Capítulo 38: Tentación

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Me moví lentamente hasta bajarme de la cama. Wilson seguía dormido, eran las seis de la mañana y es fin de semana.

Camine sigilosamente hasta la puerta, salí disparada de la habitación.

Entre en mi habitación y ya no había rastro de Susan, baje y tampoco estaba, suspire alegre, de haberme librado de ella y subí para seguir durmiendo.

Entre en la habitación donde Wilson se encontraba profundamente dormido, me acosté a su lado y me arrope con las sabanas.

Me sorprendí al sentir sus brazos rodeando mi cintura, mis mejillas ardieron y su calmada respiración la sentía en mi frente, causandome un revuelco sentimientos.

Sus manos recorrieron mi cintura, haciéndome sentir una corriente de electricidad, que recorrió todo mi cuerpo, se acercó peligrosamente y quitó mi blusa, hasta dejarme completamente desnuda, a su mereced.

Mis gemidos se escucharon en toda la habitación, al sentir sus tibias manos recorrer mi cuerpo lentamente, mi cuerpo se estremecía ante cada caricia.

Sus labios se juntaron con los míos, en un beso lleno de pasión y desespero, en el cual los dos estábamos desesperados y deseosos del otro.

Mi corazón latía a mil y mis nervios aumentaron, mis mejillas estaban rojas por la vergüenza, el calor invadió mi cuerpo y mi estómago estaba fuertemente invadido de múltiples mariposas.

Wilson pasó sus manos en mi cintura, agarrándome posesivamente y acercándome a su cuerpo, sus labios se juntaron con los míos, dejándome sin aliento, besaba increíblemente bien, que hacía que me fuera a la gloria, donde sus labios son mi  perdición.

...

Abrí mis ojos y Wilson no estaba a mi lado, me enrolle en las sabanas que estaban en la cama y fui hasta el baño adolorida, mi zona me dolía mucho y se me dificultaba caminar.

Me adentre en el baño y entre a la ducha, después de ducharme me puse una toalla.

Me fui hasta mi habitación, donde estaba Eduar dormido en la cama, me adentre en el armario y me puse una ropa cómoda.

El gato se encontraba hambriento, así que baje a servirle su comida. Camine hasta la cocina donde extrañamente no estaba Wilson, tome la comida para gatos y se la serví a Eduar, este al instante se la devoró.

El clima era increíble hoy, así que salí al gran patio, camine por todo el campo hasta llegar a el jardín donde están las rosas, solté un grito al ver a Wilson tirado allí, con un libro tapando su rostro.

—¡¿Que haces ahí?! —pregunte.

Estoy tratando de dormir —dijo molesto.

Camine hasta estar cerca de él, se encontraba tirado encima de las numerosas flores.

De repente agarro mi mano, haciendo me caer en su pecho, mis mejillas se sonrojaron al instante y su masculina fragancia inundó mis fosas nasales.

Wilson sonrió y tomó mi cintura, nos acostamos y los dos quedamos frente a frente, al tanto de sentir nuestras agitadas respiraciones, mientras mi corazón latía descontrolado.

Si te sonrojas así, no podré controlar mis impulsos, Clara —dijo enrollando en sus dedos mi corto cabello.

Me sonroje al instante y Wilson me beso, cuando estaba en mi mundo distraída, tome su ancha espalda, así disfrutar se sus tentativos labios, en una sensual danza junto a los míos, mordió mi labio inferior y su lengua entró en mi boca, su lengua hacia movimientos exitantes, que hacían que el calor aumentará mas y que gimiera en su boca.

Wilson quitó las manos de mis mejillas y realizó dulces caricias en mi espalda. Wilson se separo y se levantó dejándome con ganas de más.

Ven, vamos a hacer el desayuno —dijo serio, caminando hasta la casa.

Me levanté y lo seguí, hasta entrar en la casa, su cabello estaba despeinado y sus hermosos ojos azules se encontraban brillosos y felices.

Camine hasta el refrigerador y tome frutas y tocino, lo puse en el mesón y los corte. Wilson se estaba haciendo tocino con huevos, mientras yo estaba cortando la fruta, para mi ensalada.

Unas grandes y cálidas manos se posaron en mi cintura, mientras su barba de pocos días rozaba mi cuello, empezó a besar mi cuello haciendo que los nervios se incrementan y también el color rojo vivo de mis mejillas.

—Wilson, no me vas a dejar hacer mi desayuno —dije avergonzada.

—¿Por que lo haces? —dije con un hilo de voz.

—Por que siempre obtengo, lo que quiero —dijo y siguió con lo suyo.

Segui cortando la fruta, aunque estaba muy nerviosa y sonrojada. Al fin había terminado y con Wilson encima de mi.

Puse la fruta en una taza y le serví a Wilson en un plato lo que había cocinado, por que seguía apoyado en mi cintura.

¿Acaso no vas a comer? —pregunte sonrojada.

Wilson quitó los brazos de mi cintura y tomó el plato, se sentó en el banco de la cocina y miro el otro banco, indicando que me sentara a su lado.

Tome la taza y me serví un vaso de agua, me senté a su lado y este tomó mi cintura.

Ya han pasado unas horas y Wilson se encuentra a mi lado, este era un día perezoso, donde descansamos del trabajo y disfrutamos del uno del otro.

Apoye mi codo en la baranda del balcón, donde puedo observar todo el jardín y las lujosas casas, Eduar se encontraba saltando y caminando por el amplio balcón, mientras Wilson está en su despacho.

Camine hasta la habitación y Eduar me siguió, cerré las puertas de vidrio que dan al balcón y me fui al despacho de Wilson.

Este estaba concentrado en su laptop, mientras yo me senté en la silla que está enfrente de su escritorio.

—Clara, no me molestes cuando estoy trabajando —dijo serio.

—Yo no estoy molestando —dije molesta, frunciendo el ceño.

Wilson se levantó y tomó mis muñecas fuerte, mientras yo lo miraba nerviosa.

—Si estas aquí, no me podré controlar más —dijo y sonrió sensualmente—. Asume la responsabilidad, Clara.

Después de decir eso, comenzó a quitar mi ropa y a dejar dulces besos en mi piel desnuda.

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