33. Ese hombre, acatando.

128K 9.1K 123K
                                    

Esa es la canción de Harry y Vincent, ok. déjenme morir sola.

.

Capítulo 33. Ese hombre, acatando.

.

07 de agosto de 1889.

Londres, Inglaterra.

Harry celebra el cumpleaños número cuatro de Vincent en gran tranquilidad, estando a su lado hasta que él se cansa de perseguirlo por toda la mansión para que se divierta con sus juegos infantiles. Ese mismo día se trata de las pocas veces en que les toman una fotografía sólo a ellos dos—él sentado sobre una silla de la mansión mientras que a Vincent lo colocan a su lado, de pie, mirando a la nada de acuerdo a como el fotógrafo lo exige. Es de las pocas ocasiones en las que él está quieto por completo, quizá nervioso porque Harry se encarga de asustarlo lo suficiente como para no atrasar el trabajo de los demás.

Comen en el patio, los dos sin ninguna otra compañía más que Thomas quien se quedó de pie, aunque al final Harry le pide que se siente para que probara lo comida. Los tres terminan disfrutando, sólo hablando o escuchando los comentarios incoherentes de Vincent, típicos de su edad, hasta que él mismo pidió un paseo por el jardín para ver de nuevo las flores.

Ross llega a la mansión a las cuatro de la tarde, para el escándalo de sus padres, con Charlotte detrás de él. Tan pronto como lo ve cruzar por esa puerta, nervioso y como si no supiera cómo reaccionar, él no sabe cómo sentirse; por un lado se siente nervioso ya que no sabe en qué terminará la reunión, pero otra parte de él corre una sensación de esperanza de que Ross muestre un verdadero interés en entablar relación con Vincent, más allá de amenazas vacías o miradas llenas de repudio.

El problema radica es que, a ojos de Vincent, Ross no es más que su amigo que parece no tener casa porque le ve por todos lados—palabras pronunciadas con inocencia meses atrás, mientras los dos paseaban por Hyde Park y Ross parecía seguirlos—, por lo que su pequeña mente aún no lo ligaba como algo más que sólo un conocido. Harry desconoce por completo cómo es que ese tipo de relaciones se arreglan o cuál podría ser el final de algo así.

Por mera inercia, Harry aprieta más la pequeña mano de Vincent con la suya, acto que no pasa desapercibido por Ross. Sus padres parecen querer gritarle que se largara de la mansión, demasiado temerosos de que la imagen de su familia se ensucie aún más.

—¿Sucede algo? —pregunta curioso, mirando sólo a Charlotte.

Ella se muerde los labios para luego observar a Anne, pero habla antes de que cualquiera diga algo más.

—Ross quiso ver a Vincent—explica—, por lo que decidí traerlo y...

Su voz parece desvanecerse conforme cada palabra sale de sus labios. El ambiente es demasiado tenso, demasiado sofocante, y el único ahí que no sabe lo que sucede y sólo observa con mera curiosidad es Vincent, quien en realidad es el centro de toda la conversación. Cuando Harry baja la vista, sus ojos pequeños, demasiado brillantes para alguien de su edad, están sobre su rostro; él le sonríe para tranquilizarlo, acción que surge un efecto inmediato.

Luego de ello carraspea, mirando a Robert que sólo observa en silencio, los labios apretados, mientras que Anne parece no creer semejante acto frente a él. Que una mujer lleve a lo que en alguna ocasión fue su amante a su propia casa, frente a su marido y a la familia de éste, se trataba de algo muy mal visto por demasiada gente. Más cuando se sabía que había un niño de por medio. Mucho más cuando su apellido era considerado importante en distintos ámbitos del país.

Violines Bajo el Agua.Where stories live. Discover now