Capítulo 50

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Martha dijo algo muy cierto, y es que desde que me case con Theo he estado bajo el ojo público, no precisamente porque Theo sea una celebridad, sino porque soy una ceniciente para otras personas; basándome en eso debo de exponerme para atraerla, podría usar eso y hacerla volver, aunque sus palabras no son algo en lo que debo fiarme.

Por otro lado ¿Qué haré si Theo está vivo? ¿Cómo lo explicaré? "Todo esto es un caos completo, nada se mantiene estable y los secretos solo sirven para meter más cizalla ¿Qué haré con John? ¿De verdad cree que miente?...

—Marily, sé que estás molesta conmigo, pero...

—¿De verdad crees que él miente? ¿No pensaste por un momento en esa posibilidad? —me levanto y sonrío con ironía 

—Mar, yo...

—No puedo culparte, sé que no querías darme falsas esperanzas, pero... —recojo mi bolso y volteo a verlo —Esperaba más de ti, esperaba la verdad... —me callo y avanzo hasta la puerta —Esta es la última oportunidad que puedo ofrecerte... No vuelvas a mentirme —abro la puerta y salgo.

No sé si mis decisiones son las correctas, tampoco sé si encontraré las respuestas; pero estoy cansada de observar y no hacer nada, de llorar y dejar que los demás resuelvan mis problemas "Lo único certero es que van a odiarme" César me ve nervioso y sus manos temblorosas dejan entre ver lo indeciso que está, este acto traerá graves consecuencias...

—Te prometo que no te ocultaré nada, nunca más —de reojo veo sus piernas a mi lado.

"También lo espero" A veces siento temor al hablar con los demás, sus actos y omisiones solo sirven para aumentar esa espina que no deja de enterrarse; muy a menudo me cuestiono en si realmente puedo confiarme en alguien, en si de verdad puedo contar con ellos... Así que por mi bebé y por mí, no puedo rendirme.

******************************

Cuando estuve aquí la primera vez, el corazón me fue arrancado y arrojado junto con él; mis esperanzas y sueños se hicieron cenizas, mi vida como la conocía desapareció, la luz que iluminaba mi futuro se apagó... Todo dejo de tener sentido en mi vida ya no había nadie más por quién querer vivir, porque quién mantenerse fuerte y feliz.

Me encontraba tan rota y vacía que planee vengarme a toda costa y después irme con él, jamás lo he dicho en voz alta, pero esperaba asesinarlos a todo con mis propias manos, quería destrozar todo a mi paso, para así poder irme en paz, pero nada salió como lo pensé, todo cambio desde ese día y aunque he tenido días malos, también he tenido días buenos; ahora puedo decir que tengo alguien por quién luchar, una sutil luz que promete guiarme hasta el final; sin embargo los pecados de otros me persiguen y me toca pagar por ellos.

—Estropearé las bellas flores —susurro al ver la pala a lado de su lapida.

—Buenos días, señora Evans, tenemos las cosas listas, pero... —se calla

—¿Qué sucede? —mi corazón se agita con fiereza "Solo necesito averiguar la verdad, tengo que resistir un poco más" —Creí que había dicho que todo estaba listo —trago saliva con dificultad y resisto las ganas de llorar

—Solo estoy sorprendido de que vaya a hacer esto, nunca había vivido esta situación... Estamos listos para cuando usted lo diga —por su voz, sé que es así.

"¿Qué haré si estas vivo? ¿Podré recuperarte? ¿Podrás perdonarme?... Esto está matándome".

—Saquéenlo —las piernas me tiemblan, mientras los ojos arden queriendo ceder ante las lágrimas.

El hombre indeciso mueve las rosas y comienza a escarbar, con cada palada que da el césped se destroza; la negra tierra comienza a salir ensuciando todo a su alrededor "Si no está vivo no podré reparar esto ¿Debo continuar?" todo se detiene en el momento en que el ataúd se ve, el hombre se endereza y su compañero que parecía ver una escena terrible, se acerca con una cuerda "¿Tengo que hacerlo?"...

—¡Deténganse! ¡¿Cómo puedes hacer esto Marily?! —su grito desgarrador me provoca escalofríos —¡Estás loca! Estas profanando el lugar de descanso de mi hijo, y no te lo voy a permitir —la reja rechina al ser abierta

—¿Qué estás haciendo? Entiendo que estés sensible por el embarazo, pero esto, esto Marily está fuera de lo que tienes permitido hacer —susurra a mis espaldas.

