My salvation || Batman v Superman

38

Desperté en mi habitación, me alegro saber que Bruce fue muy amable de dejarme en mi casa segura y salva pero también algo decepcionado que después de ese gran beso... El no decidiera quedarse.

Así que ya no sé qué sigue, no sé qué sucederá cuando lo vea. ¿Ese beso habrá cambiado algo? Tengo que admitir que fue hermoso, fue perfecto el momento y no puedo dejar de pensar en eso. Jamás creí que sucedería algo así. De repente.

Y se sentía extraño todo... Ni siquiera recuerdo nada de la noche. Lo último que recuerdo fue el beso, y ahora estoy en mi cama con mis pijamas y en la tele se mostraba The Vampire Diaries. No es algo que me asuste, conociéndome, me quede dormida viendo la televisión.

Bueno eso creí, pero de mi cocina se escuchaban ruidos. Y supuse que era Diana quien quería verme. Estoy demasiado apenada por lo que pasó ayer. No fue la mejor actitud y espero cambiar eso.

Baje con una bata porque aunque fuéramos primas no me gustaría que me viera usar mis shorts demasiado cortos y mis blusas de tirantes. Baje corriendo para abrazarla y por fin poder hablar con ella bien pero me he ganado una sorpresa. No era Diana.

- ¿porque rayos estás en mi casa? ¿No lo hicimos verdad?— era Bruce cocinando unos hotcakes.

- ¿porque siento que esta conversación ya la tuvimos?— me dice, recordé cuando él estaba sin camisa y todo eso. Pero eso era obvio pues era su casa.

- porque ya la hemos tenido, al menos tienes ropa esta vez— dije riéndome.

- ayer estabas muy mal, cuando te deje en tu casa me dijiste que querías tomar y estar sola y eso pero... Yo me quede a cuidarte.

- gracias, no me hubiera gustado terminar borracha.

- de hecho, si terminaste— puse mis dls manos en mi cabeza sorprendida— por eso... Hotcakes y jugo de naranja

- creí que el millonario Bruce Wayne no cocinaba— me senté y tome el plato que el me entregaba.

- creo que hay personas que lo valen— se acercó a mí, demasiado. Me tomó de la cintura y eso hizo que yo sintiera escalofríos.

- ¿qué hay del beso?– le dije mordiendo un pedazo de mi panqueque.

- por eso... Me disculpo. No creo que fuera apropiado— deja a un lado mi plato y luego me levante para poder verlo más a la altura, era muy alto.

- ¿estás enamorado de mi?— cuando dije eso, él no dijo nada. Se quedó callado un gran tiempo— no tienes que responder si no quieres. Pero para que mentir... Me gusto. Me gusto el beso.

- solo somos compañeros de trabajo, no cambiará nada. Solo fue porque estabas demasiado molesta.

- lo estaba, tienes razón.

- y haciendo eso, se te pasó— de mis palmas de la mano se podía ver cómo una pequeña luz amarilla salía y hacía que todo en la casa se elevará.

- he aprendido más de mis dones— dije feliz, cambiando el tema por el bien de los dos.— creo que si podré ayudar.

- me parece perfecto— su traje negro me precia algo extremadamente irresistible.

- bien, antes de que digas algo tienes que saber que no pienso usar una capa o algo así y— yo iba hablando mientras im animaba a dejar mi plato con los trastes para lavar y cuando regresó a mi asiento tropiezo y caigo en los brazos de Bruce.

- ¿capa?— el era tan serio, no entiendo como yo estaba muriéndome de la vergüenza y él nunca sonreía.

- no me gustan las capas— y lo besé.

Estoy de lo más mal hacer esto pero era tanta la tentación. Toda mi vida soñé con estar con Batman, la persona que me salvó de ese payaso, la persona que admiré toda mi vida. Y de el mejor amigo que he tenido en mucho tiempo y que siempre esta tentándome.

Sus labios eran de lo más adictivo que había. Como sus manos recorrían mi cintura y bajando a mi trasero me cargaban y me colocaban arriba de la mesa. Esto era de lo peor que he podido hacer pero cuanto lo disfrutaba. Besando mi cuello y bajando cada vez más. Coloque mis manos debajo de su camisa y toque su hermosa y trabajada espalda.

No podía creer lo que pasaba, me recostó en la mesa y beso todo mi abdomen. Me reía pues daba cosquillas. Y en eso... Llega mi mamá.

- hija... Perdón por no avisar pero el que sea domingo por la mañana me dieron ganas de venir a ver a mi...— y cuando nos ve se calla— a mi hija.

- diablos— me levante de la mesa y empece acomodar mi ropa que estaba toda arrugada y así. Bruce se abrocho su saco y muy apenado él decide retirarse, no sin antes conocer a mi madre.

- una disculpa Sra. Stevens... Mi nombre es Bruce Wayne.

- claro que lo conozco... Es de los hombres más codiciados de Ciudad Gótica— puse los ojos en blanco. — y muy guapo por cierto.

- qué amable, usted es aún más hermosa que su hija— ¿pero qué rayos dijo?

- ¿quieren que me vaya para que sigan haciendo sus cosas?— Dios... Me desespera lo madre tanto.

- mamá. No. Por favor no.— dije súper apenada.

- yo me retiro, tengo una junta y necesito llegar a la mansión Wayne así que...— me dio un beso en la mejilla.— Adiós Wendy.

- no se detengan por mi... Despídanse bien.— y entonces yo le estreche la mano para despedirme de él.

- Adios Jefe— y el apenado se retira.

- Adios Sra. Stevens, fue un gusto conocerla— y él se salió de la casa.

- pero que guapo hombre hija.— me dice suspirando, y aquí venia de nuevo.

- mamá, no somos pareja.

- tranquila, yo también tenía amigos con beneficios a tu edad— alce los ojos sorprendida.

- ¡mamá por favor!— no puedo creer que este teniendo esta conversación.

- además es millonario mi amor— me senté y prendí la televisión, la de la cocina.

- me alegro mucho de verte, en serio, hacía mucho tiempo que no te veía— la abrace. Lo que dije no era mentira, yo la amo— pero por favor, esas ideas... sácalas de tu mente.

- no te mientras a ti misma, te encanta ese hombre.

- ¿quieres desayunar?