Capítulo 7

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Me encontraba sentada dentro del auto, esperando al idiota de mi hermano, cuando por fin salió; suspiré con suavidad. Casi no sale el tarado. Abrió la puerta del auto y se subió; Carlos nos puso en marcha enseguida.

- Belle, no estés enojada. Sé que crees que estamos exagerando y que detestas... - Lo detuve antes de que siguiera.

- Lo sé, Stephen, siempre será así. Exagerarán conmigo por ser mujer. Déjalo así. Tendré que acostumbrarme, ¿no?

Giré mi cabeza, manteniendo mi vista en las calles. Mi hermano no volvió a decir nada y sabía que mi actitud lo había lastimado. Es insoportable, sobre protector, pero amo al cabezota éste que tengo de hermano. Me giré a verlo, dándome cuenta de que me estaba observando; bajé la mirada a mis manos.

- Stephen, yo... - Él me interrumpió ésta vez.

- Tranquila, Belle. Entiendo. Te amo sin importar lo feo que me trates, después de todo, soy y seguiré siendo tu hermano, y el que cuidará de ti hasta que muera. - Me recosté en su hombro y él paso su brazo por mis hombros. - Además, sé que papá exageró con los "cuidados"; sólo déjalo que se le pase, ¿está bien? - Asentí y él me abrazó.

- ¿Te digo algo? - Levanté mis ojos para verlo y él asintió. - Tengo al mejor hermano del mundo. Te amo, Steph. - Él sonrió y besó mi cabeza.

- También te amo, Belle.

Nuestro viaje se mantuvo así, él abrazándome y yo recostada en su hombro. Mi hermano estuvo conmigo en mis peores momentos; fue uno de los que supo cómo animarme, sin contar a mis amigos. Siempre cuento con él para lo que sea; desde pequeños, hemos sido unidos y no puedo estar más agradecida con Dios por darme un hermano como él, aunque a veces se pase de intenso.

Al llegar a su universidad, se despidió de mí y dijo que si lo necesitaba, que lo llamara y llegaría a mi rescate; me hizo reír así que le dije que lo haría. Se despidió de Carlos y bajó del auto. Ahora seguía el viaje a mi universidad.

Nos demoramos como unos 20 minutos en llegar, le agradecí a Carlos por traerme; me recordó que pasaría por mí a la salida y asentí. Me bajé del auto y me dirigí a mi casillero. Busqué los libros que necesitaba para las clases pero aún no tenía clase, así que decidí sentarme en una banca del campus a esperar.

Hacía algo de sol, así que me quité el suéter y lo dejé a un lado junto con mi mochila; saqué un libro cualquiera para leer y me quedé, ahí, concentrada en la lectura.

- ¿Sabías que tu cabello, en la luz, se ve más rubio que castaño? - Me sorprendí al escuchar su voz y levanté con cuidado mi mirada para encontrarme a ese dios griego que me sonreía. Se veía hermoso.

Mordí mi labio inferior, evitando que un leve gemido escapara de mis labios. Christopher traía un jean negro, camiseta roja, chaqueta negra y unas converse negras. ¿Es mi impresión o a éste hombre le encanta el negro?

- ¿Puedo sentarme? - Asentí en silencio y me moví un poco, quitando la mochila y el suéter mientras él se acomodaba a mi lado. - Y entonces, ¿lo sabías?

Me miró con una sonrisa tan hermosa que yo estaba como una completa retrasada mirándolo. Me obligué a reaccionar.

- Sí, eso me han dicho. - Levanté mis hombros, restándole importancia. - Supongo que es por mi madre, aunque saqué el cabello de mi padre.

Lo miré y le regalé una sonrisa. Me puse algo nerviosa al ver que tomaba un mechón de mi cabello entre sus dedos, colocándolo detrás de mi oreja.

- Pues tu madre debe ser muy bella porque tú eres hermosa. - Y me regaló una bella sonrisa torcida, causando que mi corazón se detuviera por un segundo.

Tú Eres Mi Sueño. (Completa Y Corregida)Where stories live. Discover now