Capítulo Veinticinco.

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Capítulo cortito.Muchos besos.



Miguel abrió un portal a pocos metros de la mansión de Jayán,guiándose por la señal que Uriel le había enviado,lo traspasó,y se encontró en segundos en el otro lado.

Entró en una celda oscura y vacía,sin señal alguna del otro arcángel.Un golpe seguido de una exclamación de dolor,lo pusieron en alerta y mucho más al creer reconocer la voz de su amigo en ese quejido.Abrió la puerta que se encontraba sin llave y salió en su busca.

Oculto parcialmente detrás de una de las altas columnas que sostenían el lugar, lo vio, en lo que parecía una habitación revestida en terciopelo rojo,con candelabros negros en el techo,que contenían pequeñas luces opacas.

Uriel estaba encadenado al techo y le sangraba cuantiosamente el labio.Frente a él,un hombre alto y fornido lo miraba con concupiscencia.

-No quiero volver a oír de tu boca un no,angelito...No quiero lastimarte...pero debes entender quién es el que manda...¿Acaso crees que toda mis adquisiciones son así de sumisas por naturaleza?...Claro que no...Yo las domestique a fuerza de duras lecciones-le decía este.

-No prestaré mi cuerpo a ninguna acto inmoral...Mi cuerpo es templo de mi Dios...Y no será usado como objeto del placer de nadie-le respondio el arcángel con determinación.

-Pero yo no soy nadie Uriel...Soy tu amo y señor...Debes obedecerme...o sufriras las terribles consecuencias...Ahora...Relájate...Tratare de que no te duela mucho-le dijo Byron y pasando junto a él,se colocó detrás y le habló al oído.

-Primero seras mio...te marcare como mi pertenencia y luego al que pague más por tu casi intacta inocencia-.

-¿Eres una bestia acaso?...¿Como puedes gozarte en someter a otros?-le dijo Uriel con tono apretado mientras notaba como las manos del hombre descendían lento por su espalda desnuda.

-Ya te lo advertí...relájate...Lo disfrutaras con el tiempo-le murmuró obscenamente .

Y luego de un tirón le arrancó la túnica de seda,única prenda que el Arcángel vestía.

Uriel se agito al sentirse expuesto y volvió a forcejear con las cadenas que lo aprisionaban,cuando escucho una conocida voz que delante de ellos se elevaba.

-Suéltalo o voy a tener que matarte...No lo lamentaría créeme-.

-Miguel-dijo el de alas plateadas con un increíble alivio.

-Uhmm,otro arcángel-siseo Byron-No tienes derecho a amenazarme,obtuve a tu amigo en un trato justo-.

-No es un trato justo si se hace a través de la voluntad de otros...Uriel no accedió a ser parte de el,por lo tanto...suéltalo o muere...no lo repetire-le advirtió nuevamente Miguel.

-No lo haré...Y no saldrás de aquí con vida...-dijo el hombre de ojos ámbar,y notando el arcángel que este llamaría a sus guardias se elevó en el aire y en un giro rápido le abrió la garganta.

El cuerpo de Byron cayó de rodillas, mientras apretaba su garganta tratando de detener el sangrado y con este su inminente final,uno que lo alcanzó segundos después al desplomarse sin vida en el piso rojizo.

Luego de esto,Miguel cortó con su espada las cadenas que fueron para el filo agudo de esta, como cortar un trozo de mantequilla.

-¿Estás bien?-le pregunto al liberado-.

-Lo estoy...aunque me duelen mucho los brazos por esa incómoda posición-respondio Uriel y luego agrego-Espera un segundo-.

Ya con sus manos libres,Uriel uso de nuevo su poder para revestir su cuerpo con el traje de cuero y acero,y luego tomó de un costado de Byron la espada que le había quitado.

Miguel volvió a abrir otro portal,y entraron raudamente en el,desapareciendo del lugar al mismo tiempo que los guardias de Byron se acercaban.

Aparecieron en una de las cumbres cubiertas de ceniza,allí Miguel,se concentró por un pequeño momento y envió un nuevo mensaje.

-Ya le avise a Abadon,las huestes estaran aquí en cualquier momento,e iremos por esos dos-le informo a su compañero,y después agrego.-Creo que llegue justo a rescatarte...literalmente te salve el trasero-.

-Supongo que esa expresion es la correcta en este caso...Ese hombre tenía para conmigo unas intenciones nefastas...Y hablando de traseros...¿Tú y Luzbell?...¿En serio?-le pregunto dejando perplejo al otro ángel.

-Gracias por tu sutileza Uriel..."hablando de traseros"...Linda manera de conectar las palabras-le respondio con cierta incomodidad.

-Tienes razon,mis disculpas...Eso me salio muy crudo...pero...¿Es verdad lo que el dijo?insistió el de alas plateadas.

-Lo es...Tiempo pasado-contestó el de cabellos rojizos un tanto evasivo.

-¡Cielos!...No te juzgo,nadie tiene el derecho más que el que te creó...Pero¿Luzbell?...De solo pensarlo me da escalofríos-comentó Uriel con una pequeña sonrisa.

-Si...lo se...Es un idiota...pero que puedo decirte... me enamore de él-dijo dejando esta vez al otro angel sin palabras.

Luego de unos segundos intentando digerir esa información,Uriel le pregunto.

-¿Aun lo amas?-.

-Que tan patético podría verme si te digo que si-fue su dura respuesta.

-El amor no nos podría hacer ver pateticos nunca Miguel...Es un sentimiento puro y loable...Nosotros con nuestra erradas decisiones y deseos somos lo que muchas veces lo contaminamos-sentenció el de cabello castaño.

-Tienes razón...Pero no quiero pensar en eso ahora¿si?...Es probable que nos enfrentemos a muerte de nuevo...¡Que irónica es la vida,cuando te empuja continuamente a destruir o a ser destruido por el ser al que amas!-comentó el otro dejando salir de sus labios un suspiro.

-Lo siento por ti Miguel...No se bien que decirte pero siempre vas a tener mi hombro amigo para llorar y mi oído atento para liberar tus penas-le animo Uriel-Ahora...¿Donde estan Pilly y Hariel?.

-Me temo que con sus propios dilemas...Les avisare que ya te saque y que aquí los esperamos-le informo Miguel y así lo hizo,mientras Uriel pensaba en lo complicado que hacemos a un sentimiento tan sencillo como es el amor.

Mercenarios.Where stories live. Discover now