Tú Eres Mi Sueño. (Completa Y Corregida)

Capítulo 19

Mis lágrimas salían sin control, ya que no me esperaba esto en lo absoluto. Mi voz no salía de mis labios así que comencé a asentir fervientemente con mi cabeza; él se levantó, mirándome a los ojos mientras tomaba mi rostro entre sus manos.

- ¿Eso es un sí? - ¿Y lo estaba dudando?

- ¡Obvio que es un sí, tonto! ¡Claro que quiero! - Me abalancé sobre él, escuchando a mi familia dar aplausos, felicitándonos. Él enterró su cabeza en mi cuello.

- Me haz hecho el hombre más feliz de éste planeta, pequeña. - Besé su mejilla y nos separamos para que él pudiera colocar el anillo en mi dedo.

El anillo era una obra de arte. Tenía un diamante, nada pequeño, en todo su centro, sostenido por un aro bañado en plata con algunas incrustaciones a su alrededor.

- Ahora eres una mujer comprometida, Isabelle. - Sonreí ante eso, besando sus labios con suavidad.

Al separarnos, mis padres se acercaron a mí con una sonrisa enorme.

- Felicidades, hija, mereces ser feliz. - Dijo mi madre, abrazándome con cuidado.

- Te amo, hija, y te felicito. - Mi padre me abrazó, luego que mi madre me soltara, dejando un beso en mi cabeza. Les sonreí y los abracé a los dos.

- Gracias. Los amo con todo mi corazón. - Besé a cada uno en su mejilla, separándome de ellos a los pocos segundos.

Mi hermano fue el siguiente, abrazándome, con mucho cuidado, por mis hombros para no lastimarme.

- Te dije que me lo agradecerías, enana. Te amo, estoy orgulloso de ti y quiero que seas feliz. - Lágrimas inundaron mis ojos mientras lo abrazaba con fuerza, enterrando mi rostro en su pecho.

- Te amo, Steph. Gracias por ser tú. - Él sobó mi cabeza, dejando un beso en ella. Nos separamos, dejando que, la siguiente persona en darme un abrazo, fuera Ela.

- Mi pequeña... - Abrió sus brazos y me metí en ellos. - Felicidades. Ustedes merecen ser felices. - Besó mi cabeza, esperando unos pocos minutos allí. Al separarnos, Paul se acercó a mí.

- Bella Belle. Los felicito. - Me dio un abrazo cálido. - Gracias por amar al cabezón éste. - Me reí por su comentario.

- Gracias, tío Paul. - Comprendí el motivo de Christopher lo viera como parte de su familia y, ahora, yo también lo veía así. - Lo amo así como él a mí. - Él asintió, separándose de mí; Nana fue la última en acercarse.

- Mi niña, te me creciste tan rápido. - Y unas cuantas lágrimas escaparon de sus ojos; le sonreí, dándole un fuerte abrazo.

- Gracias, Nana, por cuidarme tan bien. Te quiero. - Ella besó mi sien.

- También te quiero, pequeña. - Y nos separamos.

Sentí unos brazos rodear mi cintura y los recibí con amor. Apoyó su barbilla en el lado donde no estaba herida.

- Te amo, pequeña. - Me dio un beso en la mejilla y yo sonreí.

- También te amo, amor.

- Bueno, par de tórtolos, vayan a alistarse. Hay que salir a celebrar. - Miré a Stephen con los ojos achicados.

- Tú sólo quieres fiesta, jirafa. - Me miró con una sonrisa.

- ¿Y entonces? Se supone que debió haber sido anoche pero como te sentías cansada, tocó posponerla. No me juzgues. - Levantó sus manos en señal de rendición y comenzó a subir las escaleras. - Los veo en un rato.

Y todos sonreímos al escuchar cómo cerraba la puerta de su cuarto.

- Él y sus ganas de gozarse hasta un funeral. - Dijo mi padre con un suspiro y todos nos reímos. - Bueno, iremos a alistarnos también. Nos vemos en un rato. - Asentí.