Bienvenida Otra Vez

Capítulo doce

Después de otro montón de charlas inútiles con mis hermanos y Thomas —que podría contar también como mi tercer hermano—, todos salimos del apartamento y tomamos cada uno nuestro camino. Yo debía ir a dar tutorías y estaba un poco apretado con el tiempo, así que el bus no me debía fallar.

Tomé asiento y sentí que alguien me miraba. Es decir, sentía la mirada de alguien sobre mí. Volteé a ver varias veces y no vi a nadie, pero aún así, seguía incómodo. Me volteé una tercera vez y encontré a la persona que menos esperaba.

—¿Sophie? —ella era la que me miraba.

—¿Chad? —se acercó—, sabía que eras tú... o tu hermano. ¡Pero estás muy cambiado!

Por si no lo había explicado antes, Sophie también era mi ex. Fue la chica que estuvo conmigo después de Lorianne.

—Sí, tú igual. Veo que ahora te vistes muy formal.

—Sí, soy abogada.

—Cierto —dije recordando cuando estudiaba hasta tarde y yo me aburría de esperarla.

Sophie no tuvo un gran impacto en mi vida, por culpa de Lorianne, otra vez. Seguía muy afectado por lo hecho y dicho por la pelirroja, así que pensé que tener otra relación sería bueno para despejarme. No utilicé a Sophie, ella me gustaba mucho, solo no podía amarla lo suficiente, al menos no lo que ella merecía ser amada. Así que dimos por terminada la relación y con acuerdos de paz, cada quién siguió su vida.

Desde entonces, no la había visto.

—¿Y qué tal tú? ¿Ya has hecho algún edificio de 200 pisos? —reí y negué con la cabeza.

—El otro año empiezo a trabajar. Pero por ahora solo estoy dando tutorías a estudiantes de secundaria.

—¿Y dónde vives?

—En un apartamento no muy lejos de aquí.

—¿Alguna chica especial? —preguntó con una sonrisa y quedé confundido por el incesante bombardeo de preguntas sobre mi vida.

No me molestaban sus preguntas, me incomodaban. Es decir, era la primera vez que la veía en años y en vez de llevar una plática normal, me preguntaba de todo.

—Sí, hay una —dije con una sonrisa amable.

—Me alegro por ti —sonrió—. Te deseo muchísima suerte, de verdad, espero que ella valore tus sonrisas.

¿Qué?

—¿Por qué lo dices?

—¿Acaso crees que no recuerdo lo de esta chica... Luisa?

—¿Hablas de Lorianne? —ella asintió.

—Cierto, ese era su nombre. ¿Qué ha sido de ella? ¿La has vuelto a ver?

—Estamos... en contacto —me resté a contestar.

—Te mereces a alguien mejor que ella, creo que te lo han dicho muchísimas veces, pero vale la pena repetirlo —alzó sus hombros—. Oh, esta es mi parada, nos vemos luego, Chad.

—Adiós, Sophie.

*

—Llévala a ver una película o a hacer algo divertido —sugirió May, después de contarle que llevaría a Ashley a una cita.

—Se me ocurren ideas, pero no sé si sea divertido para ella —alcé los hombros.

—Mira esto —se levantó y salió corriendo.