Capítulo 13

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Miro la hoja y con cuidado y lentitud desdoblo los pliegues de la hoja.

"Deja las cosas cómo están, jugar en éste juego es terminar destruida; crees saber cómo hacerlo y esa ilusión que tienes, terminará costando muy caro. Tus insolentes actos tendrán unas consecuencias terribles. Sé que el sentimiento de poder puede hacerte creer que puedes lograr algo y no es así, toma mis palabras cómo un consejo que debes obedecer, aléjate ahora que puedes y puede, que yo haga lo mismo.

No permitiré que una niña inmadura arruine todos mis esfuerzos, no seas tan primitiva y deshazte de estos tontos sentimientos. Es la última oportunidad que te doy.



"¿Un consejo?" estoy presionando tanto que ahora solo buscan sacarme de su camino, pero ahora que sé que soy la piedra que los hace tropezar, me quedaré y todos seremos infelices. Por que si yo no pedo ser feliz, ellos tampoco.

Asesinaron a mi marido y si eso no fuera suficiente, sean empecinado en hacerme sufrir y torturarme,  es por ese motivo que no importa lo que hagan, ya no hay nada que puedan quitarme para hacerme desistir.


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Subo al auto bajo la mirada curiosa de César y John, desde que desayunamos no han dejado de mirarme, incluso Martha lo hace de manera sutil; sé que se debe al hecho de que hoy decidí vestir algo distinto a mis habituales trajes negros, no sé cómo explicar el sentimiento con el que desperté, solo tuve el impulso de vestirme así.

—Te ves diferente Marily —César enciende el auto y nuestras miradas choca por el retrovisor

—Me siento muy bien —miro por la ventana.

He llegado a la conclusión de que me esté volviendo loca, y a los ojos de ellos probablemente así sea.

Cómo es cotidiano, el transcurso a la empresa fue silencioso; por momentos veía a César y me preguntaba sobre cómo actuaría si supiera lo que hago, sé que dejaría de verme cómo lo hace y es por eso que el único que lo sepa sea John, me tranquiliza.

Trabajar aquí es agobiante y asfixiante, por momento no controlo mis recuerdos y él entra cómo una tormenta devastadora; puedo verlo caminar por la oficina, mientras su ceño se frunce y la molestia controla su voz... Aún puedo oírlo claramente y provoca que mi corazón, ese que sigue añorando su presencia, llore sin consuelo...

—El abogado acaba de llegar ¿Lo hago pasar? —giro la cabeza y veo el gran escritorio.

Jamás tuve claro lo que quería hacer, mi vida consistía en vivir el momento y no pensar en el futuro, y ahora me encuentro aquí, planeando cómo avanzar hasta el futuro. Hablando con el silencio, esperando una respuesta que sé que no llegará.

Me levanto y acomodo mi traje, asiento y Melanie abre más la puerta. Me siento y el abogado me sonríe al chocar nuestras miradas, intento hablar y es ahí cuándo sintiendo el gran nudo que me impide formar una oración.

—Buenas tarde señora Evans —pone el portafolio en la silla a su lado y se sienta —La señorita Williams la a invitado a su cena de gala que celebra cada año —se estira y de su portafolio saca un sobre largo color vino —Después de la cena, accederá a hablar con usted —tomo el sobre que me extiende con inseguridad.

Tiene todo bien planeado, espera mostrarle a todos lo necesita y vulnerable que me encuentro, no sé quién ni de lo que pueda llegar a ser capaz de hacer, pero tomaré la oportunidad que me esta ofreciendo "Familia Evans" miro el remitente y sonrío.

VENGANZA © (Segunda parte de AMOR).Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu