Capítulo veintiocho

23.5K 1.8K 985
                                    

En ese momento de la noche, solo trataba de obligarme a mí mismo a no gritar y echar a perder la boda... o mi vida.

Lo logré, pero mi rostro claramente indicaba otra cosa completamente diferente a lo que pensaba.

Ella seguía conectando sus ojos con los míos y mi mirada pasaba de sus esmeraldas que llevaba por ojos, a su mano, que seguía esperando a la mía en el aire para estrecharla como si nada pasara.

—¿Qué tal has estado? —preguntó ella, claramente tratando de fingir.

Odié esa pregunta con cada centímetro de mi cuerpo.

  
—¿De verdad quieres saberlo? —cuestioné, tomándola por sorpresa.

—Es una simple pregunta, yo no creí que te fueras a...

—¿Pasa algo, Chad? —intervino Spencer.

—No tienes idea —murmuré, sin que alguno de los dos me escuchara.

—Bien... ¿Te gustaría ir con nosotros a nuestra mesa mientras Thomas y Jenna están en la pista de baile? —ofreció él.

—Muchas gracias, pero de hecho yo ya me tengo que ir, iba de salida cuando nos vimos en el baño.

 
—¿Te irás tan temprano? ¡Si aún falta mucha fiesta! —exclamó él.

—Tengo bastante trabajo que hacer en casa —mentí.

—Oh, ya veo. Comprendo eso. Bien, suerte con tus cosas —asintió y yo sentía la mirada de Lorianne sobre mí.

Ella sabía que yo estaba mintiendo, pero si ella quería jugar ese juego de "¿Qué tal has estado?" conmigo, lo seguiría también.

 
Ella no dejaba de mirarme y yo no sabía ni qué pensar al respecto.

—Podemos quedar algún día la otra semana para ir a tomar un café los tres, ¿no les parece?

—Por mí bien —mentí asintiendo—, pero Lorianne no toma café, solo té. ¿Cierto? —ella asintió, sin mostrar expresión alguna aún.

—Tu memoria me sorprende —reconoció Spencer.

—Sé tantas cosas que podrían sorprenderte aún más. Que estoy seguro que jamás te han pasado por la cabeza.

Sabía que estaba jugando con fuego y con los nervios de Lorianne y, por alguna razón, lo disfrutaba. Cada segundo.
 
 
—Entonces tenemos que vernos para poder hablar de ello. Dame tu número para poder llamarte y acordar cuándo —dijo él, dándome su celular.

Marqué un número falso y le sonreí al devolverle el dispositivo movil. Estaba siendo un idiota, estoy consciente de ello, pero de verdad no quería tener nada que ver con Spencer después de esa noche.

 
—Fue un placer verte de nuevo, Chad —sonrió él.

No puedo decir lo mismo, pensé.

 
—De haber sabido que estarían aquí, me habría peinado un poco más —bromeé y Spencer rió—. Supongo que los veré después.

—Tenlo por seguro.

  
Miré a la pelirroja, quien se mantenía en silencio. Ella sabía que yo le diría algo y yo sabía que ella estaba nerviosa por ese "algo".

—Me alegra saber que te encuentras bien, Lorianne. Lindo corte, por cierto.


Me obligué a mí mismo a sonreír, me di la vuelta y me alejé de ellos.

  
Sentía mi corazón queriendo salir de mi pecho. Su indiferencia ante el tema decía más de lo que yo necesitaba oír.

Bienvenida Otra VezWhere stories live. Discover now