Capítulo 8

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Al salir, no lograba hallarlo por ningún lado. Busqué en los salones, por las canchas, el jardín y nada. Me estaba rindiendo, hasta que recordé que él tenía auto, así que fui hasta el parqueadero a buscar su Camaro.

Hasta que por fin lo hallé.

Me acerqué con lentitud al auto,  escuchando que tenía la música a todo volumen; toqué en la ventana del copiloto con algo de fuerza, viéndolo bajar el volumen, abriendo la puerta.

- ¿Qué haces aquí, Belle? - Se inclinó un poco en su lugar, mirándome con algo de confusión; lo miré en silencio, suspirando suavemente y me senté a su lado.

- ¿Estás bien? - Él me miró unos segundos, fijando su vista al frente. Cerró sus ojos, dejándome ver la incomodidad que sentía. Tenía tantas ganas de tocarlo, abrazarlo, incluso besarlo pero me aguanté.

- Eso creo. - Finalizó con un leve suspiro.

- ¿Ella es...? - No pude terminar la frase porque él me estaba mirando con intensidad.

- Un error. - Su voz salió tan gruesa que me hizo estremecer.

- Nunca nadie es un error. Tal vez una mala experiencia que te enseñó algo. - Lo miré con suavidad, viéndolo relajarse un poco.

- Lo siento, es sólo que... Ella me... - Suspiró frustrado.

- Tranquilo, - coloqué mi mano sobre la suya y le di un leve apretón - no tienes que hablar de eso ahora. 

Le regalé una sonrisa que le infundiera calma y tranquilidad, viendo que funcionó. Me miró con una leve sonrisa, comenzando a acariciar mi mano con delicadeza.

- Gracias, Belle. De verdad. - Le di una sonrisa torcida y asentí.

- Un placer haber podido ayudar. Ahora, volvamos a clases. Tienes trabajo qué hacer. - Me iba a bajar del auto pero su mano en la mía me detuvo; me giré a verlo, viéndolo acercarse a mí.

Su otra mano hizo un camino desde mi sien hasta mi mandíbula, causando un estremecimiento dentro de mí. Era tan suave el toque que me hacía cosquillas, causando que mi pulso corriera a mil.

- Lo siento, Belle. - Habló en un susurro tan bajo como nuestras respiraciones. - No sé qué me sucede contigo.

Miré en esos ojos verdes que me encantaban y pude ver su confusión. Ambos estábamos en las mismas.

- Tranquilo. Es mejor si entramos. - El asintió y se alejó de mí.

Me afectó su cercanía pero también cuando se alejó. No lo quería lejos, lo quería cerca de mí, rozando sus labios sobre los míos.

¡Basta, Isabelle!

Nos bajamos del auto y comenzamos a caminar de regreso a nuestra última clase. Íbamos llegando, cuando vimos a la profesora entrar, nos miramos y corrimos antes de que cerrara la puerta; llegamos justo a tiempo.

Como ésta clase era la última, no la tenía con Ani, así que Christopher hizo cambio con mi compañera de mesa y él se sentó a mi lado; me sentía extremadamente nerviosa, así que coloqué una cortina de cabello entre nosotros, queriendo evitar su mirada penetrante pero, mi piel se erizó, al sentir sus dedos removiendo mi cabello de su lugar.

- No hagas eso; así no podré ver tu hermoso rostro. - Susurró en mi oído. Lo miré con timidez y él me sonrió; sentía mis mejillas calientes. - Te ves hermosa cuando estás sonrojada.

¡Bendita sonrisa torcida! ¡Harás que me dé un paro cardíaco!

- G-gracias. - Le di una medio sonrisa y giré mi cabeza para prestar atención a la clase, lo cual fue imposible porque podía sentir sus ojos fijos en mí.

Tú Eres Mi Sueño. (Completa Y Corregida)Where stories live. Discover now