10. Por la causa.

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—hey, Cap.— escuchó a Sam hablar detrás de él.

Giró, dejando de observar a los helicópteros buscando por ellos para dirigirse junto a Sam en donde Bucky comenzaba a despertarse.

Caminó con lentitud los últimos pasos que lo separaban de su amigo, y se detuvo, presionando con fuerza los puños, esperando que realmente fuera Bucky, y no otra vez el Soldado de Invierno.

Él se acomodó levemente sobre la silla, con su brazo metálico atrapado sobre la mesa.

—Steve.— susurró con voz ronca.

—¿con qué Bucky esoy hablando?— levantó levemente la cabeza.

—tu madre se llamaba Sarah— se detuvo unos segundos para luego reír levemente —. Solías usar papel de diario en tus zapatos.

—eso es lo que leíste en un museo.

—así no más, ¿se supone que nos amigamos?— Sam preguntó, un poco incrédulo ante la escena.

—¿qué hice?— comenzó Bucky, ahora incomodo.

—lo suficiente.— Steve asintió.

—Dios, sabía que pasaría esto— negó levemente con la cabeza —. Todo lo que metió Hydra sigue ahí, sólo tuvo que decir mas malditas palabras.

—¿quién es él?

—no lo sé.— suspiró.

—murió gente. Las bombas, la trampa, el doctor lo hizo para tener diez minutos contigo. Necesito que digas algo más que "no lo sé".

—quería saber sobre Siberia— comentó —, donde me conservaron.  Quería saber exactamente donde.

—¿por qué necesitaba saber eso?

—porque no soy el único Soldado de Invierno.— el rubio bajó la vista al suelo.

—¿nos estás jodiendo?— Sam preguntó en un tono alto, molesto.

—Sam—habló él, esperando que su amigo guardará silencio. Se apoyo contra la pared detrás de él, cruzando sus brazos, intentando procesar la información —¿quiénes eran?

—su mejor escuadrón de la muerte, más mortíferos que ninguno en la hisotria de Hydra, y eso fue antes del suero.— hizo una pequeña mueca con sus labios

—¿ellos terminaron de la misma forma?— preguntó Sam, levantando la barbilla en dirección a él.

—peor.

—¿el doctor los puede controlar?

—lo suficiente.

—dijo que quería ver caer un imperio.— susurró Steve Rogers, con el miedo recorriendo su cuerpo poco a poco.

—con esos tipos, él podría hacerlo— Bucky asintió a sus propias palabras —. Hablan treinta idiomas, pueden pasar desapercibidos,  infiltrarse, asesinar, desestabilizar. Pueden derribar un país en una noche y nunca los verías venir.

Los tres presentes guardaron silencio. Sam caminó hasta llegar al lado del Capitán, dándole la espalda a Bucky, se lo podía notar un poco molesto, pero Steve sabía que también estaba pensando en alguna solución a todo el problema

—esto hubiera sido mucho mas fácil hace una semana.— comentó.

—si llamamos a Tony...— Sam lo cortó.

—él no nos creería.

—¿si llamo a Lea...?— su amigo negó con la cabeza.

—ella ya firmó, además, quién sabe si los dejarían ayudar.

Daughter Of The War. [Steve Rogers]Where stories live. Discover now