Capítulo once

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—¡¿Que tú qué?! —exclamó mi mejor amigo.

—Mátame, por favor.

—No tienes ni que pedirlo —levantó el tenedor que estaba sobre la mesa y me apuntó—. Pero no le has dicho nada de lo de anoche a Ashley, ¿verdad?

—¿Y tú crees que le diré que besé a mi "amiga" unas horas antes de decirle que me gusta?

—Bueno, yo una vez tenía a una chica en...

—No te uses como ejemplo en esta situación, por favor —interrumpí y él rió—. Necesito ayuda, no sé qué hacer.

—Lorianne tiene razón... en parte. Tienes que superar que ya pasó la época en la que te lamentabas porque ella fue una zorra... Si es que esa época ya pasó, ¿cierto?

—Pues sí... creo —suspiré.

—Lo que no entiendo es el porqué le confesaste todo eso a Lorianne y luego le dijiste a Ashley que te gusta.

—Sé que me gusta Ash y no sé qué demonios pasó ahí con Lorianne.

—Dicen que los borrachos no mienten —alzó ambas cejas y lo fulminé con la mirada—. ¿Qué? Yo solo repetí lo que escuché por ahí en la calle.

—El año pasado le dijiste a una chica de 17 que te gustaba y estabas ebrio —alcé una ceja mientras le recordaba lo sucedido.

—No terminé la frase. Iba a decir que me gustaba su brazalete, pero no me dejaste terminar —señaló.

—Claro —dije con sarcasmo.

—Volvamos al tema, en serio Chad. Te gusta Ashley sobrio. Te le confesaste a medias a Lorianne ebrio. Sé lo que te pasa —llevó su mano a su barbilla—, eres como una especie de Hulk pero con el alcohol. Tienes un álter-ego —asintió—. Te llamaré Lucas cuando bebas y Chad cuando no lo hagas.

—Estúpido.

—No soy estúpido, soy fan de los cómics y te ayudo con mi sabiduría a responder el dilema que atormenta tu vida —me guiñó un ojo—. Puedo ser incluso como el Tiresias de tu tragedia griega, piénsalo.

—Cállate —reí levemente.

—¿Qué harás entonces? ¿Harás lo que hace Lucas o lo que hace Chad?

—Debo ser Chad —él asintió.

—¿Entonces qué vas a hacer?

—Pues... ser... ¿Chad? —dije no muy seguro.

—En ese caso, tenlo en mente. Debes ser Chad y no Lucas. Lucas no es racional y Chad sí lo es.

—Hay veces en las que de verdad no sé de qué carajos hablas —confesé.

—Tú sólo sé Chad y no vuelvas a beber con Lorianne presente. Ahora, hablando de Ashley. Aún no me has presentado a su amiga —movió las cejas y yo solté una carcajada.

—¿Para qué quieres conocerla? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

—Quiero saber si quedan chicas en el siglo XXI que sean lindas por dentro y por fuera —volví a reír.

—Si tuvieras un "encuentro" con ella y "algo más" surge, vas a salir huyendo de ahí y al que le van a preguntar todos los días "oye, ¿has visto a Thomas?" —hice mi mejor imitación de la voz de la morena— es a mí. Si vas a buscar a alguien, que sea una relación que vaya en serio. Así te ahorras problemas con chicas que quieren realmente estar contigo y me dejas a mí en paz —reí.

—¿Hablaste con mi mamá? Porque suenas igual a ella —abrió sus ojos como platos—. Pero tienes razón... en parte. Me gustaría tener una novia, ¿sabes? Pero no puedo enamorarme de cualquier persona y pretender que es el amor de mi vida, para que luego nuestra relación no funcione y tener que buscar a otra persona para que sea el nuevo amor de mi vida, y continuar así. De eso no se trata. Sé que la persona ideal está ahí afuera, pero decidí que no voy a gastar mi tiempo buscándola. Tengo una larga vida por vivir y muchas cosas por hacer, y si el destino pone a esa persona en mi camino, pues bienvenida sea.

Bienvenida Otra VezWhere stories live. Discover now