Capítulo nueve

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5 p.m. y yo ya estaba listo.

La verdad no sabía por qué estaba tan ansioso, era solo una chica linda y su amiga, llevándome a un lugar desconocido con ellas.

  
—¿Tienes una cita? —alcé mi mirada hacia Lorianne.

Ella estaba en la cama, leyendo una revista y con una taza de té en la mesa de noche.

—No es una cita —corregí—, es una... salida de tres personas.

—Vaya, no te creí fan de los tríos —fingió sorpresa.

—Ja ja ja —dije sin humor—. Iré con Ashley y su compañera de universidad y ya. Es una salida normal —aclaré.

—¿Sabes adónde van? —negué con la cabeza— Pues yo te lo digo: van a un bar o a una fiesta de universitarios. Dependiendo de los perfiles de las chicas, es más probable que sea la primera opción.

—¿Cómo se supone que sabes eso? —cuestioné.

—Fácil. Primero que nada, mira la hora a la que debes estar con ellas: 6 p.m. Segundo, son universitarias solteras, ya que te invitaron. Y tercero, mientras dormías fui a lavar ropa y ahí había una chica hablando de "Ash y yo" al teléfono, repitiendo frases como "¡estará genial!" y otras similares.

  
No sabía de qué sorprenderme más: de su análisis tan completo, de que haya escuchado la conversación de Mel o de que haya ido a lavar ropa.
La última me tenía asombrado.

—¿Necesitas más pruebas? —negué— Eso pensé. Ahora, quita esa cara de shock, ya sé que soy genial.

Rodé los ojos y seguí en lo mío. Me aseguré de no olvidar nada y cepillar mis dientes. Cuando estaba nervioso, solía lavarme los dientes muy seguido.

Al dar las 6, me despedí de Lorianne y salí del apartamento. Bajé en el elevador y, al llegar al lobby, estaban Mel y Ashley esperándome. Ambas se veían bastante bien, siendo sincero.

Ambas se voltearon a mirarme y Ashley me sonrió. Me acerqué a ellas y las saludé.

—Vamos ya, nos están esperando —dijo la rubia.

Los tres caminamos hasta la salida y ahí, tomamos un taxi. Tomé asiento junto a Mel, que nos separaba a Ash y a mí.

—Entonces —inicié—, ¿quiénes nos están esperando?

—La cita de Mel y un amigo suyo.

  
Eso de "un amigo suyo" no me sonaba bien. ¿Acaso era una de esas famosas "citas dobles"? Es decir, nunca había tenido una —excepto en las que Thomas me forzaba a ir, pero esas no eran formales—, sólo las había visto en películas o leído en libros.

¿Debía preguntar quién era el "amigo suyo"? Es decir, si fuese una "cita doble", el "amigo suyo" y Ashley estarían juntos en una cita, lo que me dejaría a mí solo. Genial, ¿no? —nótese el sarcasmo—. ¿En qué me había embarcado? No quería tener que socializar con alguien más.

El viaje continuó con Mel y Ash charlando y yo participando en lo más mínimo.

Al llegar al lugar, supe que Lorianne tenía razón, estábamos en las afueras de un bar.

—¡Vamos! —exclamó Mel, caminando hacia adentro.

Ash me miró y me ofreció su mano.

—¿Vienes, o te pongo una correa de perro? —bromeó y tomé su mano. Me guió hacia el interior del bar, que estaba lleno de personas, sin soltarme.

—¡Max! —exclamó Ash, sobre la música.

Siguió tirando de mí hasta que encontramos al tal Max y a un chico pelinegro junto a él. Mel ya estaba en brazos de Max.

Bienvenida Otra VezWhere stories live. Discover now