran científicos, y eran Inhumanos.

Ella quería pensar por todos ellos, pero no podía negar que ella debia una disculpa a la tierra después de tanto dolor, después de abrir un enorme portal, y casi enviar su mundo a otra parte de la galaxia.