Daughter Of The War. [Steve Rogers]

20. Mi error.

"No hay necesidad de escuchar tu voz,
o ver tu rostro
para saber que estás conmigo.
No hay necesidad de besar tus labios,
o sujetar tu mano 
para saber que puedes sentirme,
sé que puedes sentirme 

Cuando miro a las estrellas
sé exactamente dónde te encuentras."

Podía sentir el alcohol quemando en su sangre, quemando bajo su piel, haciéndola sentir calor dentro de la habitación que había sido suya en la mansión.

Miró a su alrededor, viendo todas las cosas que le pertenecían aún en su lugar, como si nadie se hubiera atrevido a ingresar a su habitación.

Pensó en Steve, en las veces que había estado ahí junto a ella. Suspiró mientras imaginaba por donde estaría, seguramente corriendo peligro, intentando atrapar al doctor que había conseguido información de Bucky para intentar atentar contra el mundo.

Lo imaginó herido, sobre el suelo y sangrando, sin poder detenerlo. Se imaginó lo peor. Tenía miedo, no estaba ahí para protegerlo o para si quiera ver que estuviera bien, y eso no le agradaba, pero tampoco sabia a donde había ido.

Quiso sentarse unos segundos sobre su cama, intentando relajarse de sus propios pensamientos, pero quedarse ahí no le serviría de nada, tenía que seguir adelante.

Salió y caminó por los pasillos de la central, yendo a donde creía correcto. Las zapatillas de Jessica se sentían incómodas, así que movía interiormente los dedos de sus pies para intentar encontrar una posición mas cómoda.

Llegó a la enfermería del lugar, donde veía distintos doctores y enfermeras salir y entrar de una de las habitaciones. No reconocía a ninguno de todos ellos. Había pasado un tiempo en la central y había sido suficiente para conocer a la mayoría del personal que siemore estaba presente, pero a los que estaban delante de ella, no los lograba recordar de ninguna parte.

Hizo una mueca con sus labios y cerró sus manos en puños, provocando que estos le dolieran. Su cuerpo humano era bastante delicado después de todo.

Entró a la habitación y miró como Tony y Visión observaban una extraña máquina detrás del cristal. Stark parecía cansado, negó levemente con la cabeza antes de girarse, encontrándola a pocos pasos de él.

Presionó la mandíbula con fuerza, y Lea tuvo que bajar la vista al suelo para no ver toda la ira que él tenía. La odiaba, estaba segura de que así era.

—vamos.— dijo después de suspirar.

Hizo una seña a Lea para que la acompañara y así lo hizo, camino detrás de él en el pasillo. Más adelante, apareció Natasha Romanoff, con una expresión que no dejaba ver nada mas que seriedad.

Tony volvió a presionar su mandíbula con fuerza, estaba segura que que quería gritarles a ambas, pero mantenía la compostura.

Las dos lo siguieron hasta un enorme balcón de cristal, donde el se apoyó contra la baranda. Lea se quedó a un par de pasos, pero Natasha se colocó a un lado.

—los doctores dicen que tiene destrozadas desde la L4 hasta la S1— comenzó, mirando el verde de los árboles a la lejanía, el pasto recientemente cortado debajo —. Laceración extrema de la médula espinal, probablemente quede con algún grado parálisis— miró a Natasha unos segundos y luego a Lea detrás de él.