"Sabía que así sucederían las cosas" miro a César y agacha la cabeza avergonzado "No esperaba menos de él".

—No les estoy pidiendo permiso. Continúen —respondo sin mirarlas

—Por supuesto que no, no van a sacarlo de su lugar de descanso —de reojo veo como es detenida por Pamela, mientras John se acerca hasta cubrirme con su cuerpo —Detente —niego.

Las lágrimas caen amargamente, mientras intento sostener la poca compostura que tengo "No quiero lastimar a nadie, esa jamás fue mi intención" los hombres se miran entre ellos, indecisos si seguir con lo que hacer.

—Lo quiero afuera, ahora —Michelle intenta sujetarme del brazo, pero el cuerpo de John se lo impide —No puedes hacernos esto, no puedes obligarnos a revivir este momento cada vez que te sientas desolada... No eres la única que perdió a alguien... Él está muerto, detente de una vez —miro las rosas cubiertas por la tierra negra

—Nos estás lastimando Marily... Por favor, ya basta —susurra Pamela

Los hombres comienzan a sacar el ataúd 

—Si ellas no te van a detener, lo haré yo —su amenaza viene acompañada de empujones.

John se mantiene firme frente a Michelle, mientras Liana se arroja contra mí; sus manos sujetan mi brazo con fuerza, enterrando sus largas uñas en mi suave piel "No quería hacerlo, pero... Mis piernas se tambalean y mi cuerpo cede ante su jaloneo...

—¡Liana! —su feroz grito hace que John voltee.

John se apresurada a tomarme del saco y con su mano libre empuja a Liana, quién no cae por César que mira a John furioso "Después de todo, soy una intrusa en esta familia"

—¡Estás fuera de sí, no piensas claramente! —prosigue deshaciéndose del agarre de César —Te sacaré de aquí, aunque sea arrastras —me enderezo y miro a Pamela, a Michelle y a Liana.

"No se interpondrán en mi camino".

—¡Basta! ¡Váyanse, no las quiero ver! —dejo de ver sus miradas acusadoras —Saquéenlo —sin más que hacer me obedecen.

"Por esta razón es que no les dije nada, ellas no pueden comprenderme, y tampoco podrán entender lo que sucede" César detiene al hombre y niega mirándome; asiento al verlo y con la poca fuerza que me queda camino hasta ese hoyo que parece querer tragarme.

—Lo que sea que necesites —susurra en mi oído.

Paso a mi lado con sus grandes zancadas y la decisión en su caminar demuestra la determinación; sin inmutarse un poco por César que sigue sujetando la mano del hombre, le arrebata la pala y sin delicadeza lo empuja "¿Podré por fin ser libre? ¿Podré vivir correctamente después de esto? Todo este tiempo me aferre a él, use todas mis fuerzas para salir del abismo en el que me sumergí, pero, si él está vivo, si hay tan solo una pequeña posibilidad... ¿Él me querrá como soy ahora? ¿Podré vivir sin él teniéndolo tan cerca?" El ataúd se abre, los gritos de sorpresa hacen eco "Suplique, desee, imploré y todo siempre estuvo frente a mí" veo a John soltar la pala y correr hacía mí "Los sueños se cumplen, mi deseo fue escuchado"... Los oídos me zumban y el corazón agitado no me permite respirar; el rostro horrorizado de John me hace darme cuenta de que todo se mueve lento...

—Te tengo, te tengo... Respira —los parpados me pesan demasiado —Respira, respira —su voz comienza a escucharse suave —No te rindas, no ahora que tienes lo que quieres... Está vivo... Él está vivo, Mar —sonrío y oculto mi rostro en su pecho.

"Por fin, por fin... Voy a encontrarte, lo prometo". Me acuna en sus brazos y tras unos minutos de llanto incontrolable, me levanta; si ver a nadie abandonamos el jardín familiar, sus miradas se siente como dardos en mi espalda, pero sorprendentemente no insisten en obtener respuesta, respuestas que no tengo, no tengo nada para decirles, que calme su curiosidad y le de tranquilidad a su mente.

"Es momento del siguiente paso".

VENGANZA © (Segunda parte de AMOR).Where stories live. Discover now