la sirena

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Fue muy repentino lo que sucedió, ver como monjiro moría me hizo sentir un sentimiento parecido, al que sentí cuando Tomoe me traiciono, se sentía un dolor indescriptible, había perdido a una de las personas mas importantes en mi vida, pero el mas afectado fue kikuichi, ya que monjiro era su hermano, y ver como desaparecía cambio algo en kikuichi, ahora estaba decidido a ayudarme y protegerme mas que nunca.

Una semana mas tarde de la muerte de monjiro y la destrucción del espejo, decidí que haríamos un viaje a una isla tropical, la cual desconozco su nombre, escuche un rumor de que en esa isla habitaba una sirena la cual tenia en su poder un manto tan fuerte que podía repelar el fuego, ese era el objeto que necesitaba para subir la montaña de fuego sin que las llamas me hagan algún daño.

En pocas horas llegamos al lugar, y nos dirigimos directamente a la cueva donde habitaba la sirena, nos acercamos disimuladamente para ver como hacer nuestra emboscada antes de entrar.

- bien, este es el plan, kikuichi y yatori, ustedes dos van a distraer a la sirena, mientras yo voy por detrás y le quito el manto. Les explique para que todo saliera bien.

- pero, kiritho-dono no sabemos donde tiene el manto. Pregunto Kikuichi.

- no importa, mientras ustedes la distraen yo buscare el manto.

Me fui rápido por la parte de atrás de la cueva para empezar la emboscada, kikuichi comenzó a molestar a la sirena, diciéndole bromas, luego entro yatori con sus típicas historias haciendo que toda la atención de la sirena estuviera sobre ellos, ya era mi momento de entrar, kikuichi me dio la señal de donde estaba el manto, mire a mi alrededor y no lo encontré, luego mire a kikuichi y me hizo otra seña hacia la sirena y si, efectivamente el manto estaba su cabeza cubriendo su rostro, me acerque a ella para tomar el manto, pero me resbale con una roca húmeda  y la sirena noto la emboscada, me levante del suelo y la sirena me golpeo con un rayo que salio de un gran tridente que llevaba en las manos, dejandome en el suelo con sangre saliendo de mi cabeza.

Kikuichi me vio tirado en el suelo y me recogió en sus hombros, mientras que yatori le quitaba el manto a la sirena, los tres salimos victoriosos de la cueva, pocos segundos después el clima cambio repentinamente y el mar empezó a alborotarse, se notaba que a la sirena no le había gustado nada que le hallamos robado ese manto.

Después de eso, volvimos a un hotel en donde kikuichi ya había reservado una habitación, me llevo cargado hasta allí y me exigió que me quedara arrecostado hasta que me recuperara, mientras el iba por unas medicinas para curar mis heridas.

Demonio SangrientoOnde histórias criam vida. Descubra agora