Daughter Of The War. [Steve Rogers]

13. Papeles y vidrios rotos.

Se escuchó movimiento detrás de la puerta y como algo de vidrio caía al suelo, partiéndose en miles de pedazos. Luego varios insultos antes de que la puerta fuera abierta.

Jessica Jones sonrió irónicamente antes de dejarlos pasar, guiándolos a ambos hasta la pequeña sala donde una mesa de madera con varias botellas y envolturas de comida los esperaba.

Ninguno de los dos se atrevió a sentarse, simplemente miraron como la mujer caminaba hasta la silla y se sentaba, tirando los papeles de comida al suelo en un intento de limpiar la mesa.

—¿en qué puedo ayudarles?— preguntó, con voz ronca, observándolos con atención.

—no estamos acá para contratar alguna investigación— Jessica rodó los ojos —, estamos por asuntos más importantes.

—¿cómo cuales?— preguntó, agarrando el vaso sobre la mesa y sirviendo un líquido oscuro sobre el. Los observó unos segundos antes de mover la botella hacia ellos, preguntando sin hablar si querían un poco de la bebida.

Matt negó con la cabeza pero Lea presionó sus labios, dudando de la oferta de Jessica. Sonrió levemente, sintiendo que rechazar una oferta de ella sería una oportunidad menos para convencerla.

Jessica Jones sonrió de lado antes de tomar otro de los vasos sobre la mesa y servir el líquido sobre éste. Se lo tendió a la muchacha que mantenía una enorme sonrisa sobre sus labios.

Lea olió la bebida mientras Matt se aclaraba la garganta.

—habrás escuchado sobre los Acuerdos que el gobierno quiere que los héroes firmen...— le pelinegra dio un sorbo antes de reír hacia ellos.

—¿a dónde quieren llegar con eso?— levantó levemente la ceja —No estoy de humor para que un par de idiotas lleguen a intentar hacer que firme.

—no, no queremos que firmes— Lea contuvo el vaso entre sus manos, observando con atención los ojos de la mujer —. Queremos que nos ayudes a detener la guerra que se armó por los Acuerdos.

—¿yo? ¿me están jodiendo?— Les presionó sus labios levemente antes de llevar el vaso a su boca, tomando un pequeño trago, que rápidamente empezó a picar contra su lengua, provocando que lo escupiera lo más disimuladamente que podía sobre el vaso otra vez —Quiero que se vayan, no estoy de humor para las tonterías de dos imbéciles.

Jessica llevó una mano a su cabeza y cerró los ojos, presionándolos con fuerza. Lea la miró unos segundos antes de golpear el vaso contra la mesa, con tanta fuerza, que éste se partió entre sus dedos, provocando pequeños cortes sobre su palma, pero no le importó mientras Jessica la observaba entre sorprendida y molesta.

—¡vas a pagar por ese vaso!

—no llegué tan lejos, arriesgando a todos los que quiero y a mi misma para que Jessica Jones no esté de humor para ayudar a quienes podrían terminar salvándola.

—¿salvándome?— rió levemente —¿de qué? ¿de una jaqueca?

Lea la observó a los ojos, sabía que tenía que ser dura con ella, que no sería fácil. Imaginó un lugar distinto, un lugar del Universo poro recurrente.

Los ojos de Jessica de agrandaron mientras todo a su alrededor se oscurecía y comenzaba a brillas en cientas de estrellas.

—¿qué mierda...?— Jessica guardó sus palabras para darse cuenta de quién era ella.

En realidad, todo el mundo sabía de ella, la Hija de las Cenizas, condenada a una guerra nuevamente, entre sus amigos.

—Jessica, los Acuerdos sirven para que no hayan otras guerras— comenzó, mientras las dos parecían flotar en la infinidad —, pero está generando una. Todo humano con poderes o con alguna capacidad especial deberá firmar, obligándolo a dar toda su información, eso quiere decir que el gobierno podría encerrar a la mayoría de los humanos por miedo a que sean peligrosos.